Friday, January 27, 2012

Campaña Presidencial en Estados Unidos – 1ª Parte Tácticas y Mecánicas Dentro del Partido Republicano


Las campañas políticas en EEUU tienen la tendencia a convertirse en una refriega descontrolada donde los candidatos pierden la compostura, la decencia, la propiedad en el comportamiento, la educación, el conocimiento, el buen juicio, la honorabilidad y la noción del juego limpio; la distinción entre los temas de relevancia pública y los temas triviales desaparece. En el fervor de las tácticas sucias para destruir un rival u obtener respaldo popular para sí mismos los candidatos apelan a la ignorancia, los temores irracionales, el racismo, el patrioterismo y los prejuicios más ilógicos de las masas y juegan con mentiras, chismes, verdades a medias, distorsiones de los hechos, falsedad en las estadísticas y cortinas de humo de manera que con dificultad se pueden identificar las ideas y políticas en las que realmente cree un candidato y casi nunca se pueden captar la seriedad de sus conocimientos sobre los asuntos vitales del estado o la experiencia que lo habilita para ejercer el cargo a que aspira. Esto es así en las elecciones primarias que sirven para escoger los candidatos que nominará cada partido para las posiciones de elección popular, de manera que el ganador dentro de un  partido rara vez sale con su nombre y su honor intactos. Y sucede con mayor entusiasmo en los enfrentamientos entre candidatos de partidos opuestos. El poder corrosivo de esta manera de hacer campaña se extiende a los activistas, agitadores y simpatizantes de los candidatos.

Por supuesto que esto no sucede de la misma manera y con igual intensidad en todo el territorio de la federación ni con respecto a todos los candidatos. Sin embargo, ocurre con suficiente frecuencia y regularidad para hacerlo ver como una característica muy peculiar del estilo estadounidense de hacer política electoral.

En este momento el partido republicano está en plena campaña primaria para escoger candidato presidencial. Uno de los miembros del partido demócrata ejerce la presidencia por un primer período y por tradición generalmente respetada no tiene rivales internos que le disputen la candidatura a la reelección. Esto implica que los republicanos en campaña hayan dirigido sus esfuerzos de destrucción hacia sus rivales dentro del partido y hacia el presidente. No es una situación que se preste para gran consistencia en el discurso y el mensaje que ofrecen a los votantes pero al parecer eso no tiene importancia alguna para estos.

Hasta ahora la atención del público pensante, que es una minoría importante pero sin capacidad decisoria, ha sido cautivada por la guerra sucia que han librado los candidatos republicanos entre sí. La campaña empezó con la participación de muchos candidatos que trataron de opacarse unos a otros con un discurso moralista y anticientífico, inspirado en ignorancia y desdén por el sentido común. Los más incapacitados mentalmente, o quizá los que de verdad creían las bobadas que estaban diciendo, quedaron descartados en el camino. En el curso de esta semana [del 22 de enero] parece que en el campo solo quedan dos candidatos viables: los señores Mitt Romney y Newt Gingrich.

Luis Mejía – Enero 27 de 2012

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