EL CULTO GLOBAL DE LA IGNORANCIA – Parte B

“MI IGNORANCIA VALE LO MISMO QUE TUS CONOCIMIENTOS”

IGNORANCIA, INSTRUMENTO DE PODER Y SUMISIÓN

Por LUIS MEJÍA

Doctor en Derecho y en Economía

Índice:

        Parte A: Ignorancia y destino, individual y colectivo

1. Asimov diagnostica la ignorancia en los Estados Unidos

2. La ignorancia clasificada

3. La persistencia de la ignorancia militante

4. Triunfo de la ignorancia en EEUU

5. Ignorancia y tragedias humanas

6. La ignorancia contraataca

7. Rechazo a los expertos

Parte B: Ignorancia, instrumento de poder y sumisión

8. Ignorancia y poder

9. Los poderosos administran la ignorancia popular

10. Los ciudadanos se amoldan a la ignorancia

11. Los políticos y la ignorancia

12. Modalidad empresarial del culto de la ignorancia

13. Le ganaremos a la ignorancia. Algún día.

NB: Continuación de un texto que se encuentra pulsando aquí.

8. Ignorancia y poder

En un mundo ideal los miembros de una sociedad se someten a la autoridad de los poderosos porque reconocen en estos la vocación de servicio al bien común y las habilidades para manejar eficientemente los asuntos públicos.

En la práctica los poderosos se imponen sobre sus conciudadanos por otras razones. Mencionemos por vía de ejemplo:

1. por una cierta inercia que hace que la población se someta a las jerarquías y roles sociales a que está acostumbrada,

2.  porque en condiciones normales la gente prefiere el orden impuesto por una autoridad reconocida que el desorden resultante de la falta de autoridad o

3. porque los poderosos controlan los medios de violencia, coerción e información existentes en una medida suficiente para imponer temor y aquiescencia sobre los demás.

En este mundo práctico los poderosos (ej., altos funcionarios de estado, dirigentes de partido, oficiales del ejército y la policía, jefes de iglesia, hombres de negocios influyentes, latifundistas, herederos de grandes fortunas) saben que les conviene mantener a la mayoría de la población dentro de un cierto nivel de ignorancia.

La economía contemporánea requiere un suficiente número de individuos que tengan ciertos conocimientos prácticos e ignoren lo demás, que sepan leer, escribir, hacer cálculos y completar procedimientos apropiados para generar riqueza, alimentar el comercio, modificar técnicas existentes, mantener a la gente ocupada y transmitir conocimientos útiles a las nuevas generaciones.

La generación de conocimientos nuevos, la innovación técnica, la creación artística, la capacidad de pensar críticamente y la especulación filosófica son tareas para las que basta un número relativamente pequeño de personas. Estas son tareas que atacan la ignorancia y que los liberales tradicionales querríamos abiertas para toda la humanidad, pero no lo lograremos todavía.

9. Los poderosos administran la ignorancia popular

El discurso, la propaganda y la agitación políticas tienen un buen componente de falsedad. El ciudadano medianamente informado lo sabe. Los poderosos necesitan vencer este escepticismo espontáneo del ciudadano, orientar sus actitudes y decisiones, darle certezas para creer en ellos, hacerlo obediente.

Para ello tienen que controlar lo que pasa por sus cabezas.

Así que una tarea de los poderosos es administrar la ignorancia. Esto lo logran

 [1] por las buenas: propaganda, persuasión, manipulación de información, control de planes de estudios en escuelas y universidades, soborno de periodistas, creación de equipos de participantes ficticios en los medios sociales que circulen falsedades y desinformen; lo más frecuente es un discurso de lemas y simplezas verbales (por ejemplo, usar palabras como liberal o socialista como epítetos insultantes), generalizaciones infundadas, historias inventadas, acusaciones frívolas, que las masas confunden con pensamientos serios, etc.

