CULTO DE LA IGNORANCIA EN LOS ESTADOS UNIDOS
Nota al lector: Una discusión separada del culto de la
ignorancia a nivel global, en los campos político y empresarial, se encuentra
pulsando aquí para la primera parte y aqui para la segunda parte.
Índice:
Presentación y resumen
1. Ciencia, inteligencia y mentalidad popular
2. Rechazos: conocimientos especializados y elitismo
3. Prensa libre y comprensión de lectura
4. Resistencia popular
a la información seria
5. Elitismo intelectual para todos
Presentación y resumen
En 1980 la revista Newsweek publicó un artículo titulado El culto de la ignorancia de Isaac
Asimov (Rusia 1920- EEUU 1992), profesor de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Boston, divulgador científico y novelista de ciencia ficción.
El escrito se refiere
a lo que él percibía como una ausencia de opinión pública educada en los
Estados Unidos y gira alrededor de la máxima “mi ignorancia vale lo mismo que tus conocimientos”. El autor
enfatiza los siguientes puntos:
1. hay mucha gente
que se contenta con tener nociones muy básicas de lectura, escritura y
aritmética, pero no quieren cultivarse lo suficiente para entender la
información a su alcance,
2. la misma gente
considera que la educación avanzada y las muestras de inteligencia son una
mancha en el carácter de la persona,
3. hay también mucha
gente que desconfía de los expertos,
4. la misma gente que
desconfía de la inteligencia y del conocimiento de los expertos exige respeto
intelectual y aceptación para sus opiniones ignorantes,
5. hay muchos
políticos que alientan estas actitudes entre sus seguidores, se pronuncian
contra los intelectuales y expertos y hablan incorrectamente para igualarse con
los ignorantes, y
6. este mal, sin
embargo, no es irremediable pues toda persona con un cerebro normal puede con
diligencia ingresar a la elite intelectual.
Tom
Nichols[i] amplía las observaciones de Asimov en un artículo
publicado por la revista estadounidense The Daily Beast en mayo del 2017:
“Hoy hay más personas mejor
educadas que en cualquier momento del pasado y es muy fácil acceder al
conocimiento. ¿Por qué, entonces, con frecuencia despreciamos a quienes con
seguridad saben más que nosotros? […] Vivimos en tiempos de peligro. Nunca ha
habido tanta gente con acceso a tanto conocimiento que al mismo tiempo sea tan
resistente a aprender. En los Estados Unidos y en otros países desarrollados
gente obviamente inteligente denigra de los logros intelectuales y rechaza el
concepto de los expertos. Hay un número creciente de personas ignorantes que no
solo carecen de conocimientos básicos sino que desprecian las reglas
fundamentales de evaluación de evidencias y se niegan a aprender la manera de
formular argumentos lógicos. Su comportamiento pone en peligro la conservación de
los conocimientos acumulados en el curso de los siglos y debilita los hábitos y
prácticas que nos permiten desarrollar conocimientos nuevos.”
Un artículo de Nicols
sobre el ocaso de los expertos se encuentra en castellano pulsando aquí.
EL CULTO DE LA IGNORANCIA
Por Isaac
Asimov
Artículo publicado en el semanario estadounidense Newsweek, edición del 21 de enero de 1980.
1. Ciencia, inteligencia y mentalidad popular
Es difícil estar en desacuerdo con la justificación que
se usa tradicionalmente para defender la existencia de la prensa libre: “Los
Estados Unidos tienen derecho a saber”. Sonaría cruel preguntar con maliciosa
intención: “¿El derecho de los Estados Unidos a saber qué, si se puede decir?,
¿ciencias?, ¿matemáticas?, ¿economía?, ¿idiomas?”.
A nada de eso nos referimos, por supuesto. De hecho
uno puede asumir que de acuerdo con la preferencia popular los estadounidenses
estarían mejor sin esas bobadas.
En los Estados Unidos hay un culto de la ignorancia.
Siempre lo ha habido. Una tendencia al anti-intelectualismo se extiende como un
hilo siempre presente en la vida cultural y política, sostenido por la creencia
equivocada de que en la democracia “mi
ignorancia vale lo mismo que tus conocimientos”.
Los políticos se esfuerzan todo el tiempo por hablar
el idioma de Shakespeare y Mllton tan incorrectamente como sea posible para que
su público no se ofenda creyendo que fueron a la escuela. Así por ejemplo Adlai
Stevenson, quien cometió la imprudencia de permitir que su inteligencia, saber
e ingenio se manifestaran en sus discursos, terminó viendo cómo el pueblo
estadounidense se fue en masa detrás de un candidato presidencial que inventó
una versión del idioma inglés que solo él conoce y que desde entonces ha sido
el dolor de cabeza de los humoristas[ii].
