Saturday, February 13, 2016

CIENCIA, LENGUAJE Y MASAS


El lenguaje, cápsula de hechos, ideas, emociones

El lenguaje tiene un poder del que no nos percatamos todo el tiempo. Uno habla como respira, sin darle mucha importancia a la voz y al suspiro. Pero en el lenguaje, como en el suspiro, comprimimos un universo de información que interpreta o a la que es indiferente quien nos escucha.

El lenguaje no es inane; al contrario, los usamos para informarnos, entretenernos, facilitar el trabajo con otros, comunicar nuestros sentimientos, engañarnos, hacernos daño, dar órdenes, dominar. Lo que hacemos con el lenguaje depende de las intenciones e interpretación de quien habla y de quien oye.

Estas cosas vienen a mi cabeza cuando tengo frente a mí un texto cualquiera, literario, científico, religioso, político, periodístico, y aprecio la elegancia del decir, la corrección del estilo, la claridad de las ideas, la seriedad de los argumentos, la precisión con que narra un evento, la imparcialidad con que describe situaciones ambiguas o interpretaciones encontradas de una situación. Siento que quien usa el lenguaje de esta manera respeta mi inteligencia, me ayuda a pensar, me permite ejercer autonomía en mis decisiones y asumir responsabilidad por mis acciones.

Pero hay un uso del idioma que ofende mi inteligencia, debilita mi autonomía y me hace sentir que pierdo el control de mis acciones. Sucede cuando soy destinatario de textos de propaganda religiosa, política o comercial, la que distingo por la distorsión de los hechos, la simpleza de los argumentos, el uso de falacias lógicas y palabras cargadas para sesgar mi opinión, neutralizar mi pensamiento crítico, inclinar mi ánimo o despertar mis emociones para ponerlas al servicio de otro. Esta es la manera de usar el lenguaje que lo convierte en herramienta para manipular las masas.

Utilidad de la ciencia

Dos de los papeles importantes que ha jugado el pensamiento científico en el desarrollo humano han sido las mejoras en las condiciones de vida y el afianzamiento de la libertad de pensamiento. La ciencia aplicada produce mejoras en la manera de vivir al crear nuevos métodos de producción, al inventar instrumentos que facilitan el trabajo o que permiten aplicar el esfuerzo humano a nuevas modalidades de artes e industrias y al fabricar nuevos objetos para satisfacer nuestras necesidades. La teorización científica ayuda al progreso de la libertad de pensamiento. Cuando se proponen nuevos paradigmas científicos se hace, aunque sea de manera implícita, una crítica y un rechazo a paradigmas vigentes.

Lenguaje científico

Pero hay que hacer una distinción entre ciencia y científicos. La ciencia es una idea abstracta: el conjunto de conocimientos generados por el método científico. Los científicos son los seres humanos que practican el método científico y que nos transmiten el resultado de su trabajo, que es un producto puro o contaminado según su inclinación personal.

Hay un lenguaje del científico que hace su trabajo con honestidad intelectual. Hay otro lenguaje, remedo del lenguaje científico, usado por el científico que se pone al servicio de una ideología, un partido, una empresa comercial o un jefe político o religioso y que le cierra puertas a la libertad de pensamiento.

Para los hombres de poder –económico, político o religioso- la mayoría de nosotros somos masa, esperan que respondamos a sus palabras como consumidores, votantes o creyentes indiferenciados. En su manera de ver el mundo el lenguaje es una herramienta para mantener la aquiescencia de las masas y conservar el poder. En particular el lenguaje de la ciencia tiene el propósito de hacernos creer que su discurso y sus decisiones están basados en leyes científicas.

La novela Los monstruos optimistas, del autor inglés Nicholas Mosley, explora este uso del lenguaje cuando Stalin y su equipo de gobierno temían perder el poder a finales de la década de 1920.

Los Monstruos Optimistas (extractos)

Odessa, el poder y la dirección de masas

Odessa era una ciudad moderna y grande que parecía próspera (¿y qué esperabas?, me dije a mí mismo). Tenía calles amplias, buses y tranvías,  edificios sólidos, de piedra. En nada diferente de Berlín, París o Mánchester. Los hombres llevaban la cabeza cubierta con gorras de tela, las viejas con chales y las muchachas jóvenes con sombreros en forma de bellotas. Todo lo que yo sabía de Odessa era que allí había estudiado Trotsky. Trotsky creía en la revolución permanente, en que uno no podía construir un estado socialista si el resto del mundo no era también socialista; socialismo era una especie de pureza que había que proteger de la corrupción. Por eso me parece que Trotsky fue derrotado, porque la gente no quería ser pura, la gente más bien prefería ser lo que era, que la amarraran de la ternilla al piso y que la corrompieran. La gente necesitaba que la marcaran con hierro en el alma, de lo contrario ¿cómo iba a saber lo que tenía que hacer? Stalin era el hombre de hierro y se sentía como en casa en medio de la corrupción del poder. ¿En qué sentido, entonces, podría ser esto una revolución?

