Wednesday, February 27, 2013

ESTADOS UNIDOS: COYUNTURA PROPICIA FRENTE A LA INMIGRACIÓN



Publicado originalmente en RAZÓN PÚBLICA
Domingo, 17 de Febrero de 2013

Se abre paso una nueva legislación, necesaria para regularizar la presencia de una gran cantidad de indocumentados.  El momento es propicio porque existe por fin un consenso entre el gobierno y el congreso.



Mito fundacional

La imagen de la sociedad estadounidense como un melting pot  o crisol donde se funden los pueblos del mundo ha tenido una poderosa influencia en el imaginario colectivo de ese país. Con una cierta base en la realidad, esta metáfora supone que las oleadas sucesivas de inmigrantes que han poblado a Estados Unidos y han hecho de él la potencia económica y militar, han sido aceptadas e integradas en una fábrica social homogénea e igualitaria.

Las grandes olas de inmigrantes europeos, blancos y pobres, de la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX — irlandeses, italianos, polacos, alemanes, judíos — acabaron por integrarse a la sociedad blanca ya existente, pese a grandes dificultades iniciales.

Fueron discriminados por su pobreza, por su ignorancia y, en el caso de irlandeses e italianos, por su catolicismo. El aislamiento con respecto a sus países de origen impuesto por la distancia, las limitaciones del transporte trasatlántico y su costo, obligaban de hecho a esos inmigrantes a asimilar la cultura anglosajona como condición para hacerse aceptar.

La prosperidad europea durante los años de entreguerras y en la segunda postguerra a consecuencia del Plan Marshall redujo el flujo europeo. Un movimiento migratorio de retorno a Irlanda se produjo con el ingreso de este país a la Unión Europea.

Inmigración no europea

Entre tanto, las mismas circunstancias económicas, sociales y políticas que habían producido la emigración europea hacia Estados Unidos se presentaron en los países no desarrollados y no europeos. Con un factor adicional: la intervención de Estados Unidos — a veces armada, a veces económica y política — en el resto del continente americano, convirtió a este país en un destino obvio para emigrantes potenciales.

El libro de Juan González Harvest of Empire (Cosecha del Imperio), publicado en  2011, y el documental del mismo título que circula desde el año pasado (ver video) describen la relación entre la intervención estadounidense y el flujo migratorio de puertorriqueños, cubanos, mexicanos, guatemaltecos, nicaragüenses y dominicanos.

En Colombia, el efecto combinado de la violencia doméstica y el deterioro de las condiciones laborales inducido por las políticas económicas impulsadas por todos los gobiernos desde Gaviria (1990-1994) ha generado un flujo sostenido de emigrantes hacia Estados Unidos y otros países.

Fuera de los latinoamericanos, Estados Unidos funciona como un magneto que atrae trabajadores del África, Asia y algunos de los países que pertenecieron a la Unión Soviética y al Pacto de Varsovia. Para 2011, los latinos representaban 52,6 por ciento de los residentes legales de origen extranjero, Asia representaba el 28,6 por ciento  y Europa el 12,1 por ciento.

Hay una manera regular y una irregular de radicarse en los Estados Unidos. La primera hace uso de los mecanismos legales para obtener una visa de residente y eventualmente hacerse ciudadano. La segunda consiste en cruzar la frontera sin registrarse ante las autoridades de inmigración o en aprovechar una visa temporal para quedarse en el país por más tiempo del autorizado en el permiso de estadía expedido en el puerto de entrada.

La inmigración legal

El primer mecanismo padece de serias deficiencias. Las visas de residentes se expiden a miembros de la familia inmediata de ciudadanos y de quienes ya son residentes y a personal contratado por compañías locales; en menor número a solicitantes de asilo.

Excepto cuando se trata de familiares de ciudadanos, las visas están sujetas a un cupo total anual y a cuotas por país de origen y tipo de empleo. Para noviembre de 2011, estaban pendientes 300.000 peticiones de visa solicitadas por familiares inmediatos y 2,5 millones por hermanos de residentes. La cola se prolonga hasta solicitudes presentadas en el año 2000.

El tiempo para procesar una visa de empleo puede ser de cinco años o más, en ocasiones hasta varias décadas. Las cortes encargadas de la revisión judicial de las solicitudes negadas administrativamente tenían 325.024 casos pendientes en septiembre del año pasado.

La inmigración ilegal

El segundo mecanismo ha dado lugar a una numerosa población de residentes llamados indocumentados o ilegales, que viven en una zona de penumbra que les impide integrarse socialmente y los fuerza a violar la ley en muchos campos.

La incertidumbre sobre su estadía los desalienta a aprender inglés y a participar en la vida cívica local.  La discriminación les impide avanzar en su educación.  La ficción de que legalmente no existen los obliga a andar sin licencia de conducir, documentos válidos de identificación o cuenta bancaria.