Uno de los blancos más importantes de George Wallace
en sus discursos es el “profesor intelectualoide”. Y hay que oír las carcajadas
de aprobación de su público de “intelectualoides” cuando oye esa expresión[iii].
2. Rechazos: conocimientos especializados y elitismo
Tenemos también un eslogan nuevo por parte de los
obscurantistas: “No hay que confiar en los expertos”.
Hace treinta años era: “No hay que confiar en los
mayores de 30 años”. Pero los que coreaban este eslogan se dieron cuenta de que
la alquimia inevitable del calendario tarde o temprano los ponía en el grupo de
no confiables. Así que, al parecer, decidieron no volver a cometer ese error.
En cambio, “no hay que confiar en los expertos” es algo que va sobre seguro.
Nada, ni el paso del tiempo ni la exposición a información los convertirá en
expertos en cualquier tema que sea medianamente útil.
Tenemos también un cliché nuevo para referirnos a
alguien que admire el conocimiento, el saber, la idoneidad y la destreza y
aspire a propagarlos. A personas así las llaman “elitistas”.
Este es el cliché más gracioso que se haya podido
inventar. La gente que no pertenece a la élite intelectual no sabe qué es un
“elitista”, ni siquiera sabe cómo pronunciar la palabra. Por eso cuando alguien
grita “elitista” es obvio que él o ella es un elitista clandestino que se
siente culpable de haber ido a la escuela.
3. Prensa libre y comprensión de lectura
Olvidemos entonces mi maliciosa pregunta inicial. El
derecho de los Estados Unidos a saber no incluye el conocimiento de temas
elitistas. El derecho de los estadounidenses a saber se refiere a algo que
podemos describir vagamente como “lo que pasa”. Los Estados Unidos tienen
derecho a saber “lo que pasa” en los tribunales, en la Casa Blanca, en las
asociaciones industriales, en las agencias de regulación y control, en los
sindicatos obreros, en general, en las sedes del poder.
Eso está bien. Yo lo acepto. Pero, ¿cómo se logra que
la gente sepa todo eso?
La respuesta llega casi gritada: que se nos garantice
una prensa libre y un equipo de reporteros investigativos independientes y
valerosos y con ellos podemos confiar en que la gente sabrá.
Sí. A condición de que la gente pueda leer.
La realidad es que leer es uno de esos tópicos
elitistas de los que vengo hablando y el público estadounidense, por lo
general, dados su desdén por los profesores “intelectualoides” y su
desconfianza en los expertos, no está en capacidad de leer y no lee.
Seguro que el estadounidense promedio puede firmar su
nombre de manera más o menos legible y puede entender los titulares deportivos,
pero, me pregunto, ¿cuántos estadounidenses no elitistas pueden leer, sin mucha
dificultad, mil palabras consecutivas en tipo pequeño, algunas de las cuales
pueden ser trisílabas?
Más aún, la situación se está agravando. Los
resultados de los exámenes de lectura en las escuelas van en caída sostenida.
La señalización en las carreteras, que ya era un ejercicio de mala lectura (N.
del T.: El autor se refiere al uso de expresiones incompletas para dirigir el
tráfico y da como ejemplos "Go Slo", "Xroad"), está siendo reemplazada por
pequeños dibujos que pueden ser entendidos por viajeros extranjeros y, de paso,
ayudan a los que saben cómo conducir un vehículo pero que no pueden leer porque
no son “profesores intelectualoides”.
También en los
comerciales de televisión se ven con frecuencia mensajes escritos. Si uno los
analiza se da cuenta de que en las agencias de propaganda nadie cree que los
vaya a leer alguien diferente al elitista ocasional. Para asegurarse de que no
solo esta minoría selecta recibe el mensaje, el locutor lee cada palabra en voz
alta.
4. Resistencia popular
a la información seria
Si ese es el caso,
entonces ¿cómo consiguieron los estadounidenses el derecho a saber?
Reconozcamos que
algunas publicaciones hacen un esfuerzo honesto para decir al público lo que
debe saber y al mismo tiempo preguntémonos cuántas personas efectivamente las
leen.
