Publicado originalmente en RAZÓN PÚBLICA
Domingo, 26 de Febrero de 2012
Retrato muy preciso de los cuatro candidatos que, en
su carrera por la nominación, se disputan el apoyo de los sectores menos
educados pero más viscerales en el odio hacia Obama, más fanáticamente
religiosos y más amenazados por la globalización. Detrás están los muy ricos,
que ganarían mucho con el desmonte del Estado. Y mientras tanto Estados Unidos
está afrontando desafíos distintos de los que dicen los republicanos.
Ignorancias y odios
Desde mediados del año pasado, el Partido Republicano
ha estado en campaña para elegir delegados a la convención nacional que
escogerá el candidato para las elecciones presidenciales. De la docena de
candidatos iniciales, solo quedan cuatro: Mitt Romney, Newt Gigrich, Rick
Santorum y Ron Paul.
En esta etapa de la campaña los candidatos se atacan
entre sí y todos juntos atacan al presidente Obama, como líder del Partido
Demócrata. Al mismo tiempo, tratan de crear una imagen de su partido que lo
haga diferente de los demócratas.
Históricamente ambos partidos son de centro derecha;
los republicanos se inclinan un poco más a la derecha y los demócratas un poco
menos. Su suerte electoral depende del voto de las bases permanentes de cada
partido y del voto adicional de grupos marginales, oportunistas, o no afiliado
de manera permanente.
En este momento, justamente lo más destacable es el
mensaje que los candidatos republicanos dirigen a esos grupos marginales. En
las bases del partido existe una corriente anticientífica y anti-intelectual
que tuvo su primer reconocimiento en la presidencia de Nixon, adquirió glamour
con Reagan y se consolidó con Bush Jr.
Para esa base hablan en un lenguaje ilógico,
asintáctico y, con frecuencia, desconectado de los hechos. Un lenguaje
evocativo de temores irracionales, racismo, delirios mesiánicos, patrioterismo
y prejuicios sociales los conecta con fanáticos cristianos, defensores de la
hegemonía estadounidense, supervivientes de la superioridad blanca, grupos
xenofóbicos y anti-inmigrantes, defensores de la libertad de portar armas,
creyentes en la libertad idealizada de los mercados, los que ven a los pobres
como parásitos sociales y los devotos de algo llamado “libertarianism”,
que no tiene traducción precisa al castellano.
Estos grupos no representan al pueblo estadounidense,
coexisten sin una ideología articulada y los une el odio al Partido Demócrata y
a los pocos valores progresistas que este representa. Al mismo tiempo las
grandes compañías y los capitalistas más poderosos financian a todos estos
grupos, a los diferentes candidatos y al partido mismo, en el entendido de que,
al final, la legislación y la acción del gobierno respetarán sus intereses.
Romney, el subliminal
Cada candidato tiene su manera de acercarse a los
grupos de ultraderecha. Romney es quien quizá lo ha hecho de manera más amplia
- y mediante supuestas indiscreciones verbales. Los administradores de su
campaña las presentan como accidentales y las corrigen una vez que han
alcanzado al público al que estaban destinadas:
- Romney ha dicho que al presidente hay que “colgarlo” de un Índice de Miseria Obama. Este es un mensaje en código para los racistas blancos que subsisten en muchos lugares del país. Los negros, como Obama, que se fugaban de su puesto eran linchados, es decir, colgados.
- También ha dicho que estando en campaña no puede tener ilegales en su entorno, usando la expresión de los blancos xenofóbicos para llamar criminales a los inmigrantes indocumentados hispanos.
- Ha dicho que no le preocupan los muy pobres, pues para ellos hay una red de seguridad social que los protege, aunque la verdad es que él y su partido han propuesto recortes substanciales en el gasto social.
- Ha prometido derogar la reforma de Obama a los servicios de salud, aunque esta fue inspirada en la que el mismo Romney hizo como Gobernador en Massachussets.
- Con respecto a Pakistán, ha dicho que con la plata que Estados Unidos ha gastado en la región se ha ganado el derecho a ayudar a este país como lo hizo con Indonesia en los años 60, lo que trae a la memoria la participación de Estados Unidos en el golpe de estado contra Sukarno y la dictadura militar de Suharto.
- Ha dicho — en son de broma, al parecer — que él está desempleado y que le fascina echar gente. El mensaje podría contener un elemento subliminal en el sentido de que no es solidario con el trabajador asalariado: siendo ejecutivo de dos compañías, se hizo rico sin arriesgar un centavo de su bolsillo, negoció contratos que lo protegían del desempleo y la pérdida de ingresos y representa a un partido que ha luchado por reducir la compensación de desempleo y por eliminar a los sindicatos como protectores del empleo y del salario de los trabajadores rasos.
