Tuesday, October 1, 2019

CREENCIAS Y LIBRE PENSAMIENTO


EL UNIVERSO DE NUESTRAS CREENCIAS
PARTE B: CREENCIAS Y LIBRE PENSAMIENTO

Por Luis Mejia, doctor en derecho y en economía

Índice:

3. Cuestionemos lo que creemos
3.1 Una historia contestataria de la humanidad
3.3 Libertad de cuestionamiento vs logorrea
3.4 Medios sociales, vivero de creencias
3.5 Manipulación de creencias y control social
3.6 La propaganda, reto a nuestro poder de cuestionamiento
3.7 Propaganda y libertad intelectual en la guerra
3.8 Políticas, distribución de riqueza, creencias
3.9 Creencias y valores en las políticas sociales
3.10 Creencias, su papel en la experiencia humana
3.11 Protección de la libertad de pensar y cuestionar



Este texto es continuación de la PARTE A: CONFLICTOS Y RETOS, la cual se encuentra pulsando aquí.


3. Cambiemos lo que creemos

3.1 Una historia contestataria de la humanidad

Uno puede imaginar que cuando la humanidad descubrió la inteligencia empezó a preguntarse qué poder tenía sobre su entorno físico y cómo manejar las relaciones entre miembros del grupo a que uno pertenecía y entre grupos vecinos.

Descubrimientos, inventos de cosas útiles, acumulación de conocimientos, invención de leyendas, transmisión de historias, han sido constantes en la vida social. Trabajar el barro para moldear tiestos y moldear el lenguaje para comunicarnos con los demás son cosas que hemos hecho con nuestra inteligencia. También constante ha sido la tensión entre conservar intacto lo que recibimos de nuestros mayores y respetar lo que la mayoría de la gente acepta o pensar si lo podemos revisar y mejorar.

A mí me gusta mirar al pasado con reverencia, estudiarlo y tratar de conservar lo que sea posible. También me gusta responder a las situaciones del presente reconociendo que las creencias que heredé o adopté en el curso de la vida no necesariamente son las más adecuadas.

Clifford convocaba a cuestionar creencias propias y ajenas y a tener conciencia de que el comportamiento de uno con respecto a los demás y a la naturaleza se basa en esas creencias. En eso participa de una tradición humana muy antigua.

Cuando releo los diálogos que Platón atribuye a Sócrates (469-399 a. C.) imagino que sus conversaciones giraban alrededor de las mismas preguntas: ¿cómo sabe Ud. lo que está diciendo?, ¿qué le hace creer que es verdad?, ¿qué implicaciones tiene eso en su vida?, ¿qué consecuencias tiene para la sociedad en la que vive?

A veces creo que para Sócrates la pregunta y su discusión eran más importantes que la respuesta que se pudiera dar en el momento.

Saltando varios siglos encuentro algo similar en las historias atribuidas a Jesús de Nazaret (4 a. C.- 30-33 d. C.). El episodio de la mujer adúltera a quien sus malquerientes querían aplicar la ley de apedreamiento me parece una invitación a preguntarse: ¿es la ley justa?, ¿por qué creen Uds. que están obrando correctamente? La expulsión de los mercaderes que por tradición tenían sus negocios en el templo implica la pregunta: ¿era correcta la tradición? Su conversación con Pilatos gira alrededor de una pregunta implícita: ¿por qué cree Ud. que es correcto el uso que las autoridades están haciendo de su poder?

Haciendo un salto aún más largo en el tiempo, Francisco Bacon (1561-1626) se pasó la vida invitando a la gente a juzgar por sí misma los conocimientos que tenía a la mano, los que podía poner en duda y los que podía agregar por su esfuerzo, lo que implicaba mirar con ojo crítico los conocimientos heredados del pasado.

René Descartes (1596-1650) construyó su método para pensar cuestionando sistemáticamente todas sus creencias.

