Sunday, May 27, 2012

TRATADO DE LIBRE COMERCIO EEUU-COLOMBIA: Modelos de Desarrollo Económico y Estrategia Librecambista

 
-Ve Tola, cuentan que Colón era muy ventajoso y que les
cambiaba a los pobres indios sus adornos de oro por espejitos.
-Ese fue el primer TLC.
Tola y Maruja


Descripción de los Modelos de Desarrollo Económico

Colombia ha tenido tres modelos de desarrollo económico durante su período republicano: 1. el de “trabajo con la plata del mister”, 2. el Carlos Holguín o Tesoro Quimbaya y 3. el Marquesa de Yolombó.

El primero fue práctica común durante gran parte del siglo 19. Fue inventado por los paisas. Consistía en conseguir un socio capitalista inglés con cuyo dinero se montaban beneficiaderos de oro en las montañas de Antioquia y a quien, a su debido tiempo, se entregaban, o no, los réditos a que tenía derecho.

El segundo se puede describir en palabras del presidente Carlos Holguín de la siguiente manera: "[El Tesoro Quimbaya es la colección] más completa y rica de objetos de oro que habrá en América, muestra del grado de adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria. La hice comprar con ánimo de exhibirla en las Exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiársela al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería. Como obra de arte y reliquia de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable."[1] Esto sucedió en 1892.

La Marquesa de Yolombó es el título de una novela de Tomás Carraquilla cuyo personaje principal es una mujer de descendencia española que vive en un pueblito minero de Antioquia a fines del siglo 18. Bárbara Caballero Alzate, su nombre de pila, se dedicó a la minería del oro, lo hizo con habilidad y tuvo éxito, se hizo fabulosamente rica y en un gesto de amor a su sacra real majestad el rey de España envió a este un cargamento de morrocotas de oro. El rey, muy agradecido, le envió el título de marquesa de su pueblito de Yolombó cuando los títulos de nobleza no traían consigo donación de tierras de la corona, delegación de poderes ni acceso privilegiado a la presencia de su majestad.

Aplicaciones de los Modelos

Como no estoy tomando del pelo a mis lectores quiero que ellos y yo reflexionemos juntos sobre las diferencias entre estas tres estrategias de desarrollo económico. La primera implica una inversión directa de capital extranjero bajo la gerencia y administración del talento nativo; el capital extranjero asume –como debe ser- todos los riesgos de la inversión capitalista, incluyendo el riesgo de no pago. Las otras dos estrategias no tienen riesgo alguno para el capital. En ambas el talento local se encarga de buscar, extraer, procesar y transportar los productos nacionales y de transferir la riqueza generada a manos de un extranjero. En la modalidad Holguín esta transferencia de riqueza se hace so guisa de reconocer un favor hecho al pueblo colombiano; en la modalidad Marquesa de Yolombó se hace por mera generosidad colombiana y se recibe a cambio un reconocimiento simbólico de buen nombre y reputación.

Vigencia de los Modelos

El régimen republicano había heredado de la corona española el dominio soberano sobre el subsuelo. Sin embargo, el descubrimiento de pozos de petróleo en territorio colombiano a principios del siglo XX -en una época en que nuestros gobernantes no entendían la técnica y la economía de esa industria-, dio pie a negociaciones que se hicieron con empresarios petroleros que sí las entendían; estas negociaciones introdujeron modalidades de concesión y entrega de las riquezas del subsuelo que debilitaron la soberanía nacional preeminente. Las inconsistencias de criterios jurídicos que se observan en las decisiones de la administración Suárez de 1918 a 1921 sobre concesiones petroleras terminaron beneficiando a empresarios del ramo sin imponerles contraprestaciones proporcionales que beneficiaran el país. Desde ese momento ha habido muchos cambios en la legislación minera nacional; en algunos casos se puede observar un intento de hacer que la riqueza del subsuelo beneficie a los colombianos como dueños que son, en los más se observa la tendencia de las elites de regalar esa riqueza, justo como lo hicieron Holguín y la Marquesa, y a pesar de que en el artículo 332 de la Constitución del 91 se reafirma la noción (y dejémosla como noción por el momento) de que el estado es dueño del subsuelo.