[2] Y por las malas: prohibición, expurgación y destrucción de libros y publicaciones, encarcelamiento de autores y editores, ocultamiento de estudios técnicos que puedan contradecir propuestas o decisiones de gobierno, supresión de descubrimientos científicos que vayan contra sus intereses, bloqueo de internet, censura de los medios sociales, hostigamiento de intelectuales independientes, criminalización de quienes cuestionen información oficial, destierro de pensadores, etc.

Su primer propósito es imbuir en las masas creencias que protejan el statu quo y neutralicen el pensamiento crítico.

Su segundo propósito es limitar el conocimiento de los ciudadanos en asuntos relacionados con:

- los conflictos y problemas de la sociedad (por ej., impedir que los ciudadanos sepan que la acumulación de riqueza en pocas familias puede dar a estas control del poder político o reducir las oportunidades económicas del resto de la población, o que existe una relación de causalidad entre pobreza, desnutrición infantil y problemas de desarrollo físico y cognitivo del ser humano),

- el manejo del patrimonio colectivo (por ej., impedir la discusión sobre los intereses que deben proteger los administradores del patrimonio económico, cultural y social de un pueblo o sobre las obligaciones sociales de quienes explotan recursos naturales no renovables),

- los costos y beneficios de las diferentes maneras de usar las riquezas de una nación y cómo cada manera beneficia a un grupo social específico (por ej., impedir que los ciudadanos tengan información suficiente para decidir si las aguas de una cuenca dada deben usarse primordialmente para las necesidades de la población circundante o para facilitar la explotación de minas y petróleo o para entender cómo la automatización de la industria afecta el empleo de la mayoría de la población),

- el bienestar de los ciudadanos (por ej., limitar el acceso a información que le permita a los ciudadanos entender cómo se distribuye en la sociedad el acceso a la salud, la educación de calidad, la vivienda adecuada, el transporte, el empleo, la recreación y descanso, el crédito  de inversión y consumo, la creación de empresas, etc.),

-  la competencia profesional y honorabilidad personal de los individuos encargados de legislar, gobernar y administrar justicia (por ej., restringir el acceso de los ciudadanos a información sobre las calificaciones y habilidades personales de los funcionarios del estado, sus logros reales en las posiciones que hayan ocupado, su pasado policial y judicial, los intereses que hayan defendido en el curso de sus vidas, y las cualidades morales que sean relevantes para que merezcan la confianza del público).

Nota al lector: los ejemplos mencionados son limitados; el lector puede agregar muchos otros pertinentes.

10. Los ciudadanos se amoldan a la ignorancia

Segmentos importantes de las masas aceptan los límites que los poderosos ponen a sus conocimientos. Aceptan sin cuestionar las decisiones ineptas, las restricciones a la libertad de pensamiento y participación ciudadana, la supresión de información científica inoportuna, los hechos alternativos, las informaciones falsas o tendenciosamente incompletas, el ocultamiento de hechos y los estribillos de propaganda, siempre que provengan de alguien en quien confían.

Este culto de la ignorancia ocurre en todas las ideologías y partidos. Aunque uno podría decir que los movimientos y pensadores de izquierda tienen una mayor inclinación a trabajar con hechos y conocimientos científicos que los de derecha, los fanatismos políticos y el fervor por la causa genera en muchos activistas la misma ceguera intelectual y bloqueo a la razón que en sus opositores. Y los poderosos en un régimen de izquierda pueden sucumbir a las mismas tentaciones en que caen los poderosos de derecha.

11. Los políticos y la ignorancia

Muchos políticos son realmente ignorantes, otros pretenden serlo para enganchar a los votantes que de verdad son ignorantes.

Su ignorancia es perjudicial a la sociedad pues ella se proyecta en su trabajo como legisladores y administradores del estado y, en últimas, en las reglas oficiales de lo que nos es permitido saber.

