Friday, January 27, 2012

Los Colombianos no Somos Así, Aunque A veces Sí: Carta Abierta de un Presidente Explicando la Necesidad de Ser Reelegido

La reelección protegerá este legado:
Tuvimos que recuperar el prestigio y el poder del Estado como tal, y revitalizarlo, sin haber tenido arraigadas tradiciones democráticas, partidos políticos de masas y una sociedad civil madura. Sin embargo, nos encontramos con un separatismo regional, con un dominio oligárquico, corrupción, y en ocasiones con la presencia de una criminalidad abierta en los órganos del gobierno.
El desafío inmediato en tales circunstancias era la restauración de una unidad real del país, en otras palabras, el establecimiento de la soberanía en todo el territorio del pueblo colombiano, en lugar de la dominación por parte de unos individuos o grupos.
Ahora, pocos recuerdan lo difícil que fue esta tarea, los esfuerzos que fueron necesarios para su solución.
Merezco ser reelegido:
Aquí me gustaría decir nuevamente, por qué he aceptado presentar mi candidatura presidencial. No quiero y no voy a menospreciar sin importar de quien sean, los logros en el establecimiento del nuevo país. Pero el caso es que en 2002, cuando me convertí en Presidente, nuestro país se encontraba en una profunda crisis sistémica.
Y es precisamente ese grupo de personas de ideas afines (que debía de ser conformado y encabezado por el autor de estas líneas) el que respaldado por la mayoría absoluta de los ciudadanos y la unidad nacional en torno a unos objetivos comunes llevó a Colombia a salir del callejón sin salida de una guerra civil, rompió el dorsal al terrorismo, recuperó la integridad territorial del país y el orden constitucional, restableció la economía y garantizó durante diez años uno de los índices más altos del mundo de crecimiento económico y de aumento de ingresos reales de nuestra población.
Hoy en día vemos que se acertó, que funcionó con eficacia. Al mismo tiempo, hay que revisar las cosas a las que debemos renunciar definitivamente.
Preguntas que solo puede contestar un presidente reelegido:
Considero necesario pronunciar mi postura acerca de algunas cuestiones que me parecen importantes para el amplio debate. ¿A qué riesgos se tendrá que enfrentar Rusia y qué objetivos deberá alcanzar? ¿Qué puesto debemos ocupar en la política y la economía global? ¿Seguiremos el desarrollo de los acontecimientos o seremos nosotros mismos los que definiremos las reglas del juego? ¿Merced a qué recursos podremos fortalecer nuestra posición y, subrayo, generar desarrollo estable? Un desarrollo que no tenga nada que ver con el estancamiento, porque en el mundo actual la estabilidad es un bien que hay que merecerlo, conseguirlo con un esfuerzo tenaz, mostrándonos abiertos hacia los cambios y preparados para las reformas maduras, sopesadas y bien planificadas.
Descripción de los opositores de la reelección:
El problema de Colombia que no deja de repetirse a lo largo de su historia es que cierta parte de la élite tiene aspira a cambios bruscos, a revoluciones en vez de un desarrollo consecuente. No sólo la experiencia de Colombia sino de todo el mundo demuestra que son perniciosos los cambios históricos bruscos: las huidas hacia delante y las subversiones no constructivas.
A eso se opone otra tendencia, un reto opuesto: la inclinación al estancamiento, al parasitismo, la ineptitud de las élites con alto nivel de corrupción. Es más, en cada ocasión que se presenta los "subversivos" literalmente se convierten a la vista de todos en "señorones" contentos de sí mismo, que no admiten cambios y celosamente defienden su estatus y sus privilegios. O bien ocurre todo al revés, que los "señorones" se convierten en "subversivos".
El estado de opinión:
No hay lugar para una democracia donde la política no sea aceptada por la mayoría de la población y no represente los intereses de esa mayoría. Sí, se puede ilusionar por un corto espacio de tiempo a una parte considerable de la población con promesas llamativas e imágenes de un futuro bonito. Pero si después el pueblo no encuentra ese bonito futuro, la gente le dará la espalda a la política y a los objetivos sociales por mucho tiempo. Así ocurrió más de una vez a lo largo de nuestra historia.
Me parece que los colombianos deben tener la posibilidad de debatir no solo los puntos fuertes y débiles de los políticos, una posibilidad que en sí misma no está mal, sino también el contenido de la política, los programas que quieren implementar los políticos. Los retos y objetivos que deben estar en el foco de atención de esos programas. Cómo podemos mejorar nuestra vida, cómo podemos hacer un orden social más justo. Qué rumbo de desarrollo económico y social queremos.
Los que están por la reelección:
Las personas más instruidas se traducen en una mayor esperanza de vida para el país, un menor nivel de delincuencia y de comportamiento antisocial y también significa escoger la elección más racional. Todo esto de por sí crea un entorno favorable para nuestro futuro.
Después de la reelección abriremos puertas que habíamos cerrado:
La futura economía colombiana tiene que responder a las necesidades de la sociedad. Debe garantizar ingresos laborales más altos, un trabajo más interesante y creativo, crear posibilidades más amplias para el crecimiento profesional y para el ascenso social.
Pero el impulsor del crecimiento debe ser y será la iniciativa de los ciudadanos. Nosotros seguramente perderemos si sólo vamos a contar con las decisiones de los funcionarios y de un círculo reducido de grandes inversores y de compañías estatales. Seguramente perderemos si sólo contamos con una posición pasiva de la población.  
Así, el crecimiento de Colombia en la década entrante sólo será posible mediante la ampliación del espacio de la libertad para cada uno de nosotros. Lograr el bienestar a cuenta de alguien y sin la responsabilidad de nuestros actos resulta imposible en el siglo XXI.