Expiración del Modelo 1

Enrique Pardo Parra, ministro de minas y petróleo de 1963 a 1965, durante la administración de Guillermo León Valencia, dio una pelea durísima para regresar a los días en que trabajábamos con la plata del mister o a algo similar. Fue una iniciativa que pudo tomar en un gobierno descoordinado, al garete, en el que cada ministerio echaba por donde el ministro y sus aliados y socios querían y donde los altos funcionarios del estado sobrevivían en sus cargos mientras las presiones de los medios de comunicación más poderosos, los gremios económicos más influyentes y las ambiciones de los notables que esperaban su turno de figurar en una alta posición del estado no hicieran necesaria su remoción. El ministro Pardo salió del gobierno cuando dio pruebas de que su discurso nacionalista estaba inspirando una política de protección de los intereses nacionales. Por muchos años siguió haciendo una campaña personal en defensa del enriquecimiento nacional con los bienes del subsuelo. Algunos de los que vivimos esa época todavía lo recordamos con admiración.

El Modelo 2 en la Práctica

La modalidad Holguín de manejo de la riqueza nacional se puede observar en las negociaciones que llevaron al reconocimiento de la independencia de Panamá, negociaciones que no se hicieron con los panameños mismos sino con los EEUU y que terminaron en la aceptación por parte de las elites colombianas de una indemnización que recuerda, paso a paso, los 60 florines que los holandeses pagaron a los nativos por la isla de Manhattan. Otro ejemplo es la cesión de los cayos e islotes de Los Monjes a Venezuela en 1952. Algunos académicos dicen que la presionó el embajador Urrutia Holguín, muerto del miedo en Caracas cuando el ejército venezolano bombardeó los cayos deshabitados para informar al mundo que como dueños podían hacer lo que quisieran; entonces, el gobierno de Urdaneta cedió los cayos para que el embajador recuperara la tranquilidad. Los periodistas e intelectuales liberales, en cambio, dicen que un guerrillero liberal se había refugiado en Venezuela y en el gobierno de Urdaneta se había despertado un deseo muy grande de hacerlo retornar a la patria; cuando el de Venezuela prometió repatriarlo, Urdaneta entregó los cayos. Venezuela cumplió, el guerrillero regresó y poco después murió asesinado por sujetos desconocidos y Los Monjes se hicieron venezolanos.

Hegemonía Programática del Modelo 3

En las administraciones Gaviria, Uribe y Santos II se observa la hegemonía irrestricta de la modalidad de desarrollo Marquesa de Yolombó. La llamada “apertura económica” del primero y el TLC de los segundos han entregado a los extranjeros la economía nacional sin pedir contraprestación alguna. Y el éxito de la entrega ha sido grande a juzgar por los innumerables nombramientos y distinciones internacionales de mucho valor simbólico y ninguna rentabilidad nacional que han llovido sobre los miembros de las elites colombianas. Los colombianos del común, y también los de los medios, reciben con alacridad tantos honores conferidos a sus compatriotas sin entender que son meros marquesados nominales por los que se pagaron morrocotas de oro puro que no fueron producidas por los beneficiarios de los honores. La marquesa de Yolombó estuvo presente en la secretaría de la OEA y lo está en la presidencia del BID, en el nombramiento de un ex-presidente en un comité de la ONU encargado de justificar la agresión israelí contra los portadores de ayuda humanitaria a los palestinos, en las condecoraciones y premios concedidos por compañías mineras e industriales y sus agencias de publicidad a ex-presidentes, ex-ministros y ex-asesores oficiales en concursos de un solo competidor, y, finalmente, en los contratos de asesorías sin poder decisorio que reciben todos ellos.

Y ahora tenemos el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América. No se regaló tanto en el bulto de morrocotas de la Marquesa de Yolombó.

El Marquesado de Yolombó

Los colombianos que se distinguieron por su diligencia en obtener la aprobación del TLC por el gobierno y congreso de Estados Unidos merecen ser recordados en la historia del país.