El Pew Reseach Hispanic Center ha calculado esta población en 11,1 millones para el 2010, lo cual representa 3,7 por ciento de la población total, 5,2 por ciento de la fuerza laboral y 28 por ciento de la población nacida en el extranjero.  El gobierno, los  expertos y los medios han adoptado este cálculo para el estudio de la situación, a sabiendas de las dificultades metodológicas y prácticas para hacer el conteo.

Coyuntura propicia

La parálisis de los mecanismos legales de inmigración, el volumen mismo de la población indocumentada y la presión popular, especialmente de los latinos, han creado la coyuntura política que muy probablemente permitirá aprobar una ley comprensiva de inmigración en esta legislatura.

El presidente Obama y una comisión bipartidista en el Senado han propuesto sendos planes que coinciden en la mayoría de los puntos, excepto que los senadores hacen énfasis en el aseguramiento de la frontera Sur y el presidente incluye la frontera Norte. El  liderazgo de los dos partidos ha declarado su respaldo a la iniciativa.

La legislación que resulte cubrirá cuatro áreas de política:
  • Simplificar procedimientos y agilizar el trámite de visas de residentes:
Deberán acortarse los tiempos de espera para obtener una visa; se dará preferencia a las familias inmediatas de residentes y ciudadanos, a inversionistas y a empresarios y a los estudiantes de postgrado en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas; habrá  un procedimiento expedito para las víctimas de crímenes, violencia doméstica o persecución política que justifiquen un tratamiento humanitario; se agilizará la expedición de visas de turismo. Se crearían programas para integrar a los recién llegados en el uso del inglés, en educación cívica y en oportunidades económicas. En la reunificación de familias, se incluirán parejas del mismo sexo.

  • Crear un procedimiento para regularizar el status de los indocumentados:
Los indocumentados deberán registrarse ante las autoridades de inmigración, pasar una revisión de actividades delictivas y riesgos para la seguridad nacional, pagar impuestos y una multa, aprender inglés y entrar a la cola de procesamiento de solicitudes después de quienes ya tienen pendiente una petición de visa conforme a la legislación anterior. Los que eran menores a la llegada al país y los trabajadores agrícolas tendrán un régimen especial.

  • Fortalecer la seguridad de las fronteras:
En las fronteras se aumentará el número de oficiales de inmigración, se mejorará la infraestructura de los puntos de entrada, se instalará tecnología de punta para la detección de movimiento de personas y vehículos –aeronaves a control remoto, equipos de rastreo, cámaras térmicas-  y se contratará con firmas privadas el procesamiento de visitantes extranjeros. Se intentará desalentar el movimiento de personas, la comisión de crímenes transnacionales –tráfico de armas, dinero, drogas y personas- y la falsificación de pasaportes y visas. Se expropiarán los instrumentos y ganancias de la actividad criminal. Se establecerá una colaboración para el desarrollo y la vigilancia con la población residente cerca de las áreas fronterizas.

  • Criminalizar la contratación laboral de trabajadores indocumentados:
Los empleadores de indocumentados serán sancionados con multas y el cierre de la empresa. Para ayudarles a contratar solo a las personas que tienen permiso para trabajar en el país, el gobierno federal creará un banco de datos con información sobre el estatus de empleo de cada persona, se expedirá una nueva tarjeta de seguro social y se creará un documento de identificación para todos los empleados. Se dará protección a todos los trabajadores por medio de multas a las empresas que no cumplan con las condiciones de seguridad e higiene en el lugar del trabajo y que eludan el cumplimiento de las leyes laborales, y se mantendrá un sistema de inspecciones de las empresas que tengan muchos trabajadores inmigrantes.
 
Buenas posibilidades

En los próximos meses el Congreso discutirá los detalles de esta legislación. El presidente Obama en su discurso del estado de la Unión hizo una breve referencia a la necesidad de solucionar este problema lo más pronto posible y prometió firmar la ley que le envíen.

La reforma tiene el respaldo de la iglesia católica, aunque la jerarquía ha amenazado veladamente con sabotear el proceso legislativo si se incluye la opción de tratar a las parejas homosexuales como cualquier otra pareja para efectos de reunificación familiar. Los grupos latinos y muchas ONGs progresistas dan su respaldo a la legislación, pero harán cabildeo en el momento de discutir los detalles.

Habrá dificultades para financiar los gastos que demandarán las propuestas de vigilancia de fronteras, aplicación de los reglamentos nuevos y procesamiento de los casos pendientes, y se repetirá la oposición que siempre ha manifestado el país a establecer un documento de identidad obligatorio.

Cada generación de inmigrantes encuentra rechazo por parte de inmigrantes anteriores y sus descendientes.  En este momento subsiste el rechazo a los hispanos en algunos sectores, pero probablemente en el Congreso predominará un sentido de justicia y de entendimiento del problema para expedir una legislación que es necesaria.

Luis Mejía – 27 de febrero del 2013
Reproducido de Razón Pública en blogluismejia.blogspot.com

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