Thursday, September 17, 2015

CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE ESTADOS UNIDOS EN 2015: INMIGRANTES Y CIUDADANÍA



Advertencia al lector: Una versión corta de este artículo fue publicada en la edición del 31 de agosto último de la revista colombiana Razón Pública. Pulsa aquí para leerla.

DÉCIMACUARTA REFORMA CONSTITUCIONAL DE EEUU: POLÍTICA ELECTORAL, RAZA, INMIGRACIÓN Y CIUDADANÍA

Donald Trump y la agenda republicana

La campaña para las elecciones presidenciales de Estados Unidos que tendrán lugar en noviembre del 2016 ha empezado con gran entusiasmo por parte de los precandidatos aunque las primarias solo tendrán lugar a partir de febrero del próximo año y  las convenciones nominadoras de los partidos en julio. El Partido Republicano  ha tenido hasta el momento 17 candidatos y el Demócrata 5, todos compitiendo por espacio en los medios, dinero de donantes, reconocimiento de sus nombres y temas que los distingan.

El precandidato Donald Trump, hotelero y urbanizador, ha combinado la llamada estrategia sureña (que apela al racismo latente de parte de la población blanca) con afirmaciones sin bases fácticas, generalizaciones sin soporte estadístico,  incoherencia en sus pronunciamientos y manipulación de su imagen de “self-made man”  para ponerse al frente de los republicanos.

Lanzó su candidatura en julio. Jugando la carta xenofóbica dijo: “Cuando México envía su gente no envía a los mejores. Ellos [sic] envían gente que tiene muchos problemas y esos problemas nos los traen a nosotros. Ellos [sic] traen drogas. Ellos traen crimen. Ellos son violadores. Y estoy seguro de que algunos son buena gente”.

Estos comentarios entusiasmaron a algunos sectores del electorado y para cultivarlos Trump ha hecho de la inmigración el leitmotiif  de su campaña. Su decisión tiene algo de riesgo calculado: estos electores tienen una tasa de participación más alta en las primarias que los moderados.

Los temas recurrentes de Trump han sido [1] la pérdida de grandeza de los Estados Unidos por acción de enemigos extranjeros que no han sido confrontados por el gobierno actual, [2] la pérdida de soberanía nacional por falta de control de la frontera sur por donde penetra un rio de inmigrantes indocumentados y [3] la pérdida de seguridad interna por culpa de los crímenes que los inmigrantes cometen en el país.

En publicaciones, entrevistas y discursos ha delineado una estrategia de control de inmigración indocumentada de tres puntos: 

1. Construcción de una muralla en la frontera sur (una propuesta que despierta el  frenesí de su público), 
2. Deportación de los inmigrantes indocumentados (lo que, según ha dicho, hará humanamente pues él tiene corazón), y 
3  Eliminación del derecho de ciudadanía a los nacidos en territorio estadounidense pues la posibilidad de adquirirla actúa, en su opinión, como un imán de inmigrantes.

El derecho de nacionalidad

En todos los países se distingue entre nativo de un lugar y ciudadano. Por lo general la ciudadanía implica nacionalidad aunque no siempre. En derecho colombiano, por ejemplo, nacionalidad es la condición de nativo del país e implica derechos legales y obligaciones cívicas; la ciudadanía es la plenitud del ejercicio de derechos políticos –esto es, la capacidad de elegir y ser elegido- que se adquiere con la mayoría de edad y la expedición de un documento oficial único que así lo acredita.

En Estados Unidos los dos términos son comúnmente sinónimos  y aunque algunos derechos y privilegios solo se pueden ejercer a una cierta edad esta se puede demostrar con una variedad de documentos de origen oficial y privado.

En derecho se reconocen dos fuentes de nacionalidad:

1.   El lugar de nacimiento: son nacionales los nacidos en el territorio de un país, y
2.   La descendencia de alguien ya reconocido como nacional: los hijos de nacionales de un país son nacionales de ese país aunque sean nacidos en territorio extranjero.

