Thursday, January 24, 2013

EXTRANJERO EN SU TIERRA: EL RETORNO DE UN COLOMBIANO - X



Día 10: De Viaje Entre Medellín y Armenia

La carretera de Medellín a Armenia es una gran aventura visual, especialmente para quien va en un vehículo alto, con buena visibilidad sobre los setos que la bordean pues se está poniendo de moda plantar arbustos espesos a lo largo de las cercas de las fincas. La carretera sale de Medellín por en medio de la cordillera central colombiana, baja lentamente hasta la orilla del río Cauca y en la última parte corta las estribaciones del costado occidental de la cordillera. La cordillera, alta y ancha, está hecha de un número infinito de  montañas grandes y pequeñas,  colinas, riscos,  precipicios y cañones por donde corren aguas caudalosas unas y escasas otras.

Durante largos trechos la carretera va montada sobre el filo de las montañas internas de la cordillera. A lado y lado se ofrece al viajero la vista de montañas que se abren y se cierran arriba y abajo de sus ojos, de colinas y valles ondulados que se aprietan entre las montañas más altas, de cimas nubladas y de simas donde nunca llega el sol. Al salir del cañón del Cauca se abre el paisaje hacia un horizonte amplio, de colinas suaves y cortes menos precipitados. Las tierras a lo largo del camino varían en fertilidad y con ellas cambian los cultivos y ganados así como los árboles decorativos y las flores que hacendados, granjeros y jornaleros por igual mantienen alrededor de sus casas.

Uno sabe que ha salido de Antioquia y entrado a  Risaralda y el Quindío cuando la carretera se abre en dos calzadas separadas para los vehículos que van en direcciones opuestas.  En Antioquia la carretera es estrecha, apenas suficiente para dos vehículos paralelos, aunque las curvas sobre el terreno no son tan pronunciadas como entre Ibagué y Armenia y, en consecuencia, el tráfico es relativamente más rápido aunque no totalmente libre de contratiempos.

La carretera, como tantas otras en Colombia, carece de espacio para los peatones. En gran parte del país las carreteras que comunican las ciudades grandes con los pueblos cercanos atraviesan regiones intensamente cultivadas, densamente pobladas, con una población campesina en constante movimiento entre fincas adyacentes, de compras en almacenes rurales o de paso desde o hacia sus hogares. Al ver estas carreteras estrechas, hechas para uso exclusivo de vehículos automotores, yo trataba de entender la concepción de sociedad de quienes las diseñaron, financiaron y construyeron. ¿Existen los campesinos de a pie en su universo mental? Y si de casualidad existen, ¿los imaginarán como seres alados?

Luis Mejía –  24 de enero del 2013
Publicado en blogluismejia.blogspot.com

1 comment:

  1. La revista virtual Las 2 Orillas ha publicaco un artículo que coincide con un tema tocado en este ensayo. El articulo se titula "Así viven un millón de colombianos al borde de las carreteras"
    y se encuentra en este enlace:

    http://www.las2orillas.co/al-filo-de-la-carretera/

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