Existen
aproximadamente doscientos millones de estadounidenses que han pasado parte de
su vida en un aula escolar y que aceptarán que saben leer (con la condición de
que uno no divulgue sus nombres ni los haga avergonzar ante sus vecinos), pero
los periódicos más reconocidos consideran que les va muy bien si tienen una
circulación de medio millón de copias. Se puede decir que solo un uno por
ciento –o menos- de los estadounidenses intenta ejercer su derecho a saber. Y
si tratan de hacer algo con base en lo que aprenden lo más probable es que sean
acusados de elitistas.
Yo sostengo que el
eslogan “el derecho de los Estados Unidos a saber” es una expresión vacía
cuando tenemos una población ignorante y que la misión de la prensa libre es
efectivamente nula cuando casi nadie la lee.
¿Qué podemos hacer
para remediar la situación?
Podemos empezar por preguntarnos, ¿es la ignorancia
algo que al fin y al cabo resulta maravilloso?, ¿es válido, entonces, denunciar
el “elitismo”?
5. Elitismo intelectual para todos
Yo estoy convencido de que todo ser humano con un
cerebro físicamente normal puede aprender mucho y puede ser intelectual. En mi
opinión lo que necesitamos urgentemente es aprobación y reconocimiento social
del saber.
Todos podemos ser miembros de la elite intelectual.
Será entonces, y solamente entonces, cuando tendrá sentido una expresión como
“el derecho de los Estados Unidos a saber”, y lo tendrá también un verdadero
concepto de democracia.
Traducción y
subtítulos de Luis Mejía
10 de septiembre del 2019
Publicado en blogluismejia.blogspot.com
[i] Profesor de la Escuela Naval de Guerra de
los Estados Unidos y autor del libro El
ocaso de los expertos
[ii] Asimov se refiere a las camapañas
presidenciales estadounidenses de 1952 y 1956 cuando Stevenson, nominado por el
Partido Demócrata, fue derrotado por Ike Eisenhower, candidato del Partido
Republicano.
[iii] Wallace, del Partido Demócrata, fue
gobernador del estado de Alabama por cuatro períodos entre 1963 y 1987. Fue
famoso por su respaldo radical a la segregación racial y su populismo de
derecha. En 1979 renunció su racismo previo, pidió perdón a los negros por sus
acciones y en su último período como gobernador nombró a muchos de ellos en
posiciones oficiales.
Paren de parir - Gobierno debe hacer de control de natalidad en venezolanos una prioridad de su estrategia migratoria - Por: Claudia Palacios
ReplyDeleteEste es un extraordinario ejemplo de ignorancia crasa sobre sexualidad, reproducción y migración, convalidado por un sector de ls elites colombianas al ser publicado por el diario de mayor circulación en el país.
https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/claudia-palacios/paren-de-parir-columna-de-claudia-isabel-palacios-giraldo-374742
The Dumbing Of America By Susan Jacoby
ReplyDeletehttp://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/02/15/AR2008021502901.html
Anti-Intellectualism in American Life by Richard Hofstadter
ReplyDeleteA review by O. Alan Weltzien
https://mtprof.msun.edu/Spr2008/weltzrev.html
ANTI-INTELECTUALISMO EN LA VIDA NORTEAMERICANA
ReplyDeleteHOFSTADTER, RICHARD
EDITORIAL
Editorial Tecnos
Who doesn’t read books in America?
ReplyDeletePew Research Center
https://www.pewresearch.org/fact-tank/2019/09/26/who-doesnt-read-books-in-america/
Comparar a un presidente con sus predecesores o sucesores implica conocimiento o ignorancia de historia, ciencia poítica y moral social. Desde ese punto de vista la siguiente encuesta ejemplifica el culto de la ignorancia:
ReplyDeleteA Majority of Republicans Say Trump is Better President Than Lincoln
https://slate.com/news-and-politics/2019/11/majority-republicans-trump-better-president-lincoln-poll.html
How America Lost Its Mind - The nation’s current post-truth moment is the ultimate expression of mind-sets that have made America, by Kurt Andersen
ReplyDeletehttps://www.theatlantic.com/magazine/archive/2017/09/how-america-lost-its-mind/534231/
Note: This article presents an excellent compilation of facts and quotes. They are all verifiable. The explanatory hypotheses, though, can be viewed with a little grain of salt.
Great example of ignorance as a cult with missionaries and followers
ReplyDeleteA Louisiana pastor who defied coronavirus orders is asking people to give their stimulus money to the church, By Eric Levenson, CNN
https://www.cnn.com/2020/04/19/us/louisiana-pastor-coronavirus-stimulus-checks-trnd/index.html