Los más importantes fueron: Alvaro Uribe y Juan M. Santos como presidentes, Jorge Humberto Botero y Luis Guillermo Plata como ministros de comercio exterior, Luis Alberto Moreno como embajador en EEUU durante el principio de las llamadas “negociaciones”, Carolina Barco como ministra de relaciones exteriores y subsiguiente embajadora ante el gobierno de EEUU, y Hernando José Gómez como líder del llamado equipo técnico del TLC.

Algunos funcionarios y técnicos colombianos se excluyeron a sí mismos del proceso de aceptación del texto impuesto por los negociadores estadounidenses. Solo podemos rescatar los nombres de unos pocos ya que los medios no hicieron cubrimiento adecuado de estos episodios. Por ejemplo, Gilberto Álvarez Uribe, Luis Guillermo Restrepo Vélez y Juan Fernando García Echeverri, miembros del equipo encargado de negociar asuntos de propiedad intelectual y en especial de patentes médicas, renunciaron en septiembre del 2005 porque se hallaron impotentes para defender efectivamente los intereses nacionales.  A ellos hay que reservarles un lugar de honor en la memoria nacional aunque su protesta no hubiera tenido consecuencias políticas.

El Marquesado de Yolombó Par de la Corona?

 Los apologistas del TLC han insistido mucho en que por virtud de este tratado Colombia ha sido tratada en condiciones de igualdad por EEUU, que las negociaciones fueron de soberano a soberano, que los intereses de ambos países fueron tenidos al mismo nivel.

Valga la pena resaltar el hecho de que no hubo negociación de parte de los colombianos pese a que había una comisión negociadora de alto nivel. Los miembros de esta, al parecer enmudecidos para dar credibilidad a la línea oficial del gobierno, se han abstenido de confirmar en público lo que todo mundo sabe por infidencias, confidencias e imprudencias de ellos mismos entre amigos y colegas y es que se limitaron a aceptar las decisiones de los comisionados estadounidenses en cuanto a contenido, lenguaje e interpretación del tratado. En casos así uno desearía que los funcionarios de estado colombianos siguieran el ejemplo de los funcionarios estadounidenses quienes a la primera oportunidad publican sus memorias con abundancia de detalles sobre la incompetencia de sus colegas y superiores. Este deseo es especialmente fuerte cuando uno considera que la mayoría de los comisionados colombianos no forman parte de la elite nacional sino que son meros técnicos de clase media, contratados para validar apariencias, a quienes ni el gobierno ni los empresarios beneficiados por el TLC van a sacar de la clase media en pago de su silencio.

La Recua que Transportó las Morrocotas de la Marquesa

El TLC tuvo (y tiene) respaldo entre algunos comentaristas de los medios y entre muchos académicos que sin mucho pensamiento crítico aceptan como inmediatos y reales los beneficios teóricos de la libertad de comercio. Los economistas pro-TLC justifican las decisiones oficiales con modelos -ininteligibles para los no iniciados­- basados en supuestos, presunciones y fórmulas matemáticas sin nexo con la realidad, que se echan al olvido cuando el tiempo invalida sus recomendaciones, las obras se quedan inconclusas o los programas tienen consecuencias imprevistas. Comentaristas y académicos defensores del TLC actúan como los arrieros que sacaron a puerto las morrocotas de oro de la Marquesa de Yolombó.

De otra parte, la mayoría de los comentaristas y una minoría de economistas bien informados han expresado serias reservas sobre las bondades del TLC con respecto al futuro desarrollo del país, pero sus opiniones no han tenido resonancia en el Congreso o en la opinión pública. El primero ha sido indiferente y la segunda ignorante con respecto a lo que está en juego y ambos han permitido que los proponentes del TLC hayan logrado su aprobación sin tener que discutir los argumentos de sus oponentes.

La irrelevancia de los formadores de opinión en este tema y en otros de interés público no debería sorprendernos. Vivimos una cultura de masas mal informadas, no preparadas para la discusión seria de los problemas que afectan el bienestar de todos y propensas a dejarse manipular por la propaganda de quien tenga más presencia en los medios. En otras palabras, masas que se dejan enjalmar.

