Friday, August 3, 2012

GORE VIDAL: EL PODER, EL SEXO, EL EXCESO Y LA HISTORIA DE LOS DOCE CESARES – Parte I



INTRODUCCION

Gore Vidal, uno de los mejores prosistas ingleses del siglo XX murió este 31 de julio a los 86 años de edad. Su obra incluye novela, ensayo, teatro y libretos para cine. Incursionó en la política una vez como candidato al senado de los Estados Unidos y fue derrotado, continuó participando en política, sin embargo, como comentarista de prensa y televisión. Era progresista y tenía una inmensa desconfianza con respecto a los poderosos en el mundo político, económico y religioso. Sus comentarios eran con frecuencia motivo de controversia, la que no eludía pues tenía un gran dominio de la palabra, la idea y la oportunidad que desplegaba en público con soberbia elegancia. Empezó su carrera de escritor muy joven. A los 25 años había ya publicado seis novelas que han resistido los estragos del tiempo.

Fue más o menos por esa época -1954- cuando leyó por primera vez una traducción de Los Doce Césares de Suetonio y quedó fascinado con la psicología de los personajes. Esa fascinación debió traducirse en las novelas históricas el poder y los hombres que lo detentan que escribió más tarde: Burr, Lincoln, Julián, 1876, Live from Golgotha. Suetonio lo puso a pensar sobre el sexo y el poder y su primer ensayo, según cuenta en sus memorias, fue para poner orden a las ideas que le pasaron por la cabeza en ese momento. Este ensayo fue rechazado por varios editores que lo consideraron demasiado radical. Eventualmente fue publicado. En 1959. Y probablemente eso le permitió pulirlo y adaptarlo a la traducción que hizo Robert Graves y que salió al mercado en1957.

Ese es el ensayo que he traducido para mis lectores en este blog. Debo advertir que esta no es una traducción literal sino, como gusto de decir robando la expresión a mis amigos arquitectos, una traducción a mano alzada en el sentido de que me tomo algunas libertades para completar oraciones e interpretar expresiones peculiares del autor. Este ensayo ha sido particularmente difícil de traducir pues para el momento de su publicación Vidal todavía no dominaba el arte del ensayo ni tenía el control sintáctico y gramatical que daría a sus piezas maduras la solidez, profundidad y consistencia que las caracteriza; tampoco había desarrollado el rigor mental y erudición que informa su obra posterior. Para ese momento Vidal era un lector voraz y ecuménico, como se echa de ver por las referencias literarias y académicas que permean el texto, que procesaba la información con inteligencia aguda y diligente atención, pero cuyo criterio y capacidad de juicio estaban todavía en proceso de formación.

Sin embargo, este ensayo es considerado uno de sus trabajos mejor logrados y con razón. En él muestra su capacidad de identificar los temas importantes, desarrollar con claridad el argumento, romper con interpretaciones convencionales, identificar los estereotipos que impone el poder o se imponen los súbditos a sí mismos e intuir las implicaciones y generalizaciones a que da lugar una situación determinada, en este caso la información disponible sobre las vidas de los césares.

Y esta es la historia que nos cuenta a partir de las vidas de los césares:

1. los individuos poderosos son típicos de la sociedad y la cultura en que surgieron, la única diferencia entre ellos y los demás es que los demás no tienen poder; en esto comparte el punto de vista de Hemingway cuando Fitzgerald le contó que había conocido ricos y que estos no eran como ellos dos; Hemingway le dijo: tienen más plata;

2. por lo mismo que son típicos o representativos del resto de nosotros deberíamos reconocer como algo real que fantasía sexual, crueldad, ambición y codicia son huevitos ocultos dentro de nosotros mismos que empollarían en los excesos del poder dada la oportunidad;

3. el poder tiene poder –valga la redundancia- para corroer el buen carácter, hacer olvidar la experiencia, debilitar el juicio y privar de la razón en quien lo detenta, especialmente si los demás no le ponemos límites a su ejercicio.

Con esta introducción dejo a mis lectores en compañía de Gore Vidal.

Luis Mejía – 3 de agosto de 2012

Publicado en blogluismejia.blogspot.com


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