El legislador puede crear muchas combinaciones de estas dos fuentes de nacionalidad y ampliar la noción de territorio y herencia. Por ejemplo, en la Constitución colombiana de 1991 la nacionalidad se extiende a los latinoamericanos y caribeños. En algunos países la nacionalidad se hereda sin que los padres hayan sido nacionales. En Israel, por ejemplo, el hijo de padres judíos tiene derecho a la nacionalidad y la nacionalidad rusa se confiere desde el 2014 a quien tuviere un antepasado que en los tiempos de la Unión Soviética o del Imperio Zarista Ruso hubiera vivido dentro del actual territorio de la Federación Rusa.  Para ser nacional de la mayoría de los países se necesita haber nacido en su territorio de padre o madre que fuera residente legal o ciudadano al momento del nacimiento.

Solo Estados Unidos consagra una versión incondicional del derecho de nacionalidad por el mero hecho de nacer dentro de su territorio.

La 14ª Reforma Constitucional estadounidense

Al principio de su vida republicana los Estados Unidos aplicaron el derecho consuetudinario anglosajón para reconocer como nacionales a todos los nacidos en su territorio, con algunas excepciones, como los miembros de las naciones indígenas que eran consideradas soberanas. Sin embargo, en una sentencia de 1857, que decidió el caso el caso Scott vs Sandford, la Corte Suprema declaró que los negros nacidos en los Estados Unidos no podían ser ciudadanos ni tenían derecho a  pedir que los tribunales les reconocieran los privilegios de nacionales.

En enero de 1863 el presidente Lincoln firmó la declaración de libertad de los esclavos negros en los estados que se habían alzado en armas contra el gobierno federal. La decisión de Lincoln fue un decreto ejecutivo basado en los poderes presidenciales de estado de guerra. En 1865 el Congreso aprobó la 13ª Reforma Constitucional que prohibía la esclavitud en todo el territorio nacional.

También en 1865 el Congreso aprobó la llamada Ley de derechos civiles de 1866 que reconocía los derechos de ciudadanía a todos los habitantes de los Estados Unidos independientemente de su raza, color o condición previa de  esclavitud o servidumbre involuntaria.  Esta ley derogaba los llamados Códigos Negros aprobados después de la Guerra Civil por algunos de los antiguos estados confederados esclavistas para mantener a los negros en estado de sumisión y dependencia política, social y económica.

Considerando que una mera ley del Congreso podía ser revocada o alterada al vaivén de las mayorías electorales del futuro y comprometido como estaba con una corrección histórica de las injusticias de la esclavitud el Partido Republicano impulsó la 14ª Reforma Constitucional, ratificada en 1868, que garantizaba el derecho de nacionalidad y ciudadanía y la igualdad ante la ley de todas las personas nacidas en el territorio de los Estados Unidos. Otras provisiones de esta reforma se referían a la vigencia de la deuda pública, le representación proporcional de la población en la Cámara de Representantes y  las inhabilidades para cargos públicos de personas que hubieran traicionado al país.

La cláusula de nacionalidad e igualdad ante la ley dice: “Son ciudadanos de los Estados Unidos y del estado en que residen todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sujetas en consecuencia a su jurisdicción. Ningún estado aprobará o ejecutará ley alguna que afecte los privilegios e inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos, tampoco privará a ninguna persona de su vida, libertad o propiedad sin seguir los procedimientos establecidos por la ley y no negará a ninguna persona dentro de su jurisdicción la protección igualitaria de las leyes”[i].

Hay otras maneras de obtener la nacionalidad estadounidense que son fruto de legislación ordinaria.