A principios del siglo XIX Simón Bolívar, Francisco de Miranda, José de San Martín, Bernardo O’Higgins y sus compañeros revolucionarios se cuestionaron las creencias sobre autoridad y organización social que dominaban la vida de sus pueblos, de la misma manera que Toussaint Louverture y Jean Jacques Dessalines habían cuestionado las creencias sobre el papel de los negros y los esclavos en el mundo occidental a la vuelta del siglo.

Adán Smith (1723-1790) y Carlos Marx (1818-1883) se hicieron la pregunta: ¿es correcta la manera como nuestros contemporáneos entienden los mecanismos de creación y distribución de la riqueza producida por el trabajo de todos?
Bertrand Russell (1872-1970), dio ejemplo de cómo cuestionar y mejorar los conocimientos científicos existentes (ej., Principia Mathematica), la filosofía de los antiguos y de sus contemporáneos (ej., Lógica y Conocimiento), y las creencias políticas (ej., su crítica de la sociedad y la economía y su participación en el Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra). Su ensayo El libre pensamiento y la propaganda oficial (Free thought and oficial propaganda) es tan oportuno hoy como ayer.
Finalmente, Daniel Kahneman (1934-) ha combinado conocimientos actuales sobre el funcionamiento de nuestra mente para crear un compendio de técnicas que nos permiten cuestionar más eficientemente nuestras creencias de todo tipo.
El lector informado puede agregar otros pensadores -y no solo del mundo occidental- que se han dado permiso para preguntarse si sus creencias personales, las de sus contemporáneos y las de los antepasados son la manera más correcta de ver e interactuar con su entorno humano y físico.
3.2 Creencias tradicionales y progreso social
Creo que puede haber un punto de equilibrio entre el deber de cuestionar y el deseo de preservar la tradición y las creencias sociales del momento.
Ambas cosas son valiosas para la sociedad aunque por distintas razones y a niveles diferentes.
Cuestionar las creencias avanza el conocimiento, elimina supersticiones y neutraliza falsedades. Pero hay creencias que ayudan a crear comunidad de intereses, solidaridad de grupo, sentido de pertenencia, arraigo en un lugar, sentido de un pasado compartido.
Las personas que desarrollan su capacidad de juicio crítico pueden establecer un balance entre la libertad de pensamiento que estimula el crecimiento personal y el progreso de la humanidad y la aceptación de tradiciones que ayudan a la cohesión social.
3.3 Libertad de cuestionamiento vs logorrea
Si uno le pone atención a las conversaciones regulares de la gente o le da una mirada al material circulado en los medios sociales, a las elucubraciones de comentaristas de prensa y a los comentarios de lectores en las páginas web de los medios formales se da cuenta de que mucha gente es indiferente a su propia libertad de pensamiento. Se contenta con sostener lo que cree que sabe, repite lo que ha oído a alguien en quien confía aunque carezca de fundamento, gasta su tiempo oyendo necedades, permite que los ignorantes le digan estupideces siempre que lo hagan con tono de autoridad, exige respeto a todo lo que se le ocurre decir independientemente de si es lógico, probable o verdadero, y cuando alguien reta sus creencias responde con insultos.
Con frecuencia, la falta de pensamiento crítico se combina con desconfianza a intelectuales, científicos, pensadores, personas que hacen preguntas sobre lo que oyen. Esta desconfianza tiene efectos negativos en el progreso de la humanidad.
Hay una diferencia entre pensar críticamente y  hablar sin ton ni son. Lo primero implica tener criterio, conocer los hechos, sopesar las evidencias, aplicar principios de lógica. Lo otro es la charla vana de quien no sabe.
La clase dominante de una sociedad tiene interés en evitar el cuestionamiento de las creencias que directa o indirectamente sostienen su predominio. Por eso usa su control del estado y de los medios de comunicación para limitar y no incentivar la libertad de pensamiento.
Las masas, que incluyen a analfabetas y a personas educadas que no usan su capacidad de raciocinio, aceptan las restricciones a la libertad de pensar mientras se sientan libres de hablar intemperadamente.
La educación, que los liberales del siglo XIX querían universal, obligatoria y gratuita con la esperanza de liberar a la humanidad de creencias falsas, no ha logrado este objetivo. Russell ha explicado que la educación tiene dos propósitos, instruir y enseñar a razonar críticamente. Mucha gente se siente satisfecha con lo primero y rara vez toma la iniciativa para explorar lo segundo. En esto la preferencia de las masas y los intereses de las clases dirigentes se refuerzan mutuamente.
3.4 Medios sociales, vivero de creencias
Los medios tradicionales y los medios sociales juegan un papel muy importante en la creación y transmisión de creencias verdaderas y falsas. Y los administradores de los mismos ejercen un poder oculto, sin responsabilidades sociales o políticas, sobre lo que consumimos como usuarios de esos medios y sobre lo que comparten con los servicios de inteligencia y policía de gobiernos antidemocráticos.
De ahí que debamos prestar atención a lo que vemos y oímos en los medios pues estos son parte de la cadena de comunicación que avanza nuestras creencias correctas y que crea o refuerza nuestras creencias incorrectas.
