Monday, October 19, 2015

DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA Y COLONIALISMO EUROPEO Y ESTADOUNIDENSE

Presentación: El columnista estadounidense Jon Schwartz ha escrito para medios de la importancia del The New York Times, The Wall Street Journal, The Intercept, The New Yorker y otros. Su posición siempre es crítica del sesgo que se le da a la información en los medios para ponerla al servicio de los poderosos en la política y la economía. En el siguiente artículo presenta el colonialismo europeo y estadounidense desde el punto de vista de los pueblos que lo han sufrido. Este es un enfoque raramente favorecido por los grandes medios o por los textos en uso en los medios estudiantiles estadounidenses. Su publicación en este momento tiene probablemente el propósito de llegar a las masas semianalfabetas que han sido despertadas políticamente por los políticos de derecha que, aspirando a la presidencia de Estados Unidos en las elecciones del año entrante, apelan a su ignorancia de la historia, su indiferencia a las maneras de pensar y vivir de otras culturas, sus temores irracionales de dominación por pueblos de color y su incapacidad de ponerse en el lugar de los pueblos que no gozan del nivel de desarrollo, de la calidad de vida, de la autonomía en el manejo de los asuntos internos del país y del relativo buen gobierno a que están acostumbrados los estadounidenses. Para los lectores hispanohablantes este texto, a pesar de sus limitaciones en profundidad de pensamiento y rigor académico, es una oportunidad de revisar la manera de interpretar la historia de sus pueblos a que los han acostumbrado los medios que les informan y las escuelas en que los han instruido. Para leer el original, que contiene abundantes enlaces a fuentes adicionales de información sobre los temas tocados, pulsa aquí.

EL Día del Descubrimiento de América es el más Importante del Año

Por Jon Schwartz

Hoy, 12 de octubre, es el día del descubrimiento de América. Se celebra oficialmente [en los Estados Unidos] el segundo lunes de octubre pero este año ha caído en el aniversario exacto de la llegada de la Niña, la Pinta y la Santa María a las Bahamas hace 523 años.


Hilo conductor de la historia moderna de Occidente

Para conmemorar la fecha he hecho una lista de acontecimientos. Estoy seguro de que para casi todos los estadounidenses va a parecer como una mezcla de cosas puestas juntas  en confuso desorden, sin conexión entre sí. Pero en realidad esa lista cuenta una historia, la historia de por qué el 12 de octubre de 1492 es la fecha más importante de la historia de la humanidad y prueba que uno tiene que entender eso para darle sentido a todo lo que está pasando en la tierra hoy en día:

1.   $ (el signo del dólar) y Cerro Rico o La Montaña que Come Hombres
2.   Las películas Guerra de los mundos y Avatar y Apocalipsis ahora y Día del chacal
3.  El primer sello de la Colonia de la Bahía de Massachusetts y la “generosa oferta” que hizo Israel a la Autoridad Palestina en el 2000
4. El Cinco de Mayo y la sección de arreglo de disputas entre inversionistas y estados en el tratado de Asociación Transpacífica
5.   Un intento fallido de llevar a Nelson Mandela a las Naciones Unidas a oponerse a la invasión de Iraq en el 2003 y la protesta de Corea del Sur por el ataque israelí del 2010 a la primera flotilla de Gaza
6.   El discurso de Hitler del 17 de octubre de 1941 sobre su invasión a la Unión Soviética y los Pieles Rojas de Washington.

¿Confundidos? He aquí la explicación.

Occidente conquista el mundo

La llegada de Colón al Hemisferio Occidental inició la conquista europea de prácticamente todo el planeta. Para 1914, 422 años más tarde, los poderes europeos y los Estados Unidos controlaban el 85% de la masa continental del mundo.

La gente blanca no logró esto pidiéndolo de buen modo. Como escribió Samuel Huntington, politólogo conservador de Harvard, en 1996: “Occidente conquistó el mundo por su superioridad en el uso de la violencia organizada, no por la superioridad de sus ideas, sus valores o sus principios religiosos... Los occidentales olvidan con frecuencia este hecho, los no occidentales nunca”.

De hecho, el colonialismo europeo implicó un nivel de brutalidad comparable en todo a la del fascismo y comunismo del siglo XX que empezó con el mismo Colón. Estimados de la población de la isla La Española para el momento en que Colón estableció las primeras colonias varían entre 250.000 y varios millones de habitantes. Treinta años después de su llegada del 80 al 90% de ellos estaban muertos por causa de enfermedad, guerra y esclavitud, en lo que otro profesor de Harvard llamó entusiasmadamente “completo genocidio”. Hay que leer los relatos contemporáneos de la crueldad demencial de los españoles para creerlos.