La contrarreforma

La propuesta de Trump de negar la ciudadanía a los nacidos en el territorio nacional puede dividir al Partido Republicano pero no es extraña a la mentalidad de una parte del mismo. Los últimos cien años han visto un abandono total por parte del Partido Republicano de los ideales políticos y los principios éticos que representó durante la Guerra Civil y la Reconstrucción.  La convención republicana de 1996 aprobó una plataforma de gobierno que prometía revocar la 14ª Reforma Constitucional. En el 2010 el senador Lindsey Graham, con el apoyo del líder de los republicanos en el Senado, propuso la revisión de la 14ª.

Miembros republicanos de la Cámara han propuesto en varias ocasiones leyes que condicionarían la nacionalidad del recién nacido a que al menos uno de los padres sea ciudadano o residente legal. Y el estado de Texas, gobernado por los republicanos, no permite el registro de nacimiento de neonatos cuyos padres no tengan documentos de identificación estadounidenses, lo que deja a muchos niños sin nacionalidad. Por años también líderes del Partido Republicano han mantenido un discurso de dudas sobre la nacionalidad del presidente Obama a pesar de la autenticidad de su registro de nacimiento en Honolulu, Hawái.

En la campaña actual siete de los candidatos del partido están de acuerdo en terminar con esta provisión constitucional, solo cuatro se oponen y dos han tomado una posición vaga.

Estrategias de la contrarreforma

Dos estrategias se perfilan en el ataque a la 14ª. La primera es una reforma constitucional para derogar la. Sin embargo, su aprobación en el Congreso o ratificación por los estados sería casi imposible según opinan estrategas políticos de dentro y fuera del partido.

La segunda propone una re-interpretación creativa de la constitución. Para unos, los hijos de los inmigrantes indocumentados no han nacido bajo la jurisdicción de los Estados Unidos sino bajo la jurisdicción de origen de sus padres, como sucede con el personal diplomático. Pero este raciocinio se basa en una falacia pues los diplomáticos están amparados por la ficción legal de extraterritorialidad mientras que los inmigrantes indocumentados están sujetos en todo a la jurisdicción de Estados Unidos. De hecho, su situación irregular resulta de la aplicación de las leyes del país.

Otros invocan la intención original del legislador. En este caso se dice que el constituyente estadounidense tuvo la intención de garantizar la ciudadanía a los negros nacidos en los Estados Unidos y que, habiéndose cumplido este objetivo, la  cláusula de nacionalidad ha perdido vigencia por substracción de materia.

Donald Trump resume: “Creo que todo mundo ha interpretado mal la 14ª Reforma Constitucional que fue aprobada para que los esclavos pudieran ser ciudadanos de este país”, no para los inmigrantes ilegales.

Es un principio común de derecho que indagar la intención original del legislador ayuda a interpretar leyes confusas. Sin embargo, el texto de la cláusula es claro y la intención del legislador quedó documentada en este diálogo entre dos senadores de la época:

Senador Cowan: “Me pregunto si [esta medida] no tendrá el efecto de darle la nacionalidad a los hijos de chinos o de gitanos que nazcan en este país”
Senador Trumbull: “Sin lugar a duda”.

En la historia de los Estados Unidos el recurso a la intención original del legislador ha sido frecuentemente una excusa para negarle derechos a minorías de varios tipos. Fue invocada, por ejemplo, en la decisión de 1857 de la Corte Suprema cuando esta dijo que los negros no tenían derecho a ser ciudadanos porque los redactores de la Constitución los consideraban “seres de un orden inferior y del todo incapacitados para tratar con la raza blanca fuera en lo político o en lo social y tan bajos que no tenían derechos que el hombre blanco tuviera la obligación de respetar”.

¿Superioridad blanca?

Analistas políticos, académicos de las ciencias sociales y activistas cívicos han detectado en los ataques a la 14ª Reforma Constitucional los temores de algunos sectores blancos de que el crecimiento demográfico de otros grupos étnicos o raciales reducirá su influencia.