Los medios de comunicación de todo tipo ayudan a nuestro progreso humano cuando se prestan, por ejemplo, para:
1. difundir información científica, noticias censuradas por los gobiernos o suprimidas por los medios tradicionales, convocatorias de protestas populares,
2. coordinar trabajo entre personas que no lo pueden hacer cara a cara,
3. compartir pasatiempos y obras de arte,
4. comunicarnos con amigos y parientes ausentes,
5. amplificar denuncias de abusos del poder público y privado.
Y retardan nuestro progreso[i] cuando se prestan para:
1. falsear la realidad y publicitar necedades,
2. repetir mentiras y noticias falsas,
3. divulgar rumores, afirmaciones sin sustento fáctico, textos bobos atribuidos falsamente a genios de la ciencia o la literatura,
4. divulgar enseñanzas de psicología y moral humanas derivadas del comportamiento de los animales,
5. condenar a personas e instituciones por conductas toleradas o excusadas en otras,
6. circular generalizaciones injustificadas a partir de eventos individuales o únicos,
7. circular frases y opiniones banales de individuos famosos en la farándula y el mercado de entretenimiento como si se tratara de pensamientos profundos,
8. expresar sentimientos irracionales de odio hacia individuos, organizaciones o creencias de otras personas[ii],
9. difundir chistes, memes, insultos y caricaturas racistas, sexistas o carentes de gusto, ingenio o respeto por la persona ajena.
Todos los medios sirven para promover nuestra inteligencia y afianzar nuestra libertad de pensamiento igual que para ayudarnos a escapar del mundo de la ciencia y la razón. Nosotros tenemos que decidir para qué los usamos.
3. 5 Manipulación de creencias y control social
El hábito de cuestionar creencias puede tener un efecto perverso en el discurso público. Sucede cuando individuos o instituciones (ej., organizaciones civiles o religiosas, empresas, agencias del gobierno) se valen del vocabulario de la inquietud intelectual para sembrar dudas sobre lo que sabemos, promover la ignorancia y atacar la ciencia y la razón.
Cuestionar de manera productiva implica buen juicio y se orienta a la búsqueda de hechos que confirmen o desvirtúen lo que creemos. La mera siembra de dudas no garantiza que estemos buscando la verdad[iii].
Aunque no vamos a encontrar una verdad absoluta o una opinión inmejorablemente objetiva, la humanidad ha mantenido un consenso (siempre amenazado por las creencias falsas aceptadas o impuestas) sobre lo que es verdad, suficiente para permitirnos avanzar en las ciencias y el entendimiento de nuestra naturaleza[iv].
El ocultamiento o el desprestigio de creencias verdaderas tiene por objeto negarle a la gente la oportunidad de usarlas como base de sus decisiones. Sucede, por ejemplo, cuando empresas mineras, petroleras, embotelladoras de aguas azucaradas, productoras de cigarrillos, opioides o asbestos ocultan lo que saben o niegan lo que otros saben sobre los efectos que sus actividades tienen en la salud de los seres vivos o del medio ambiente. Sucede también cuando funcionarios del gobierno ocultan sus decisiones o desinforman sobre sus consecuencias. Sucede cuando los profesionales de las ciencias sociales desfiguran los hechos o los interpretan con sesgos personales o de clase social.
Debemos manejar los discursos de líderes políticos, sociales y religiosos y la propaganda de la empresa privada con los mismos criterios que aplicamos a lo dicho por personas de autoridad[v]. En ocasiones hay razones para aceptar como verdadero lo que nos dicen. Pero también hay ocasiones para dudar: ¿nos dicen lo que saben, hasta donde lo saben?, ¿pretenden saber cuando en realidad no han estudiado el tema o no están en capacidad de entenderlo?, ¿nos dan los hechos que necesitamos conocer para formar una opinión informada?, ¿nos manipulan para que tomemos una decisión emocional, sin pensarlo mucho?
Vale la pena reiterar lo dicho. Las clases dirigentes tienen interés en desincentivar el pensamiento crítico en las masas. Una de las motivaciones que tienen es que así pueden romper en la conciencia popular el conocimiento que permite conectar las acciones y decisiones de los poderosos con las consecuencias que esas acciones y decisiones tienen en la salud humana, en el medio ambiente o en el  bien común.
Para las clases dirigentes es suficiente con que la mayoría de nosotros limitemos nuestra participación en la vida pública al voto periódico y la protesta ocasional y dejemos en sus manos -pero sin exigirles responsabilidad- las decisiones de guerra y relaciones internacionales, el manejo de conflictos con enemigos internos, las reformas al funcionamiento del estado o al régimen de impuestos, el presupuesto nacional de ingresos y gastos, la disposición de tierras y bienes públicos, la designación de altos funcionarios y la escogencias de contratistas oficiales, el diseño del modelo económico nacional y, en general, las cosas que influyen en el bienestar de todos.
Y todo esto lo logran, para empezar, si las masas están acostumbradas a aceptar creencias infundadas. Esto se logra promoviendo el culto de la ignorancia, como lo describe Isaac Asimov en un artículo de 1980 traducido para este blog y discutido en el ensayo El culto global de la ignorancia.
3.6 La propaganda, reto a nuestro poder de cuestionamiento