Formalmente, por supuesto, el colonialismo europeo terminó en gran medida en las décadas de los 40, 50 y 60 del siglo pasado. Sin embargo, informalmente -detrás de la máscara de lo que el papa Francisco llamó recientemente “nuevas formas de colonialismo”- ha continuado con sorprendente éxito.

El silencio social sobre la mecánica de la colonización occidental

Así que el colonialismo europeo es la realidad básica de la política en el mundo. Y precisamente por eso casi nunca es parte de la discusión política en los Estados Unidos. Los antropólogos llaman a este fenómeno “silencio social”, queriendo decir que en la mayoría de las sociedades humanas los temas que determinan la manera como funcionan son exactamente los que nunca se mencionan.

Si mantenemos silencio social sobre el colonialismo nuestro pasado y nuestro presente nos llegarán siempre de sorpresa y nos dejarán tan confundidos como la lista que he hecho arriba. Pero si rompemos ese silencio y hablamos de las cosas que de verdad son importantes el remolino confuso de guerra y conflicto de repente adquiere sentido.

Patacones de plata para los blancos y muerte en el socavón para indios y negros

Nadie sabe con certeza donde se originó el signo de dólar [$], pero hay indicios de que se derivó de las monedas españolas de plata acuñadas en la ciudad boliviana de Potosí. Tanto el pilar derecho como la marca de la casa de la moneda en ellas tienen un gran parecido con el signo del dólar.

Esto es doblemente posible pues al momento de la fundación de los Estados Unidos Potosí era, tanto aquí como en Europa, un símbolo de inmensa riqueza. La ciudad había crecido alrededor de Cerro Rico, una montaña de la que a partir de 1545 los españoles extrajeron miles de toneladas de plata con que financiaron su imperio.

Pero eso era lo que Potosí significaba solo para los blancos. En el proceso de robar la plata de Bolivia España causó la muerte de posiblemente ocho millones de indígenas bolivianos y esclavos africanos por culpa de las condiciones de trabajo a que fueron sometidos.

Potosí representó, en consecuencia, las dos caras del colonialismo en su forma más pura: Para la gente apropiada en Europa y los Estados Unidos significaba riquezas asombrosas, para los demás significaba robo y muerte en escala industrial. De manera similar, millones de habitantes nativos de las Américas murieron después de la llegada de Colón, principalmente por causa de enfermedad, mientras España, Portugal, Francia y el Reino Unido junto con los Estados Unidos se apropiaron de todo el hemisferio. 

El comercio de esclavos en el Atlántico mató millones de africanos y privó de la libertad a otros millones. El rey Leopoldo II de Bélgica fue dueño único del Congo por varias décadas durante las cuales mató a diez millones de congoleses -aproximadamente- mientras robaba el caucho nacional. A finales del siglo XIX las sequías combinadas con la imposición simultánea del capitalismo en la India, la China, el Brasil y otros lugares produjeron la muerte por hambre de millones de personas, aunque al mismo tiempo los alimentos producidos en esos países eran enviados a los centros imperiales.

Colonialismo en el séptimo arte

Gracias a nuestro silencio social esta historia tan horrible está en gran medida ausente de las culturas europea y estadounidense y aún donde se presenta pocos la asimilan. Por ejemplo, casi nadie de los que vieron a Tom Cruise en La guerra de  los mundos (War of the Worlds) se dio cuenta de que el libro original de H. G. Wells en que se basa era una alegoría del colonialismo británico. La mayoría de los estadounidenses tampoco entendieron que Avatar se refería, según James Cameroon, a las guerras de Vietnam e Iraq y al colonialismo en general y que los malos de la película representaban a los blancos.

Cuando se habla del tema sin acudir a alegorías el resultado es casi siempre una presentación de los efectos del colonialismo en los europeos y los estadounidenses blancos. Apocalipsis ahora (Apocalypse Now) se inspiró en la novela El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness) de Joseph Conrad, que a su turno se inspiró en la colonización belga del Congo. Pero la película se refiere solo a lo que la guerra de Vietnam le hizo al hombre blanco estadounidense. De la misma manera, El día del chacal (Day of the Jackal!) se refiere a las repercusiones de la colonización francesa de Argelia pero nunca menciona lo que la colonización le hizo a los argelinos. Al contrario, se enfoca en la renuencia de la derecha francesa a aceptar la decisión de Charles de Gaulle de abandonar Argelia y en el atentado que dicha derecha organizó contra él en represalia.

