Wednesday, January 18, 2012

Los políticos y la responsabilidad personal: Un ejemplo de EEUU


El señor Kip Smith es un representante a la cámara del estado de Georgia en EEUU por el partido republicano. Recientemente fue arrestado por conducir en estado de embriaguez. Un agente de policía lo vio pasarse un semáforo en rojo, lo detuvo, le pidió que tomara el test de concentración de alcohol en los pulmones y el señor Smith se negó. El policía le explicó que de todos modos sería arrestado ante lo cual el señor Smith se sometió al test de alcoholimia con resultados que oscilaron entre 0.091 y 0.100, muy por encima del límite legal de 0.08. El policía le hizo también test básicos de equilibrio motor los que el señor Smith tuvo dificultad para completar.
El señor Smith en su condición de miembro de la legislatura estatal fue proponente de una ley que impondría a todos los beneficiarios de asistencia oficial una prueba de uso de substancias controladas administrada al azar. A raíz de su arresto un representante del partido demócrata propuso a la cámara estatal una ley que obligaría a todos los miembros de la legislatura a someterse al mismo tipo de prueba. El señor Smith se excusó diciendo: “Se cometieron algunos errores y yo asumo total responsabilidad por ellos. Entiendo que hay consecuencias y que no hay excusa”.
Este incidente tiene varias implicaciones. De un lado confirma prejuicios arraigados en sectores de la opinión pública estadounidense en el sentido de que el partido republicano es tolerante de una doble moral que le permite a sus miembros y representantes censurar a los sectores mas pobres y vulnerables de la sociedad por conductas que ellos practican en sus vidas privadas sin inhibición alguna.
De otro lado, la reacción del colega demócrata del señor Smith de proponer para los legisladores estatales una prueba similar a la diseñada por este para los beneficiarios de asistencia pública pone de relieve el sesgo discriminatorio de la propuesta original.
Finalmente, la excusa del señor Smith debería ser de antología en el lenguaje de los políticos profesionales. Su manera impersonal de asumir responsabilidad por errores que se cometieron deja la impresión en el lector de que él se está echando encima la culpa por errores que ocurrieron sin su participación. Maravillosa la manera de convertir el lenguaje en capote de torero.
En América Latina, que es a lo que voy, sucede lo mismo con frecuencia. Los políticos, y por extensión los burócratas de agencias públicas y privadas, nunca asumen responsabilidad personal por sus decisiones o sus errores. Sus expresiones favoritas son: se han tomado medidas, se está investigando, se está esperando un informe técnico, se ha dado parte a los órganos de control, se ha suspendido la obra, se han seguido las recomendaciones de un comité, se cayó el puente, se rompió el dique, se perdió una platica. En fin, se cometieron errores y no hay individuo alguno que diga yo ordené, dije, hice o dejé de hacer.
Luis Mejia

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