1. La propaganda en el mundo contemporáneo se ha convertido en un pilar de la economía y la política. Siempre ha tenido un papel en la formación de imagen de naciones, ciudades, gobernantes y hombres de negocios, pero en nuestro tiempo ha adquirido mayor importancia por el uso que hace de la psicología social e individual, la antropología y la historia y por su capacidad de movilizar los recursos emocionales y técnicos de toda la población.

Aunque en ocasiones la propaganda sirve para educar a las masas en asuntos de importancia colectiva, es usada regularmente para inhibir nuestra capacidad de pensar críticamente e inducirnos a tomar decisiones irracionales o aceptar creencias infundadas.

La propaganda está presente día y noche en el mundo contemporáneo, excepto por algunas sociedades aisladas de la economía avanzada y la globalización y algunas comunidades diminutas de monjes que han escogido eliminar o moderar la presencia de los medios y la tecnología virtual en sus vidas. Así que muchos tenemos que vivir con ella, gústenos o no, y por eso nos conviene saber a qué atenernos.

2. Los empresarios la usan intensamente. La justifican diciendo que sirve para informar a los consumidores sobre las especificaciones y uso de los productos. 

Sin embargo, una observación superficial de la propagada que nos bombardea constantemente nos muestra un uso relativamente moderado de la informativa y una preponderancia de la manipuladora de deseos.

Los empresarios también nos dicen que ella no tiene efecto apreciable en la decisión de compras entre el público al que está destinada (ej., personas inclinadas a los gastos suntuarios, personas de poca educación, consumidores cuyos recursos debieran forzarlos a tener prioridades vitales, consumidores infantiles y juveniles, etc.).

Uno puede cuestionar la veracidad de estas afirmaciones. Proceden de personas expertas en generar ganancias. ¿De verdad tiene sentido en el mundo de los negocios gastar inmensas cantidades de dinero en una actividad que no va a generar ninguno?

3. Los políticos también la usan con la expectativa de generar en sus seguidores y votantes ilusiones sobre lo que ellos pueden darles, confianza en sus propuestas y decisiones y temores sobre lo que podrían hacer sus rivales.

