Monday, January 26, 2015

Mario Cuomo: Discurso del creyente y el gobernante frente a los dilemas morales




Presentación:

Mario Cuomo fue gobernador del estado de Nueva York de 1983 a 1994 luego de haberse desempeñado como vicegobernador y secretario en el gabinete estatal. Fue considerado uno de los políticos más valiosos de su generación por su nivel intelectual y  sus posiciones progresistas. En la convención del partido demócrata en 1984 hizo la defensa del ideario liberal y de solidaridad social en oposición a la visión conservadora, individualista y egocéntrica representada por Ronald Reagan y su movimiento. Su discurso en esa convención es considerado una de las mejores piezas de oratoria política estadounidense. Aunque católico confeso y practicante tuvo serias diferencias ideológicas y políticas con la jerarquía eclesiástica de su época, especialmente en el tema del aborto. 

En 1984 fue invitado por la Facultad de Teología de la Universidad de Notre Dame -oficialmente confesional católica, prácticamente un foro abierto de discusión de ideas- a decir lo que pensaba sobre el aborto. Su discurso en esta oportunidad es considerado una contribución importante al debate sobre la separación de la iglesia y el estado, la libertad religiosa, la interacción entre la doctrina religiosa y la realidad política y los deberes legales y religiosos del funcionario público. Su argumento se basa en cinco puntos: 

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Adaptación del Castellano a las Limitaciones del Traductor Ejemplificada por El Espectador

El 14 de mayo del año pasado hice una larga reflexión sobre las dificultades del traductor, particularmente del que hace su tarea para los medios bajo la presión de fechas y horas de entrega. Usé como ejemplo un artículo del economista estadounidense Paul Krugman publicado en traducción castellana por el diario El Espectador de Bogotá. 

En mi vanidad de bloguero pensé que el jefe de redacción de ese diario exigiría de sus traductores mejor atención a la calidad de su trabajo. Mi vanidad me hizo equivocar. Leí hace poco en la misma publicación un artículo del comentarista estadounidense Nicholas Kristof que me hizo repasar mis reflexiones para darme la satisfacción de confirmar que todavía son válidas.