- Considera que no es asunto del gobierno intervenir en la vida sexual de los ciudadanos, aunque hay prácticas extendidas que el desaprueba por razones morales. De hecho su posición frente a los derechos de la mujer sobre su propio cuerpo ha virado de un respaldo irrestricto cuando hacía campaña para el Senado y la gobernación de un estado liberal como Massachussets a un rechazo completo en su campaña presidencial.
Santorum, el medieval
Rick Santorum ha asumido la vocería de los extremistas
cristianos, especialmente de los cristianos, cuya fe gira alrededor de la vida
sexual de los demás.
Rick Santorum es el candidato que va en punta y uno de los más radicales entre el ramillete republicano. |
Ha dicho que la Constitución no protege el derecho a
la vida privada, que el derecho al sexo consentido entre adultos en el secreto
del hogar implica igualmente el derecho a la bigamia, la poligamia, el incesto,
el adulterio, la homosexualidad y la bestialidad, y que ninguna actividad
sexual tiene un papel en el ejército ya que la única tarea de este es la
defensa del país.
Considera la abstinencia sexual como única opción para
el control de la natalidad y quisiera hacer obligatoria su enseñanza entre los
adolescentes. Su oposición al aborto y a la homosexualidad es total.
La derecha más radical, que acusa a Obamade socialista, lleva las de ganar en las primarias republicanas. |
Ron Paul es el vocero de los “libertarians”:
sus declaraciones parecen un ideario de laissez– faire: reducción
drástica del tamaño y poderes del Estado, retorno al patrón oro, libertad de
mercado, libertad de comercio internacional, eliminación de los impuestos sobre
el ingreso y la riqueza personal, reducción de los impuestos de aduanas y
eliminación del impuesto a la gasolina, eliminación de los programas de ayuda
económica externa, eliminación del Banco Central y de su papel en la economía,
libertad para portar y traficar armas, eliminación de restricciones a la
explotación carbonífera y petrolera y a la producción nuclear de electricidad,
eliminación de agencias federales encargadas de la protección del medio
ambiente, terminación de toda participación de Estados Unidos en guerras.
Su amor por la libertad no incluye la de la mujer para
decidir sobre sus embarazos, pues se opone al aborto, excepto en caso de una
“violación honesta”.
Gingrich, o el intento de sumar
Newt Gingrich es el vocero de los intereses
empresariales y de los cristianos que se oponen a la separación de las iglesias
y el Estado.
Propone la libertad de explotación petrolera en
tierras federales y en el lecho marítimo, la reducción de las tasas de
impuestos a las empresas y la eliminación del impuesto de sucesión y a las
ganancias de capital, la introducción de un impuesto único del 15 por ciento,
la eliminación de los reglamentos sobre actividades bancarias y financieras, la
entrega de la protección del medio ambiente a una agencia coordinadora de
iniciativas entre las autoridades locales y las empresas privadas, la reforma
del sistema de asistencia pública y del seguro social, la libertad de las
organizaciones religiosas para intervenir en la vida política y en la educación
pública, la eliminación de la independencia judicial en conflictos legales con
organizaciones religiosas.
Ha dicho que la compensación por desempleo solo sirve
para enseñarle a la gente a quedarse sentada en casa, sin hacer nada. Lo cual
contrasta con el contrato de 25.000 dólares mensuales que obtuvo de una agencia
federal especializada en el descuento de hipotecas de vivienda para prestarle
asesoría como historiador, al quedarse cesante cuando se quemó electoralmente,
al perder su reelección al Congreso.
Se opone a los derechos de los homosexuales y al
aborto porque, en su opinión, atentan contra la integridad de la familia
tradicional, lo que resulta relevante viniendo de alguien que ha estado casado
tres veces y ha mantenido relaciones adúlteras por largos períodos de su vida.
Lejos del país y lejos de la realidad
Los políticos republicanos han apostado a que la
ultraderecha y los fondos de las empresas privadas les darán los votos que
definan la elección presidencial. Al hacerlo, han agudizado la derechización
del partido que lo compromete con el programa cultural y social de los aliados
de ultraderecha y con el programa económico de los financiadores de la campaña.
Además dejan al Grand Old Party (GOP) — el otro nombre
del Partido Republicano — en una posición desventajosa para enfrentar los retos
reales de Estados Unidos con respecto a la racionalización del Estado y a la
eliminación de reglamentos innecesarios, el impacto del déficit fiscal y la
deuda pública sobre el régimen de impuestos, los gastos sociales y de defensa,
los nuevos centros de poder que imponen una redefinición de la política
internacional, la globalización y su impacto sobre el sector manufacturero
interno y el empleo de la mano de obra doméstica, la competencia internacional
por los recursos energéticos, la protección del medio ambiente, el desarrollo
del capital humano y el mantenimiento de la calidad de vida prometida por el
declinante “American dream”.
Luis
Mejía – 27 de febrero del 2013
Reproducido
de Razón Pública en blogluismejia.blogspot.com
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