Ellos se apoyan en la propaganda para hacer que las masas:

- les den un mandato para legislar, ejecutar y juzgar sin cuestionar la seriedad o estupidez de las premisas en las que ellos basan sus decisiones,

- no participen en la selección de opciones, ni cuestionen los resultados, ni tengan voz en el castigo o premio de los equipos de gobierno que toman decisiones,

- no entiendan si las acciones de quienes están en los altos niveles del gobierno y la economía las benefician o las perjudican.

3.7 Propaganda y libertad intelectual en la guerra

La guerra, o la amenaza de guerra, provee el mejor ejemplo del poder de la propaganda en manos de políticos y empresarios:

- hay que convencer a la población de hacer sacrificios de vidas y haciendas y que a su nombre se cometan atrocidades inhumanas,
- hay que darle una narrativa de victimización, restablecimiento de derechos perdidos y victoria, y

- hay que mantenerla ignorante de los errores de sus estrategas civiles y militares, de los privilegios de quienes nada sacrifican y del enriquecimiento de los especuladores de guerra.

En asuntos de guerra los poderosos se dan la tarea de crear y sostener una ignorancia colectiva. Y lo logran, muchas veces con la colaboración de la elite intelectual de la sociedad.

En 1919, poco después de la primera gran guerra europea del siglo XX, el dramaturgo y novelista Romain Rolland publicó el Manifiesto por la Independencia  Mental[vi] con la firma de intelectuales del mundo. Resumió el papel de la elite intelectual europea durante la guerra diciendo:

“Muchos intelectuales pusieron su ciencia, su arte y su inteligencia al servicio de los gobiernos […] Los pensadores, los artistas, añadieron una cantidad incalculable de odio envenado a la plaga que asolaba a Europa. Del arsenal de sus conocimientos, de su memoria, de su imaginación, extrajeron razones para justificar el odio, razones frescas y añejas, razones históricas, científicas, lógicas, poéticas. Hicieron un esfuerzo para destruir las bases del entendimiento y el amor entre los hombres. Al hacerlo desfiguraron, profanaron, rebajaron y degradaron la Inteligencia de la que eran representantes. La hicieron un instrumento de las pasiones y una herramienta de los intereses egoístas de una clase social o política de un estado, una patria, una clase”.

Sus palabras describen con exactitud el papel de la propaganda en un conflicto armado. Es lo que uno ve en la historia reciente, en la guerra de Vietnam, en la persecución de minorías étnicas y religiosas en Siria, Afganistán, Burma, Ceilán, la India, Israel, Ruanda y Burkina Faso, en las guerras civiles de América Central, Perú y Colombia.

