Creado: Lunes, 8
de febrero del 2016
Con las primarias de Iowa
se dio partida a la carrera por la Casa Blanca. ¿Cómo elige cada partido su
candidato? ¿Quiénes son los favoritos? ¿Qué proponen? ¿Quienes financian las
campañas? Mirada ilustrativa sobre la elección del funcionario más poderoso del
mundo.
Las formas de elección
La
escogencia de los candidatos en Estados Unidos combina los consejos
comunales (caucuses en inglés) en algunos Estados, y las
elecciones primarias propiamente dichas en otros Estados:
·
Los consejos son
organizados por los partidos mismos. Los participantes se reúnen, discuten,
votan, hacen acuerdos, vuelven a votar y los funcionarios del partido reportan
los resultados. Los empates entre candidatos se resuelven al azar Generalmente,
los participantes escogen delegados para la convención estatal del partido, de
la que saldrán los delegados a la convención nacional.
·
Las primarias son
organizadas por las autoridades locales, con voto secreto de los afiliados a
cada partido o, en algunos casos, con el voto abierto a cualquier ciudadano no
inhabilitado.
Estos
mecanismos se generalizaron a mediados del siglo pasado y como reacción contra
el poder que tenían los jefes del partido para escoger candidatos a los cargos
de elección popular.
El
proceso sin embargo tiene tres serios inconvenientes, que se acentúan en el
caso de los caucuses:
·
Que participa solo una
porción muy pequeña de los votantes registrados,
·
Que estas minorías tienen
el poder de eliminar a unos candidatos y hacer viables a otros, y
·
Que los votantes no son
representativos de la población general.
La primaria de Iowa
El primer
consejo comunal de estas elecciones tuvo lugar en el Estado de Iowa, con
participación de tres candidatos demócratas y doce republicanos y
al cual asistieron 171.000 votantes por los primeros y 186.000 por los
segundos.
Los
resultados dejaron a Hillary Clinton y a Bernie Sanders como los candidatos que
se enfrentarán en la convención estatal demócrata. Puede decirse que hubo un
empate técnico: Sanders gano en 697 consejos, y en 9 de los 701 donde ganó
Clinton la escogencia se hizo a la suerte.
Los republicanos
quedaron con tres candidatos fuertes: Ted Cruz, Donald Trump y Marco Rubio,
cinco candidatos débiles y cuatro que no tendrán representación. Se retiraron
de la contienda dos candidatos republicanos y uno demócrata.
Resultados de la votación primaria en el estado de
Iowa, 1 de febrero del 2016
Candidatos
|
Votos*
|
Porcentaje
|
Delegados
|
Número de votantes**
|
Demócratas
|
|
|
|
171.000
|
H. Clinton
|
701
|
49,9
|
23
|
|
B. Sanders
|
697
|
49,6
|
21
|
|
M. O'Malley
|
8
|
0,6
|
Ninguno
|
|
|
|
|
|
|
Republicans
|
|
|
|
186.000
|
T. Cruz (winner)
|
51.666
|
27,6
|
8
|
|
D. Trump
|
45.427
|
24,3
|
7
|
|
M. Rubio
|
43.165
|
23,1
|
7
|
|
B. Carson
|
17.395
|
9,3
|
3
|
|
R. Paul, J. Bush, C. Fiorina, J. Kasich
|
20.678
|
11,1
|
1 por candidato
|
|
M. Huckabee, C. Christie, R. Santorum, J. Gilmore
|
8.424
|
4,6
|
Ninguno
|
|
*Los
demócratas deciden por mayoría en cada consejo comunal el candidato que van a
respaldar y reportan el número de consejos que votaron por cada candidato. Los
republicanos cuentan los votos por cada candidato y distribuyen los delegados
proporcionalmente.
**Estas
cifras son reportadas por fuentes diferentes de las consultadas para el resto
de la tabla.
·
Votantes blancos (97 y 91
por ciento, respectivamente para republicanos y demócratas);
·
Mayores de 45 años (73 y 64
por ciento);
·
Con un nivel de educación
muy elevado (50 por ciento de los demócratas y 52 por ciento de los
republicanos tenía título universitario o de postgrado);
·
Las mujeres (57 por ciento
entre los demócratas y 48 por ciento entre los republicanos)
Los
resultados de Iowa no pueden extrapolarse a otros Estados, pues históricamente
no ha habido correlación entre quienes ganen esta primaria y quienes sean
escogidos como candidatos. Y además los participantes no son representativos de
los votantes en el país: según la Oficina Nacional del Censo en 2014 los
blancos solo representan el 52 por ciento de la población registrada para
votar; las mujeres, el 53 por ciento; el 61 por ciento es mayor de 45 años; y
solo el 36 por ciento tiene un grado universitario o de postgrado.
Los
medios y la propaganda de los candidatos han magnificado los resultados de Iowa
para aumentar la viabilidad de algunos candidatos, y ahora Sanders es visto
como un rival capaz de enfrentarse a Clinton, favorita de los medios y del
establecimiento partidista. Por su parte, Trump era el candidato republicano
dominante aunque sin garantía de ser nominado; el hecho de que Cruz le haya
ganado y Rubio lo haya igualado se ve como un anticipo de su derrota.
El discurso demócrata
El
partido demócrata ha tenido desde los días de Franklyn D. Roosevelt un discurso
progresista que incluye:
·
Alianza con el movimiento
sindical,
·
Protección
del menos favorecido,
·
Tolerancia a la
multiplicidad de culturas,
·
Moderación de los intereses
empresariales.