Historia y Libre Comercio o la Marquesa Ha Debido Quedarse con su Oro

Adam Smith en su estudio del capitalismo industrial temprano explicó las ventajas de la libertad de comercio entre las naciones con base en la conjetura de las ventajas comparativas. Conviene recordar que propuso como ejemplo el caso del comercio entre Inglaterra y Portugal. Portugal producía textiles y vinos mientras que Inglaterra solo producía textiles y estos a un costo mayor que los portugueses. Pero si Portugal se especializaba en la producción de vinos e Inglaterra en la de textiles ambos salían a ganar pues aumentaban la producción total de ambas mercancías y al intercambiarlas ambos países consumían más. Por una razón u otra eso sucedió en la realidad. El resultado, en la práctica, fue la industrialización y enriquecimiento de Inglaterra y el empobrecimiento y falta de desarrollo de Portugal. La producción de textiles dio base a una economía que se expandía con el procesamiento de materias primas, la invención de máquinas cada vez más complicadas, la especialización de funciones de la mano de obra, la diversificación de mercancías y una armada que a tiros de cañón podía forzar la libertad de mercados sobre los pueblos renuentes a aceptarla. Portugal se quedó convertido en un país agrícola, sin fábricas y sin armada. La libertad de mercados perpetuó las disparidades entre los dos países.

Paul Bairoch, autor de Economics and World History: Myths and Paradoxes[2], demuestra con la mejor información estadística histórica disponible la falacia del librecambismo como motor de desarrollo y el papel del proteccionismo en el desarrollo de EEUU y Europa. Leonard Gomes en The Economics and Ideology of Free Trade documenta exhaustivamente la manera como Inglaterra impuso por la fuerza el libre comercio sobre sus colonias o estados clientes con gran detrimento para el desarrollo económico de estos. Ha-Joon Chang en Kicking Away The Ladder - Development Strategy in Historical Perspective hace un recuento detallado de las políticas proteccionistas e intervencionistas que han aplicado los países desarrollados en el curso de su historia. Luis Eduardo Nieto Arteta en Economía y Cultura en la Historia de Colombia y Luis Ospina Vásquez en Industria y Protección en Colombia, por su parte, documentan los obstáculos que el librecambismo puso en el proceso de industrialización colombiano.

Finalmente, durante los últimos diez años Joseph Stiglitz ha venido diciendo, con mucho sentido común, que los tratados de libre comercio son irrelevantes si no perjudiciales para los países no industrializados; si estos, dice, tuvieran buena infraestructura y una mano de obra competente atraerían inversión extranjera con o sin TLCs.

Después de 7 años de espera hemos llegado al TLC con EEUU: sin infraestructura adecuada y con insuficiente mano de obra competente, con ganadería, agricultura y avicultura que quebrarán ante los productos estadounidenses subsidiados que inundarán el mercado, con una industria cuyas mercancías no son exportables porque no compiten con los bajos costos de los productores asiáticos y con una mano de obra desempleada y sin posibilidades de emigrar pues a ella no se le aplica la libertad de mercados. En mi opinión, el TLC está hecho para perpetuar la disparidad económica entre EEUU y Colombia, convertir a Colombia en un exportador de materias primas y crear un estamento social nuevo, parasitario, de intermediarios de empresarios estadounidenses e importadores de productos subsidiados por los EEUU.

Enemigos de la Marquesa de Yolombó

El TLC es un hecho cumplido. Lo va a ser por muchos años. Eso no quiere decir que sea un marco comercial ventajoso para Colombia, que se haya puesto más allá de la crítica académica o que escape al control político del pueblo colombiano. Como cualquier otro tratado internacional los líderes del país lo pueden denunciar cuando tengan suficiente respaldo ciudadano. Intelectuales, académicos, políticos progresistas, activistas comunitarios, agricultores e industriales, tenemos un deber moral e histórico de mantener el debate abierto para educar las masas (y los políticos que estas eligen) y crear un clima de opinión que lleve a  repensar la estrategia de desarrollo nacional en defensa de los intereses nacionales y para el bienestar de la mayoría de los colombianos.