Ante el secuestro de la razón y el pensamiento crítico por la propaganda uno querría que la humanidad entera se congregara alrededor de la Inteligencia para ponerla al servicio del ser humano, “el que sufre, el que lucha, el que cae y se levanta para seguir adelante, el que avanza por un camino que ha humedecido con su sudor y su sangre”, como dice el mismo Rolland.
3.8 Políticas, distribución de riqueza, creencias
Las decisiones sobre cómo dirigir una sociedad y administrar sus recursos se basan en creencias fácticas y éticas. Podemos repetirlo, la clase dominante toma las decisiones sociales que prefiere con base en sus creencias y las clases dependientes también tienen creencias que inspiran lo que desean del estado, la economía y la sociedad. Esas creencias fácticas y éticas deberíamos discutirlas abiertamente.
Las creencias fácticas se apoyan en los indicadores de desarrollo socioeconómico: índices de crecimiento, industrialización, inflación, empleo, pobreza, concentración de riqueza,  natalidad, mortalidad, comercio exterior, cubrimiento de servicios públicos, criminalidad y encarcelamiento, etc.
Las creencias éticas tienen que ver con la pregunta de si es conveniente o correcto que el estado beneficie más a un sector de la población que a otro, y si esa disparidad de beneficios es correcta, qué tan grande puede ser y por cuánto tiempo ha de mantenerse.
Circula en los medios sociales un texto anónimo que describe el conflicto de creencias que separan a los defensores y los opositores de la disparidad de beneficios en una sociedad; dice:
“Hablar de desigualdad social no es resentimiento, señalar la corrupción no es envidia, denunciar los delitos no es odio, exigir recursos para salud y educación no es querer todo regalado”. Se complementa con otro que dice: “El hecho de que yo reclame mis derechos y ejercite mis libertades no me hace terrorista”.
3.9 Creencias y valores en las políticas sociales
Tenemos aquí dos conjuntos de creencias claramente contrapuestas:
1. las relativas a hechos, comprobables y medibles: desigualdad, corrupción, delincuencia, extensión de los servicios públicos, limitaciones a los derechos individuales;
2. las relativas a valores antagónicos de dos grupos de ciudadanos:
        a) los que creen que la humanidad progresa a medida que un mayor número de personas se benefician de la acción del estado y del desarrollo económico y ven protegidos sus derechos políticos, libertades civiles, vidas y patrimonios, autonomía personal y potencial de crecimiento personal,
        b) los que creen que esa noción de progreso humano es utópica y que los beneficios del desarrollo económico y social deben reservarse para un sector limitado de la población.
En la vida contemporánea la mayoría de las sociedades ha logrado un equilibrio –más o menos estable, más o menos precario- entre ambos conjuntos de creencias, a sabiendas de que hay una tensión constante para hacer que ese equilibrio cambie en un área o en muchas.
Como se trata de un conflicto de valores son con frecuencia los líderes morales los que toman la iniciativa para mover a un pueblo en una dirección u otra. Así, en América Latina, Arnulfo Romero, Enrique Ángel Angelelli, Helder Camara, Gerardo Valencia Cano, Paulo Freire, por ejemplo, han guiado a sus pueblos en la formación de creencias más favorables al progreso humano. Por supuesto, otros ha habido que han echado en dirección opuesta, pero yo creo -y quiero- que el futuro de la humanidad vaya en el sentido de mayor bienestar para el mayor número.
3.10 Creencias, su papel en la experiencia humana
Este ensayo habla solo de creencias pero eso no quiere decir que la evolución social, la búsqueda de la verdad, el crecimiento de la ciencia y el desarrollo histórico giren únicamente alrededor de ellas. Es similar a lo que pasa con una ecuación de dos o tres variables para explorar un momento económico o sociológico. Para mantener la discusión enfocada uno asume que todo lo demás permanece constante. Las creencias no son el único factor determinante en la vida individual y social, aunque tienen un papel importante, como lo hemos visto en este ensayo.
3.11 Protección de la libertad de pensar y cuestionar
El hecho de que muchos miembros de una sociedad no usen su libertad de pensamiento (que es también su libertad de cuestionar creencias) no quiere decir que esta libertad sea inútil o innecesaria.
Las sociedades y los gobiernos deben crear protecciones para la libertad de pensamiento como una puerta permanentemente abierta al desarrollo de la ciencia y a la búsqueda de la sabiduría. Ojalá, soñamos algunos, toda la humanidad traspase esa puerta; por el momento algunos lo harán y todos nos beneficiaremos.