Colonialismo para beneficio de los colonizados

Pero si la colonización europea fue tan horrible que no podemos aceptar su realidad en nuestra cultura, ¿cómo hicieron los que la llevaron a cabo para justificarla en su tiempo ante sí mismos? La línea constante durante toda la historia de colonización ha sido la de afirmar que estábamos haciendo esto en el resto del mundo para su propio beneficio.

El escudo original de la Colonia de la Bahía de Massachusetts, fundada en 1629, mostraba a un indígena americano diciendo -y esto parece inventado pero no lo es-: “Vengan y ayúdenos”. Andrew Jackson en su discurso famoso al Congreso para recomendar la conveniencia de la Ley de Desplazamiento de los Indios de 1830 habló de “la política benévola del gobierno para con el Piel Roja” que era “generosa además de liberal”. En la misma vena escribió Teddy Roosevelt: “No hay otra nación conquistadora y colonizadora que haya tratado a los dueños salvajes originales del territorio con la generosidad con que lo han hecho los Estados Unidos”. Con el tiempo los vietnamitas se convertirían en beneficiarios de nuestra buena voluntad. Como lo expresó la revista U.S. News and World Report en 1966, “lo que los Estados Unidos están haciendo en Vietnam es el más grande ejemplo que hayamos visto en nuestra era de filantropía ofrecida por un pueblo a otro”.

Por eso el resto del mundo no tenía que estudiar los detalles para entender su significado cuando en el año 2000 todos los medios estadounidenses declararon que en Camp David Israel había hecho a los palestinos una “oferta generosa” increíble. El mundo entendió, con base en la experiencia de mucho tiempo, que Israel les estaba dando una tremenda paliza.

Haciendo viables las colonias: Guerra y tratados de libre comercio

Esta fe en nuestra propia benevolencia se ha mantenido aún cuando el colonialismo se convirtió en robo descarado a mano armada. Por ejemplo, en 1861 México estaba al borde de la quiebra como resultado de la invasión estadounidense de 1846 y la subsiguiente guerra civil. Cuando el gobierno mexicano suspendió temporalmente el pago de su deuda externa Francia, uno de sus acreedores más importantes, decidió que los mexicanos anhelaban desesperadamente un liderazgo fuerte y los invadió. Francia eventualmente ganó la guerra y ocupó a México por seis años, pero el 5 de mayo de 1862 los mexicanos ganaron la Batalla de Puebla que celebran como el Cinco de Mayo.

La administración Obama ha explicado con asombrosa franqueza que la Asociación Transpacífica (TPP) nos ayudará a presionar con mayor facilidad a los países pequeños sin necesidad de la conmoción y desorden de la guerra. Una página Web de la Casa Blanca sobre el TPP se pregunta: “¿De dónde sale la sección de arreglo de disputas entre inversionistas y estados?”, y responde:

Antes de que tuviéramos tratados de inversión que regularan las inversiones y las disputas entre inversionistas y estados, la conducta ilegal de los países que perseguían a los inversionistas extranjeros quedaba impune o llevaba a un escalamiento de conflicto entre países. De hecho, al principio de nuestra historia los Estados Unidos tuvieron que acudir a la “diplomacia de las cañoneras” y a la intervención militar para proteger los intereses privados comerciales estadounidenses.

Y como lo podría predecir la historia, algunos comentaristas, como David Brooks del New York Times, consideran que el TPP es un “problema humanitario” y que el Congreso debe aprobarlo para ayudar a nuestros hermanos y hermanas del tercer mundo.

ONU, Consejo de Seguridad, veto de los escogidos

Pero nos hemos pasado 500 años engañándonos a nosotros mismos mientras el resto del mundo sí que nos entiende bien. Durante los preparativos para la invasión de Iraq Nelson Mandela consideró que era absurda la justificación propuesta con base en lo de las armas de destrucción masiva, no porque creyera que Iraq era un país amante de la paz sino por la hipocresía de los Estados Unidos. Le dijo a un grupo de surafricanos: “Si hay un país que haya cometido atrocidades indescriptibles en el mundo son los Estados Unidos de América. A ellos no les importan los seres humanos”.