Colofón

Advierto a mis lectores que este ensayo va mitad en serio y mitad en broma. Y muy en serio les cuento que la soberanía económica de Colombia se perdió cuando la Marquesa de Yolombó conoció a Cosiaca el 18 de mayo del 2004 y puso en sus manos las morrocotas de oro para que se las entregara a quien él reconociera como rey.

Luis Mejía – 27 de mayo de 2012

Publicado en blogluismejia.blogspot.com



[1] Mensaje de 20 de julio de 1892 del presidente Holguín al Congreso, según cita del historiador Pablo Gamboa Hinestroza: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/junio1992/junio1.htm
[2] Copia de esta obra está disponible en la biblioteca de la Universidad Javeriana por donación que hizo este ‘bloguero’.

14 comments:

  1. soy una ciudadana colombiana del común y poco o nada sé de economía y política en mi país y en el mundo, pero debo decir que por alguna razón encuentro verdades en este documento.

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  2. Corporation vs Nation: Pacific Rim attacks El Salvador and demands 2% of its GDP in a private lawsuit filed before a panel of arbitrators:

    http://wolfstreet.com/2015/10/03/multinational-pacific-rim-tramples-el-salvador-in-us-kangaroo-court-over-gold-v-water/

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  3. El 18 de mayo del 2004 comenzaron en Cartagena las llamadas negociaciones del TLC entre el gobierno colombiano y los EEUU moduladas conforme a los protocolos de conversación redactados por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos.

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  4. Este articulo resume algunas fallas del TLC del Pacífico: 1] no reduce aranceles pues estos ya estaban reducidos, 2] autoriza a las multinacionales para imponer restricciones al empleo de sus trabajadores con la competencia, 3] extiende a otros países la protección que EEUU le da a la propiedad intelectual y las patentes de las multinacionales, especialmente a las farmacéuticas y 4] imponen sanciones penales en caso de violación a los privilegios de patentes. En resumen, es de beneficio para las grandes compañías, no para los ciudadanos de los países firmantes.

    http://www.huffingtonpost.com/dean-baker/will-the-trans-pacific-pa_b_9878794.html

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  5. Más sobre el efecto de los TLCs en el desarrollo nacional:

    http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/monologo-economico-mundial-en-medellin/16626346

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  6. Seria crítica del economista Jeffery Sachs a los llamados tratados de libre comercio:

    http://www.bostonglobe.com/opinion/2016/10/16/the-truth-about-trade/UWtu8jpAo8LTsTFlffaZ0K/story.html?p1=Article_Recommended_ReadMore_Pos17

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  7. Comentario sobre globalización y TLCs en América Latina:

    http://www.elespectador.com/opinion/percances-de-globalizacion

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  8. https://www.theguardian.com/business/2015/may/13/the-secret-corporate-takeover-of-trade-agreements

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  9. Evaluación del TLC a cinco años de entrar en vigencia:

    http://www.elespectador.com/opinion/revision-de-los-tlc-columna-700946

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  10. Este comentarista presenta una hipótesis opuesta sobre la inversión extranjera y la minería basada en un modelo de desarrollo económico creado con elementos de fantasía y ciencia ficción apuntalado por mucas falacias lógicas, lo cual convierte su columna en una excelente pieza de agitación y propaganda:

    http://www.semana.com/opinion/articulo/consultas-mineras-y-petroleras-es-una-senal-de-subdesarrollo/532480

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  11. 28 de mayo del 2004: AUV, presidente de Colombia, abrió la primera ronda de negocianes del TLC con EEUU:

    http://www.mincit.gov.co/publicaciones/12384/documentos_y_resultados_primera_ronda

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  12. El columnista colombiano Eduardo Sarmiento habla de los efectos económicos del libre comercio y de los TLCs:

    https://www.elespectador.com/opinion/proteccion-mundial-columna-745065

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  13. El columnista colombiano Eduardo Sarmiento habla de los efectos económicos del libre comercio y de los TLCs:

    https://www.elespectador.com/opinion/proteccion-mundial-columna-745065

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  14. Importante análisis de la política industrial en Colombia, por el profesor Salomón Kalmanovitz:

    https://www.elespectador.com/opinion/el-auge-y-caida-de-la-industria-columna-817980

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