Luis Mejía
1 de octubre del 2019
Publicado en blogluismejia.blogspot.com




[i] El periodista británico Robert Fisk ha comentado sobre el empobrecimiento intelectual y el incremento de la vulgaridad en el lenguaje que parecen ser facilitados por los medios sociales, en https://www.independent.co.uk/voices/comment/robert-fisk-our-addiction-to-the-internet-is-as-harmful-as-any-drug-and-what-passes-for-comment-9433535.html
[ii] Paul Krugman describe a las personas que expresan odio irracional ideológico, en https://www.nytimes.com/es/2019/03/15/paul-krugman-capitana-marvel/
[iii] Una táctica favorecida por políticos y activistas de toda laya para desacreditar algo o alguien es la de sembrar dudas sobre su honestidad o veracidad sin proveer fundamentos fácticos y gira generalmente alrededor de la expresión “¿no parece extraño que…?” Quien la usa no necesita probar nada para poner algo en entredicho. Donald Trump, por ejemplo, ha hecho su carrera sobre esa base: https://www.axios.com/donald-trump-attack-opponents-suspicion-8d6be62d-bf84-4c4a-a2f9-e33afcdef5d6.html
[iv] Con intención meramente ilustrativa uno pude decir que hay verdades teológicas, que tienden a ser absolutas u reveladas, verdades filosóficas, que derivan de la discusión sobre lo que sabemos y cómo lo sabemos y que varían según la escuela a que uno se afilie, verdades científicas, que dependen del estado del conocimiento sobre el mundo en un momento dado, y verdades prácticas, que son las que nos permiten llevar una vida de estudios, descubrimientos prácticos y conversaciones más o menos racionales con los demás.
[v] La poetisa colombiana Piedad Bonnett escribió un comentario muy perceptivo sobre las diferencias en la autoridad del intelectual y del agitador político, en https://www.elespectador.com/opinion/sobre-la-idolatria-columna-838785

11 comments:

  1. Lista de creencias infundadas,
    por Bertrand Russell:

    https://revistas.unal.edu.co/index.php/revistaun/article/view/12347/12961

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  2. Hannah Arendt Explains How Propaganda Uses Lies to Erode All Truth & Morality

    http://www.openculture.com/2017/01/hannah-arendt-explains-how-propaganda-uses-lies-to-erode-all-truth-morality.html

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  3. Pensar libremente es dudar
    Por Moisés Wasserman

    https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-wasserman/pensar-libremente-es-dudar-columna-de-moises-wasserman-343040

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  4. El lenguaje de la política degenera hacia la simpleza
    El estudio de cientos de miles de discursos de las últimas décadas en varios países indica que el habla de los líderes pierde complejidad y pensamiento analítico
    Por Javier Salas

    https://elpais.com/elpais/2019/02/23/ciencia/1550934862_240733.html?id_externo_rsoc=TW_CM

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  5. What passes for comment on internete these days is often simply foul abuse
    By Robert Fisk

    https://www.independent.co.uk/voices/comment/robert-fisk-our-addiction-to-the-internet-is-as-harmful-as-any-drug-and-what-passes-for-comment-9433535.html

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  6. El abandono del pensamiento crítico
    Por Tahar Ben Jelloun

    Cuando el pensamiento crítico abandona la partida, dejando el campo libre a todas las extravagancias, y cuando la duda, sea metódica o estratégica, se ausenta, es el individuo el que renuncia a su condición de tal, se pierde en la muchedumbre y se convierte en elemento insignificante, ahogado y no reconocido

    En castellano:
    https://unesco.bibliomondo.com/ark:/48223/pf0000099224_spa

    En inglés:
    https://www.questia.com/magazine/1G1-16476551/the-abdication-of-thought

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  7. Scientific thinking - A good review of relevant issues

    Boston Review
    “Listen to the Science”

    http://bostonreview.net/reading-lists-science-nature/matt-lord-boston-review-%E2%80%9Clisten-science%E2%80%9D

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  8. Attorney General William P. Barr and the promotion of beliefs with a political purpose

    https://www.justice.gov/opa/speech/attorney-general-william-p-barr-delivers-remarks-law-school-and-de-nicola-center-ethics

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  9. Beliefs promoted by the powerful that aim at a control of people's minds:

    Michael R. Pompeo, U.S. Secretary of  State, says in his Being a Christian leader speech: "As believers, we draw on the wisdom of God to help us get it right, to be a force for good in the life of human beings."

    https://www.state.gov/being-a-christian-leader/  

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  10. In Defense of Disbelief: An Anti-Creed
    We should doubt all theories and theologies that claim to solve the problem of who we really are

    By John Horgan

    https://blogs.scientificamerican.com/cross-check/in-defense-of-disbelief-an-anti-creed/

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  11. Razonamiento crítico, adaptación castellana de Asking the Right Questions. A Guide to Critical Thinking, Brown& Stuart, por Moris Polanco

    https://www.academia.edu/583670/Razonamiento_Cr%C3%ADtico

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