Friday, January 27, 2012

Gazapo: Dando y Recibiendo Protección Según El Espectador


Cuando el redactor de un periódico tiene que producir a la carrera el material con que va a llenar su cuota de texto o cuando las prácticas profesionales del momento le exigen pintar una realidad menos real termina produciendo expresiones vagas, conceptos confusos y malas interpretaciones de la realidad.

Se me ocurrió esta reflección leyendo una importante noticia que publicó el diario El Espectador el 14 de enero pasado sobre las intricadas relaciones que mantuvo la compañía petrolera Perenco con los paramilitares colombianos.

Dice así el periódico: “…no es la primera vez que miembros de las Auc se refieren a supuestos tratos con Perenco. En febrero de 2010, los propios jefes de las autodefensas declararon en audiencia ante fiscales de la Unidad de Justicia y Paz que la compañía petrolera efectivamente les pagaba por recibir protección y evitar atentados a su infraestructura por parte de la guerrilla.”

Desmenucemos esta información. Según los paracos Perenco les pagaba por dos motivos: 1. por recibir protección, y 2. por evitar atentados de la guerrilla. A primera vista uno puede interpretar la primera parte de esta información de dos maneras: la compañía pagaba porque los paracos la protegían y la compañía pagaba porque los paracos se dejaban proteger. Como lo segundo es absurdo, es probable que la primera interpretación fuera la verdadera. La segunda parte de esta información se presta también a confusión: la compañía pagaba a los paracos para que los guerrilleros no la atacaran. Pero esto no es realmente lo que estaba pasando.

Del contexto mismo del artículo puede intuirse lo que el redactor del periódico quiso, al parecer, decir: la compañía petrolera les pagaba a los paracos para que le protegieran la infraestructura de ataques guerrilleros. Simple, no? No. No es tan simple. El uso de la preposición por donde se requiere la preposición para permite al redactor introducir un elemento de vaguedad e imprecisión en la descripción de hechos muy graves: el estado no protege la infraestructura de una industria estratégica para el desarrollo nacional como lo es la petrolera, una compañía que enfrenta un riesgo real de sabotaje a su infraestructura contrata para protegerse a un grupo de forajidos y estos forajidos, reforzados por el dinero de la compañía, se convierten en un peligro para la vida y bienes de los habitantes de la región donde opera esta. No debe ser fácil decirlo así. Excepto por Verdad Abierta [ http://www.verdadabierta.com/ ], el archivo del conflicto que lleva la revista SEMANA, observo una inclinación a la redacción imprecisa y difusa en el trabajo reporteril sobre los crímenes contra el pueblo colombiano.


Luis Mejía – 23 de enero de 2012

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