Wednesday, January 22, 2014

Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos en 2013: asimetría persistente


Publicado originalmente en Razón Pública
Creado en Lunes, 13 Enero 2014 02:48

En 2013 las relaciones entre Colombia y Estados Unidos dejaron ver la desventaja que se mantiene entre nuestro país y la potencia del norte. ¿Por qué los gobernantes nacionales no pueden asumir una relación de igual a igual con nuestro aliado?

¿Fin de la doctrina Monroe?

En 2013, las visitas del vicepresidente y del secretario de estado de Estados Unidos a Colombia, los encuentros entre el presidente Santos y el presidente Obama, las reuniones de funcionarios y las declaraciones de amistad y trabajo en equipo de ambos gobiernos, dieron la impresión de que las relaciones binacionales son excelentes.

Lo que hay detrás, sin embargo, es una profundización de la asimetría de intereses persistente y cultivada por las élites colombianas.

 “Los días de la doctrina Monroe han terminado” declaró el secretario de estado John Kerry el 18 de noviembre pasado, y agregó que su país quiere establecer un sistema de relaciones entre Estados iguales, con intereses compartidos.

Durante 150 años los Estados Unidos se dieron autorización para (1) vetar la presencia militar de otras potencias en América Latina, (2) impedir el desarrollo de una política internacional independiente en sus países, e (3) intervenir en los asuntos internos de sus Estados.

Sin embargo, las declaraciones oficiales de respeto entre naciones tienen mucho de retórica y cortesía. Solo el tiempo dirá si son sinceras, y si se revoca ese doctrina, expuesta por el presidente James Monroe en 1823, según la cual toda América sería área de influencia de los norteamericanos.

Por eso, durante 150 años los Estados Unidos se dieron autorización para (1) vetar la presencia militar de otras potencias en América Latina, (2) impedir el desarrollo de una política internacional independiente en sus países, e (3) intervenir en los asuntos internos de sus Estados.

Toleraban, eso sí, cierta flexibilidad: las potencias europeas enviaban sus armadas a cobrar las deudas morosas de los países latinoamericanos, México ofrecía santuario a exilados comunistas y mantenía relaciones con la Cuba bloqueada, Brasil actuaba como uno de los líderes de los países no alineados. Colombia, por su parte, nunca disputó la doctrina Monroe.

La declaración de Kerry implica una convergencia de intereses de las élites del continente y la confianza de parte de Estados Unidos en que sus intereses fundamentales –como la seguridad territorial, el mantenimiento de sus niveles de consumo y el acceso a recursos naturales estratégicos- son reconocidos y respetados por los gobiernos latinoamericanos, independientemente de su grado de nacionalismo.

En caso de conflicto, Estados Unidos no necesitará de la doctrina Monroe, como no la han necesitado en Asia y África. Las doctrinas Nixon, Carter, Reagan y Bush, como precedentes históricos, justificarían cualquier medida. Por ello la declaración sobre el final de la doctrina Monroe puede que no tenga valor práctico ni afecte las relaciones de Colombia con Estados Unidos.