Sunday, March 1, 2015

LOS COLOMBIANOS, UN PUEBLO TAN FELIZ…



Todos los años, cuando salen los resultados de la encuesta mundial de felicidad, me pregunto por qué son tan felices los colombianos y no encuentro respuesta que aclare lo que para mí es un misterio: el medio ambiente, la arquitectura urbana, los servicios públicos desde el transporte hasta la administración de justicia pasando por el suministro de agua potable y el acceso a internet, la calidad de la educación para la mayoría de la población, la convivencia con extraños en barrios residenciales, calles y centros comerciales, la información y el entretenimiento ofrecidos por los medios de comunicación de masas, la profundidad y elegancia de los debates en los cuerpos legislativos, la capacidad mental y la fibra moral de los funcionarios públicos, la cultura popular y la filantropía de las elites, la calidad de vida de la mayoría de la población, las actitudes de guerrilleros y soldados con respecto a la población civil campesina son todas cosas ausentes o contrahechas que , en mi opinión, pueden combinarse para deprimir más que para exaltar el ánimo.
Existen guetos de personas pudientes que disfrutan de condiciones de vida ideales pero esa no es la experiencia del resto de la gente.  

Hablar de una vocación sado-masoquista de los colombianos para explicar su nivel confeso de felicidad, sin embargo, no tendría sustento empírico.

Al paso viene un estudio publicado en EEUU por la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias de acuerdo con el cual la felicidad del momento está determinada por el hecho de que las cosas van mejor de lo esperado. Esa, me parece, puede ser la clave del misterio. La felicidad del momento es lo que miden realmente las encuestas. No importa la manera como se formule la pregunta para hacerla más impactante en los comunicados de prensa y en  la publicidad pseudo-académica de los encuestadores, a lo que la gente responde es: ¿se siente feliz en este momento que le hago la pregunta? Y lo que la respuesta afirmativa refleja es que el colombiano en promedio espera tan poquito de sus gobernantes, empleadores, personas de influencia, conciudadanos, amigos y parientes, vecinos y colegas, fuerzas del orden y guerrilleros auto-nombrados liberadores,  que cualquier cosa que todos ellos hagan que no redunde en perjuicio suyo es suficiente para hacerlo sentir muy feliz.

Los que sean capaces de leer los métodos, análisis estadístico y resultados del estudi en su idioma original, de todos modos incomprensible para los no iniciados, encuentran el artículo original en este enlace:


Un resumen digerible del mismo se encuentra en:


Luis Mejía - 1º de marzo del 2015
Publicado en blogluismejia.blogspot.com

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