A su turno, promueven la ignorancia de varias maneras:

- usando el prestigio de los cargos que ocupan y aprovechando la credulidad de sus seguidores para sembrar dudas sobre las verdades que les molestan (por ej., llamándolas falsas noticias, calificando de enemigos del pueblo a los medios y divulgadores independientes, promoviendo “hechos alternativos”, expidiendo leyes restrictivas de la libertad de prensa, persiguiendo judicialmente a los reporteros de noticias que los perjudican),

- sembrando desconfianza en la capacidad de los jueces y organismos oficiales de control para informarnos confiablemente la verdad sobre abusos de poder, negligencia en el desempeño de funciones y enriquecimiento ilícito (por ej., cuando se declaran inocentes y perseguidos políticos sin que importe la fuerza de las pruebas en su contra, o invocando el sufrimiento que agobiará a sus familias si les cae el peso de la ley),

- acusando a sus enemigos y opositores de violaciones éticas o actos ilícitos mientras ocultan, excusan o mienten con respecto a iguales o peores faltas cometidas por ellos mismos o sus aliados,

- diciendo mentiras o moviendo las emociones negativas de la gente para obtener respaldo popular para políticas contrarias a la razón, la ciencia o el bien común,

- ordenando el asesinato, encarcelamiento o destierro de sus opositores o de los testigos de sus delitos para callarlos.

Su deseo es confundir a las masas para que no sepan distinguir entre lo verdadero y lo falso y sus tácticas son usadas por los poderosos en general.

La ignorancia aparente y real que mantienen no les impide en ocasión aspirar a la autoridad de las personas cultas, como sucede en Colombia, por ejemplo, donde se apropian de títulos y certificados académicos inexistentes u obtenidos fraudulentamente. Los votantes ven esas cosas como una extensión del ánimo tramposo que esperan de ellos y las aprecian como un esfuerzo de igualarse por el rasero bajo.

12. Modalidad empresarial del culto de la ignorancia

La calidad de la información es clave en la lucha contra la ignorancia. Pero cuando están en juego intereses de los poderosos es difícil determinar qué tan confiable e imparcial es la información que se nos ofrece. El mundo de los negocios es un buen campo para discutir sobre esa confiabilidad e imparcialidad.

Todos sabemos que el consumo de algunos productos y la manera de producir otros puede dañar el medio ambiente, destruir la salud de los seres humanos  o reducir los recursos necesarios para la vida de estos. Esto no es materia de opinión. Son hechos observados y confirmados por medio del método científico. Sin embargo, la información que recibimos de empresarios, inversionistas y sus aliados en el gobierno es regularmente sesgada a su favor, al mismo tiempo que la de sus opositores puede estar sesgada en su contra.

En el mundo moderno hay numerosos ejemplos de empresas que bloquean o minimizan la circulación de la información pertinente porque sus intereses se pueden perjudicar si este conocimiento es absorbido por las masas o es usado por las autoridades en sus regulaciones. Así:

- el consumo excesivo de tabaco y bebidas alcohólicas, de grasas y azúcar, de opioides y penicilinas perjudica la salud personal;

- el uso de plásticos, asbesto, gas natural y derivados del petróleo, mercurio y arsénico en la minería, pesticidas y herbicidas, perjudica el medio ambiente y la salud humana;

- la producción de cemento, la extracción de gas y petróleo de yacimientos de esquistos [fracking], la explotación de carbón y de materiales radioactivos, la minería a cielo abierto, la producción industrial de carnes, los monocultivos (ej., palma de aceite, caña de azúcar, té, florestas de una sola especie maderable) perjudican el medio ambiente por contaminación –tóxica, sonora o lumínica- del entorno, exclusión de otras especies, destrucción del suelo, acumulación de desechos no procesables;

- algunos procesos de producción industrial, agricultura intensiva, ganadería extensiva y explotación minera y petrolera compiten con la especie humana, la flora y la fauna en el uso de recursos naturales no renovables (ej., ocupación de tierras cultivables o urbanizables con desechos químicos o escombros; utilización de aguas en irrigación, represas, lavado de minerales o inyección en pozos petroleros o yacimientos de gas).

Muchos de estos eventos reciben en economía el nombre técnico de externalidades negativas o costos no asumidos por el productor o consumidor y transmitidos a terceras personas o al resto de la sociedad.