De hecho y aunque no ha sido reportado en ninguna parte, Mandela estaba tan empeñado en parar la guerra de Iraq que estuvo dispuesto a ir a Nueva York y hablar ante las Naciones Unidas. (Yo tuve conocimiento de esta iniciativa pues ayudé a conseguir fondos para cubrir los gastos del viaje de Mandela). Él planeaba hablar como el líder reconocido de todos los países que han sufrido el colonialismo europeo, es decir, todo el mundo que no es blanco.

La estructura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es, por supuesto, una reliquia del colonialismo. Tiene 15 miembros, 10 de los cuales son rotatorios y solo tienen un voto regular. Entre los cinco miembros permanentes están Francia y el Reino Unido solo por razones de colonialismo y cualquiera de los cinco puede parar cualquier cosa con su veto. Mandela les iba a decir a los 10 miembros rotatorios: Ustedes tienen el deber de dar voz al resto del mundo, a todos los que no tenemos voto para decidir lo que pasa. Hubiera sido un momento nunca visto en la historia que hubiera tenido consecuencias impredecibles. Desafortunadamente no sucedió por razones de política interna en Sur África.

La misma dinámica anticolonial que casi trajo a Mandela a las Naciones Unidas se presenta cuando el tema de votación es Israel. La casi unanimidad de esos votos -a veces con los Estados Unidos e Israel contra el resto del mundo- es visto por lo general en los Estados Unidos como inexplicable o como explicable por razones de antisemitismo mundial. Pero lo que lleva, digamos por ejemplo, a Corea del Sur a protestar le ataque israelí de 2010 a la primera flotilla de Gaza no es antisemitismo ni una historia compartida con los palestinos. Es la historia casi universal de colonialismo estilo europeo y el temor que genera Israel por hacer lo mismo.

Nazismo como expresión del ánimo colonial

Una última cosa, la más importante, debemos entender con respecto al colonialismo: el fascismo de Hitler no solo no era ajeno a él sino que en un sentido real era su conclusión lógica. Mi abuelo fue un historiador que pasó su vida escribiendo sobre la conquista española; durante el surgimiento de Hitler el entendió que el extremismo racial nazi era la culminación de la tendencia colonial, desarrollada en el curso de varios siglos, para definir como infrahumanas a inmensas porciones de la humanidad que así podían ser justamente exterminadas.

Pero no se atengan a la opinión de mi abuelo. Hitler mismo dijo en varias oportunidades que parte de su inspiración venia del tratamiento que los Estados Unidos habían dado a los nativos americanos. Estas son sus palabras el 14 de octubre de 1941 cuando hablaba con un pequeño grupo de alemanes sobre la invasión de la Unión Soviética:

“Vamos a borrar su carácter de estepa asiática y la vamos a europeizar… Los dos o tres millones de personas que necesitaremos para completar esta tarea se van a conseguir más pronto de lo que nos imaginamos. Van a llegar de Alemania, Escandinavia, los países occidentales y los Estados Unidos…

“Solo hay un deber: germanizar ese país con inmigrantes alemanes y considerar a los nativos como Piel Rojas. Si esa gente nos hubiera derrotado, que el cielo tenga piedad de nosotros. Pero nosotros no los odiamos. Ese es un sentimiento desconocido entre nosotros. A nosotros solo nos guía la razón…

“Todos los que sienten algo por Europa nos van a acompañar en este trabajo”.

Vale la pena leer cuidadosamente lo que dijo Hitler. Él no esperaba que la Unión Soviética fuera colonizada solo por alemanes; “todos los que sientan algo por Europa”, incluyendo los estadounidenses, eran bienvenidos. Se preciaba, como muchos conquistadores europeos anteriores y posteriores, de que su civilización tenía una motivación puramente racional. Y, por supuesto, quería tratar a los pueblos conquistados como a Piel Rojas.

Pensemos en todo eso y pensemos también en lo que significa que entre nosotros haya todavía un equipo profesional de futbol americano llamado los Piel Rojas de Washington. Nosotros entendemos bien los que implicaría un equipo deportivo en Alemania llamado la Judería de Berlín.

¿Celebrar el descubrimiento de América en América?

Por eso dije al principio que el 12 de octubre de 1492 es la fecha más importante de la historia y el 12 de octubre el día más importante del año. No deberíamos celebrarlo. Pero si queremos entender el mundo, y eso sí deberíamos hacerlo pues nuestras vidas dependen de ello, tenemos que saber lo que significa esa fecha.


Original publicado en la revista electrónica estadounidense de periodismo investigativo The Intercept el 12 de octubre del 2015.

Traducción, adaptación y subtítulos de Luis Mejía
19 de octubre del 2015

Publicado en blogluismejia.blogspot.com

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