La cláusula de nacionalidad no se discutía cuando nadie amenazaba el predominio blanco. Aunque en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX hubo rechazo y discriminación contra inmigrantes no anglosajones (por ejemplo, irlandeses e italianos católicos, alemanes y centroeuropeos protestantes y judíos), políticos y comentaristas culturales usaban la metáfora del crisol de los pueblos para decir que en Estados Unidos convivían en paz los nacionales de distintos países europeos.

Por mucho tiempo la mentalidad del país se identificó con los blancos anglosajones protestantes (WASP, por sus siglas en inglés) de habla inglesa, aún mientras a su lado florecían otras culturas minoritarias, en asentamientos inmigrantes homogéneos que conservaban sus idiomas maternos, celebraban los días festivos a la manera de sus países de origen, mantenían mercados de empleos, impresos y alimentos y se agrupaban en sociedades de beneficencia y ayuda mutua. Esta miscelánea de culturas empezó a desaparecer bajo el peso del patriotismo desaforado que despertó la primera guerra mundial y del rechazo a todo lo relacionado con la manera de ser y vivir de las naciones alineadas contra los Estados Unidos y sus aliados.

Al menos por un tiempo el país pareció homogeneizarse alrededor de la mentalidad WASP aunque  algunas manifestaciones de esas culturas nacionales sobrevivieron en la vida privada de las familias, en asociaciones híbridas de tipo ítalo-americano, judeo-americano, en instituciones reminiscentes de los países de origen como los bares irlandeses, los restaurantes italianos y las mafias de distintas denominaciones, etc. Pero en la segunda mitad del siglo XX se produjo tal diversificación demográfica que anglosajones y protestantes dejaron de ser mayoría al mismo tiempo que una revolución en las costumbres sociales hacía innecesario pensar y vivir como anglo para participar en la política, la economía, las artes y la academia.

Algunos todavía cultivan la ilusión de una superioridad blanca inspirada en patrones de pensamiento WASP que ven amenazada por la presencia de una masa de inmigrantes aparentemente renuentes a asimilarla. En comparación con los inmigrantes europeos del pasado los inmigrantes de hoy conservan vínculos más vivos y más duraderos con sus países de origen gracias a la rapidez, volumen y accesibilidad de los medios de comunicación y transporte contemporáneos. De otra parte, la doble nacionalidad, aceptada por muchos países y practicada por muchos inmigrantes, estimula el desarrollo de múltiples lealtades nacionales, lo que puede tener una interpretación xenofóbica de tibieza patriótica tanto en el país de origen como en el de adopción. Los latinos, numerosos, visibles, hispanohablantes y representados por organizaciones vigorosas, parecen presentar un reto inmediato al predominio blanco, mientras los inmigrantes asiáticos y africanos pasan relativamente desapercibidos.

Un país multicultural y multilingüe

Hay también segmentos de la población que se niegan a aceptar las consecuencias del imperio en que se han convertido los Estados Unidos: este país se hizo multicultural y multilingüe por efecto de su expansión territorial, su predominio económico y sus guerras de invasión.

Los Estados Unidos han insertado dentro de su jurisdicción temporal o permanente a pueblos tan variados en costumbres y lenguas como los de Puerto Rico, las Filipinas, Cuba, Nicaragua, República Dominicana y Haití, los habitantes hispanohablantes de los antiguos territorios mexicanos y los creole de los antiguos territorios franceses y los aborígenes de Norte América, Hawái, Alaska y las islas del Pacífico. Con su participación en guerras civiles como las de Indochina, América Central y el Medio Oriente ha contribuido al desarraigo de poblaciones –que no son ni blancas ni angloparlantes- que terminan emigrando hacia su territorio.