Una sociedad libre no es sinónimo de muchedumbre de egoístas solitarios y parsimoniosos, indiferentes al bienestar común. Nunca hemos sido así y nunca lo seremos. La libertad individual da sus frutos si se piensa en los demás. La libertad sin base moral se convierte en arbitrariedad.
La reelección dará oportunidad a la confianza ciudadana:
Detrás de las frases generales sobre el consentimiento y la utilidad del trabajo caritativo se abre un bajo nivel de confianza entre las personas, una falta de deseo de cumplir los deberes públicos, de preocuparse de los demás, una incapacidad para superarse por encima de los intereses privados… Este es un serio y antiguo enemigo de nuestra sociedad.
En la cultura colombiana hay una gran tradición de respeto al Estado, a los intereses sociales y las metas del país. La mayoría absoluta de los colombianos quiere ver a su país como un Estado fuerte y respeta a sus héroes, que sacrificaron su vida en aras del bienestar común. Pero es lamentable que el orgullo por la patria  no se refleje en la vida cotidiana - en la participación en la administración local, en la disposición a hacer cumplir las leyes, en el altruismo.
No por ignorancia o egoísmo, sino por una falta de fe en sus fuerzas o en el prójimo.
Después de la reelección acabaremos con la pobreza:
Hay que superar la miseria, inaceptable para un país desarrollado. Para ello hay que usar los recursos del estado y los esfuerzos de la sociedad, en particular de la parte activa e interesada en erradicar este problema. Tenemos que desarrollar el sistema de ayuda social y apoyar las obras altruistas.
En Colombia se debe crear un sistema de superación dentro de la sociedad, una especie de "apalancamiento" que se corresponda con una sociedad moderna. Tenemos que aprender a paliar las consecuencias negativas de la economía de mercado en el ámbito social y la desigualdad que ésta ocasiona. Así como lo aprendieron los países que desde hace mucho viven en un sistema capitalista. Me refiero al apoyo especial que reciben los niños de las familias pobres en materia de educación, a la vivienda social para las familias con escasos recursos, a la completa erradicación de todo tipo de discriminación de los discapacitados y a las garantías de igual acceso a todos los beneficios de una vida y un trabajo dignos. La sociedad alcanzará éxito sólo cuando nuestros ciudadanos no tengan dudas de su carácter justo.
La reelección acabará con la irresponsabilidad social:
La crisis en los países desarrollados ha evidenciado una peligrosa tendencia, a mi parecer, absolutamente política: la tendencia populista a incrementar de forma imprudente las obligaciones sociales del gobierno (sin ningún vínculo con el crecimiento de la productividad del trabajo), la tendencia a inculcar la irresponsabilidad social en los diferentes estratos de la población. Sin embargo, ahora para muchas personas resulta evidente que la época de los estados de bienestar general por cuenta ajena se termina.
Nadie puede vivir mejor que el que trabaja más. Y en Colombia esta regla no es una excepción.
La reelección impedirá la redistribución de la riqueza existente:
Lo diré francamente: hay que seguir utilizando todas las oportunidades para mejorar las vidas de nuestros ciudadanos, pero, al igual que antes, no podemos actuar al azar para evitar que, de repente, surja la necesidad de quitarle a la gente mucho más porque hayamos gastado a la ligera, como sucede en algunos países occidentales.
La patria por la reelección:
Aún no hemos solucionado muchas tareas. Surgen nuevos desafíos, pero estamos en condiciones de transformarlos en beneficios a favor de Colombia.
Colombia no es un país que da un paso atrás ante los desafíos. Colombia se concentra, reúne fuerzas y dignamente responde a cualquier desafío. Supera las pruebas y siempre sale victoriosa. Tenemos una nueva generación de personas creativas y responsables que ven el futuro. Ellos ya llegan, y por supuesto seguirán llegando a la dirección de las empresas en todas las esferas, instituciones gubernamentales y de todo el país.
Solo depende de nosotros, cómo responder a los actuales desafíos, y cómo usar las oportunidades, para fortalecernos y fortalecer nuestra posición en un mundo rápidamente cambiante.
NOTA DEL AUTOR DEL BLOG:
El texto anterior ha sido extraído de una carta abierta a los ciudadanos rusos por el Primer Ministro y expresidente Vladmir Putin que fue publicada en el periódico Izvestia recientemente. El señor Putin explica en ella porque quiere ser reelegido este año. El autor del blog se ha tomado la libertad de reemplazar Rusia con Colombia y ruso con colombiano porque encuentra una gran similaridad entre el discurso de un personaje como el ruso Putin, a quien es fácil identificar con decisiones antidemocráticas, abusos de poder, especialmente en el uso de la policía secreta y la agencia recaudadora de impuestos para hostigar a sus opositores, espíritu mesiánico, tolerancia de la corrupción y adulación servil de sus inmediatos colaboradores, y el discurso de un líder colombiano que tiene las mismas características políticas y personales. El mismo ejercicio de substitución de nombres se puede hacer con respecto a Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba y Bolivia, por ejemplo, pues en estos países gobiernan caudillos que también se creen imprescindibles. Y además, tanto en Colombia como en estos países y en la Rusia propia hay una masa de votantes que ven tan reducidas sus opciones de elección que prefieren al caudillo que ya conocen y cuyos abusos de poder están dispuestos a tolerar.
El texto en versión oficial al castellano fue publicado por la agencia Novosti en su página web y se encuentra en el siguiente enlace:
 http://actualidad.rt.com/actualidad/rusia/issue_34868.html


Luis Mejía – 27 de enero de 2012

 

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