El desarrollo económico, la tecnología disponible en el momento y nuestras expectativas como consumidores nos exigen:

1. reconocer que no podemos al mismo tiempo mantener intacta la naturaleza y producir los bienes y servicios necesarios para mejorar las condiciones de vida de los siete mil millones y medio de seres humanos existentes hoy; 

2. identificar un balance aceptable entre el progreso humano, la protección del medio ambiente y el uso de los recursos naturales para producir mercancías y servicios que desea o necesita tanta gente como sea posible;

3. el daño que como consumidores o productores hacemos al medio ambiente o a la salud humana puede ser irreparable y aunque tomemos medidas remediales probablemente tendremos que vivir con las secuelas;

4. los daños que como productores y consumidores causamos al medio ambiente y a la salud humana pueden originarse tanto en las clases bajas como en las clases altas y merecen la misma atención de las autoridades y la opinión pública.

Pero la discusión pública de esta realidad necesita información completa basada en la ciencia que tenemos. A ellos se oponen los empresarios que con ayuda de los medios, la complicidad de los gobiernos y el apoyo de los mitómanos de propaganda y relaciones públicas se esfuerzan en cultivar la ignorancia de las masas de varias maneras[i]:

- ocultando los riesgos humanos y ambientales de sus actividades,

- minimizando los costos sociales,

- financiando la investigación de científicos reconocidos para que generen descubrimientos favorables a productos o técnicas controversiales,

- usando el concepto de pseudo-científicos para divulgar información inválida[ii],

- prometiendo beneficios inexistentes o improbables.

13. Le ganaremos a la ignorancia. Algún día.

Debemos reconocer que en muchas situaciones uno no necesita ni el conocimiento ni el saber para vivir una vida normal; tampoco se necesita que todo lo que uno crea sea verdad. La rutina de  vivir cada día no requiere de raciocinios y verificación de datos a cada paso. Sin embargo, con mejores conocimientos uno puede tomar mejores decisiones.

Pero conocimiento no es lo mismo que coleccionar datos atolondradamente. La persona que sabe sobre algo ha hecho una acumulación sistemática de información, aplicado criterios para distinguir entre lo relevante y lo irrelevante y usado un método apropiado de estudio. Este proceso está cada día al alcance de más personas.

La educación formal puede dar las bases para iniciarse en él aunque no es suficiente, como lo muestra el gran número de graduados que son competentes en la aplicación de las técnicas de su profesión y que son incapaces de pensar críticamente.

Por eso el culto de la razón y de la ciencia es un reto que nos saca de lo cuotidiano y al que respondemos con la ambición de cultivar la mente, entender el mundo, profundizar los conocimientos heredados de nuestros antepasados, perfeccionar las herramientas con que transformamos nuestro entorno y darle pleno desarrollo a nuestra condición de seres racionales y conscientes.

Con ánimo de liberal decimonónico termino expresando mi deseo de que esta ambición se apodere de la humanidad entera. Tenemos en nuestras manos los conocimientos para entender cómo la ignorancia nos hace perder el control de nuestras vidas y nos somete a la voluntad de otros. Tenemos también las herramientas para adquirir el saber que libre nuestras energías creativas para beneficio de todos.

Luis Mejía

17 de septiembre del 2019

Publicado en blogluismejia.blogspot.com

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[i] La página web del Foro Económico Mundial tiene esta descripción de la estrategia usada por la industria del tabaco para desinformar al público: https://es.weforum.org/agenda/2019/02/lo-facil-que-es-crear-mala-ciencia-e-influir-en-la-opinion-publica/; el estudio original se encuentra en este enlace: https://arxiv.org/abs/1801.01239

[ii] Un extenso reportaje sobre los empresarios que usan mala ciencia para distraer la atención de la opinión Pública fue hecho por N Orestes y ME Conway en su libro Mercaderes de la duda. Buena nota bibliográfica se encuentra, en https://grist.org/article/from-tobacco-to-climate-change-merchants-of-doubt-undermined-the-science/full/ y en https://ctxt.es/es/20181212/Politica/23350/Mercaderes-de-la-duda-Naomi-Oreskes-Erik-M-Conway-extracto-libro-calentamiento-global.htm