Presencia estadounidense en el mundo

Hay una multiplicidad de actividades públicas y privadas que ponen a los Estados Unidos en el campo visual del resto del mundo: ayuda económica, inversión de capital, adquisición de empresas locales, introducción de filiales de sus multinacionales, comercialización de productos y servicios, visitas de académicos y artistas, celebración de tratados de comercio asimétrico, participación de funcionarios del gobierno en asuntos internos, sostenimiento de clases dirigentes, garantía de inmunidad en caso de crímenes cometidos por sus mercenarios, asistencia técnica a agencias de represión y tortura en otros países. El poderío internacional delos  Estados Unidos se hace real con la presencia empresarial, industrial, comercial, política y militar de nacionales estadounidenses en tierras ajenas.

Esta presencia de estadounidenses en otros países despierta en las poblaciones locales ambiciones, codicias y expectativas de vivir como ellos. El imán que atrae a los inmigrantes no es la promesa de nacionalidad que dicen Trump y copartidarios sino el deseo de emular su nivel de vida, lo que ocurre especialmente en países que carecen de los recursos y la clase dirigente necesaria para lograr el grado de desarrollo nacional que satisfaría ese deseo.

Un sector de la población estadounidense preferiría, contra toda evidencia histórica, que el país se limitara a guerras opcionales, a ser policía global en circunstancias escogidas y a tener acceso privilegiado a los recursos naturales del mundo.

Asimilación y aculturación a largo plazo

Los factores sociales, económicos y políticos que estimulan el movimiento migratorio hacia los Estados Unidos no van a desaparecer por la xenofobia de una minoría blanca, por la agitación anti-inmigrante de políticos oportunistas o por decisiones de un legislador que implemente políticas que cierren las puertas a los extranjeros.

Los inmigrantes continuarán llegando a sus fronteras. Cada nueva generación de inmigrantes se demorará más que las anteriores para asimilar la cultura nacional, la cual es y será distinta de la de sus países de origen.

Con el tiempo los descendientes de los inmigrantes se desapegan de los orígenes de sus padres, conservan algunas tradiciones propias con las que enriquecen la cultura dominante y se integran a esta de una manera permanente.  Pero este lento proceso de aculturación no va a aliviar los temores y prevenciones de los blancos. El imperio que han creado los mantendrá desvelados. Y Trump, el partido republicano y sus sucesores tendrán en ellos una audiencia cautiva para su retórica paranoica.


[i] Traducción de Luis Mejía y del editor y traductor profesional Alejandro Quiceno.

Luis Mejía – 17 de septiembre del 2015
Publicado en blogluismejia.blogspot.com


4 comments:

  1. The following text, by journalist and college professor Jon Beaupré, gives depth and texture to the idea that the United States population is diverse and rich in its culture and its contributions to the general welfare:

    http://issuu.com/eilemagazine/docs/august2015/46

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  2. Hay una ausencia en mi lista de poblaciones no anglosajonas puestas bajo la jurisdicción de los Estados Unidos que no tiene excusa. Se trata de los esclavos negros. Traídos a la brava aprendieron inglés y se hicieron cristianos muy a su pesar. La manera como adquirieron ambos atributos no es historia que honre a nación alguna. Como tampoco nos honra a los hispanoamericanos la manera como los esclavos negros del Caribe y las colonias españolas americanas se hicieron crisitianos o aprendieron castellano.

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  3. On the idea and history of the U.S. empire:

    http://www.tomdispatch.com/post/176052/best_of_tomdispatch%3A_howard_zinn%2C_the_end_of_empire/

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  4. La República Dominicana ha revocado la ciudadanía a los descendientes de inmigrantes haitianos nacidos en el pais alegando que lo hace en justicia y por el bien de domincanos, haitianos y los que ahora quedan legalmente sin patria. El intelectual público Junot Díaz ha criticado la decisión de los gobernantes dominicanos. En represalia, estos han revocado un honor cívico que le habían conferido. Con toda honestidad, ¿quién querrá reconocimientos morales de quienes no tienen valores morales o reconocimientos humanitarios de quien no conoce humanidad?

    http://www.huffingtonpost.com/entry/dominican-republican-junot-diaz_562aa35fe4b0443bb56416f5

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