Cuando ha
estado en el poder este partido ha tratado de equilibrar las ambiciones de la
clase empresarial con las necesidades de la clase media y trabajadora. Con
frecuencia se ha inclinado por la primera, como lo muestra su tolerancia con
los paraísos fiscales, su negligencia en perseguir delincuentes de cuello
blanco, su rescate de multinacionales, su apoyo presupuestal a los proveedores
de equipos y servicios militares y su lentitud en reaccionar ante graves
ataques al medio ambiente y la salud pública.
Ahora el
partido tiene que escoger entre Clinton y Sanders. Al principio de la campaña
Clinton tenía un discurso conciliador con énfasis sobre temas de interés para
las masas:
·
El salario mínimo para la
clase obrera,
·
Los derechos reproductivos
para la mujer, y
·
La calidad de vida para la
clase media.
Sanders
era el candidato subversivo, con un discurso agresivo contra los abusos del
poder económico y la complicidad de las autoridades con el crimen de cuello
blanco y a favor de:
·
Una mejor cobertura de
salud,
·
Protección
del medio ambiente,
·
Calidad de la educación
básica, y
·
Acceso a la educación
superior.
Los
operadores políticos observaron que el mensaje de Sanders comenzaba a ganar
simpatizantes dentro y fuera del partido, y Clinton adaptó su discurso a esta
realidad. Esto se hizo evidente en el debate televisado de la noche de febrero
4, cuando ambos candidatos discutieron quién era más progresista.
Las
objeciones de Clinton a las propuestas de Sanders fueron de costo, momento y
oportunidad, pero cuando uno mira el debate en su conjunto se da cuenta de que
los puntos de diferencia son pocos. Al final, el votante se ve obligado a
decidir quién proyecta mayor honestidad e inspira más confianza.
El discurso republicano
Desde la
candidatura presidencial de Barry Goldwater en 1964, los republicanos se han
presentado como un partido:
·
Comprometido con la empresa
privada,
·
Abanderado de la tradición
protestante anglosajona, y
·
Con un destino manifiesto
de hegemonía internacional.
En la
campaña presidencial de Ronald Reagan el partido se alió con movimientos
integristas cristianos e introdujo un componente moralista a su discurso. Desde
entonces el partido ha tenido una posición antifeminista, se opone a la
educación sexual y al control de la fertilidad, censura la homosexualidad, y
defiende la fibra moral de la sociedad amenazada por fuerzas corruptoras. Hoy
el partido es anti inmigrantes, a pesar de que en 1986 Reagan impulsó una
reforma legislativa que legalizó la situación de millones de inmigrantes.
Los
candidatos del partido son conservadores, su discurso frecuentemente está
cargado de prejuicios, estereotipos y falsedades de hecho. Uno imagina que se
dirigen a hombres maduros blancos que no están interesados en hechos
comprobables sino en identificar enemigos.
Amenazada
su calidad de vida por empleos mal remunerados y oportunidades cada vez más
escasas, ellos no quieren oír que el sistema económico los empobrece, el
sistema político les quita su poder y las guerras desperdician sus recursos,
sino que los inmigrantes ilegales, los latinos, los musulmanes o los rusos
conspiran contra su prosperidad.
Donald
Trump ha jugado un papel subversivo en el partido. Carece del tono moralista de
los demás candidatos, muestra poca familiaridad con los textos sagrados y
repite ciertos temas:
·
Las
desventajas económicas,
·
La
pérdida de oportunidades,
·
La
exportación de trabajos,
·
La incompetencia de la
burocracia,
·
La
invasión de extranjeros,
·
El debilitamiento del país
frente al resto del mundo.
Su
lenguaje desabrochado, su falta de modales y su lenguaje corporal en permanente
desafío despiertan entusiasmo. Es enemigo de los tratados de libre comercio y
de la globalización. Sus competidores responden haciéndose más intolerantes y
prometiendo reducir los programas de asistencia pública, desmontar el sistema
de salud existente y recuperar los estándares morales.
Follow the money
Las
campañas de Estados Unidos se financian con recursos propios, con donaciones de
simpatizantes y con aportes fiscales. Las donaciones de simpatizantes pueden
hacerse directamente a la tesorería del candidato o, indirectamente, a través
de la gran variedad de fondos administrados independientemente de la campaña
que se conocen como “comités de acción política” (PAC, por su sigla en inglés).
El costo
de una campaña es cada vez más alto en Estados Unidos. Se calcula que en 2012
Barak Obama y Mitt Romney gastaron alrededor de mil millones de dólares cada
uno. Para este año se anticipa un gasto de dos mil millones por candidato de
cada partido.
El costo
de las campañas abre una oportunidad para que corporaciones y millonarios
individuales inviertan en su financiación. Para ello usan los PAC más
flexibles. Por ejemplo, los hermanos David y Charles Koch, dueños cada uno de
una fortuna calculada por Forbes Magazine en 41 mil millones de dólares, tienen
planeado gastar 900 millones de dólares en candidatos republicanos este año.
En 2015
Clinton recibió 116 millones, de los cuales 12 (el 10 por ciento)
llegaron de solo tres personas y 16 por ciento de personas que contribuyeron
200 dólares o menos. Esta situación ha dado pie a que los críticos anoten
que los grandes donantes adquieren un acceso privilegiado a las personas que
van a tomar las decisiones del país.
Por eso
Sanders, a quien financian los pequeños donantes, y Trump, que en gran medida
se autofinancia, han rechazado las grandes donaciones pues no quieren deber
favores si son elegidos.
Luis Mejía – 8 de febrero del 2016
Reproducido de Razón Pública en blogluismejia.blogspot.com
Otra manera de ver este mismo tema se encuentra en este enlace:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/gran-carrera-casa-blanca