Lysenko crea un paradigma útil a la clase dirigente

Las clases a las que yo quería asistir en la Academia de Ciencias se relacionaban con la propuesta de un biólogo llamado Lysenko.

Lysenko era considerado el líder de una nueva clase de científico soviético (que podía hacer crecer dos espigas de trigo donde antes crecía solo una), un científico cuya tarea –en competencia, diríamos, con lo que Marx había dicho de la historia- era no solo describir la naturaleza sino cambiarla. Yo había hablado de esto con mi padre. Le había dicho: “¿Es posible encontrar un nuevo tipo de trigo si de verdad se necesita  tanto?” Mi padre me había contestado: “Es posible que se encuentre un nuevo tipo de científico soviético si realmente se necesita tanto”.

Lo que sucedió, al parecer, fue que cuando la escasez de alimentos se agudizó el gobierno soviético pidió a los científicos que descubrieran una especie de trigo más productiva, que no se contentaran con describir las circunstancias que harían más productivo el trigo sino que descubrieran un trigo de mayor productividad cuyas características se transmitieran genéticamente. Los biólogos ortodoxos habían dicho: estas cosas no se pueden hacer a la medida, una nueva especie de trigo depende de una mutación que ocurre al azar, esa mutación se puede buscar y quizá aislar y mantener pero tomará tiempo y paciencia; ¿cuál sería, si no, el sentido de ‘azar’ si se nos ocurre que podemos hacerlo sobre instrucciones?

Fue en ese momento cuando al parecer Stalin había replicado (¿es posible que fuera un chiste?, ¿que Stalin estuviera bromeando?) que la tarea de un científico marxista no era describir la naturaleza sino cambiarla.

Y justo en aquel momento apareció un científico llamado Lysenko diciendo que había encontrado una nueva variedad de trigo y que lo había hecho precisamente al azar. Se le había caído en el agua un bulto de trigo de invierno y lo había tirado a la nieve porque pensó que ya no servía. Ese mismo trigo lo había recogido por equivocación su papá y lo había sembrado en la primavera siguiente. Y, ¡cate! –como conejo salido del sombrero- crecieron dos espigas de trigo donde antes solo se daba una. Y esta nueva variedad era tal que sus características –¡sí!- se podían transmitir genéticamente. No hubo prueba de esto. Parecía que era suficiente con que se dijera que Marx lo había sugerido. Y ahora lo que los granjeros soviéticos tenían que hacer para salvarse y salvar al país de la hambruna era pasar sus bultos de semilla de trigo de invierno por agua y tirarlos a la nieve…

Yo le había dicho a mi padre: “Muy bien, ha aparecido una nueva variedad de científicos soviéticos, pero ¿qué pasará cuando se descubra que lo que ellos dicen no se transmite genéticamente?”

Mi padre había contestado: “¿Por qué habrán de darse cuenta? En un sistema soviético no es necesario que algo funcione, lo que se necesita es encontrar a alguien que diga que lo que se quiere funciona”.

El discípulo y el lenguaje de lo que aprende

Yo iba a las clases de la Academia de Ciencias con Kolya [N. del T.: estudiante de la Academia, hijo de la familia donde se hospedaba el narrador]. Me sentaba al fondo del salón de clases que era muy frío. No entendía casi nada de lo que decían los profesores. Yo pensaba: si las palabras tienen tan poca relación con su significado, ¿qué importa si entiendo o no entiendo lo que dice el profesor? Aquí estamos, enfundados en nuestros abrigos, chaquetas forradas, gorras con orejeras; parecemos bultos de trigo de invierno, semillas de trigo tiradas en la nieve, y lo interesante es lo que pasará cuando en cierto sentido seamos sembrados en la primavera… el campo habrá sido arado para la siembra y alguna cosa podrá crecer algún día. –Podría ser que todo lo que Lysenko esté diciendo es: Si se rompe en pedazos una variedad vieja, ¿cómo hace uno para saber qué saldrá de ahí?
….

Le pregunté a Kolya: “Díme, ¿tú crees que las teorías de Lysenko funcionarán?” Kolya respondió como si recitara de memoria: “Si existe un deseo apasionado de hacerlo se alcanzarán todos los objetivos, se sobrepasarán todas las metas”.

Yo dije: “Eso suena a poesía”.

El dijo: “Es poesía”.

Yo dije: “¿Lo escribiste tú?”

El dijo: “No, lo escribió el camarada Stalin”. Y salió corriendo, pateó una piedra y dio unos pasos como de baile en la mitad de la calle.

Yo dije: “¿Es poeta el camarada Stalin?”

El dijo: “En Rusia todos somos poetas”.

Mataron a Kirov y su muerte fue muy útil

Era esta una época –el invierno de 1934/35- cuando todavía en la Rusia de Stalin no había empezado lo que después se llamaría el Terror, aunque ya por años habían corrido historias, que venían y se iban, de muertes inexplicables y hambrunas. Sin embargo, poco después de mi llegada a Rusia tuvo lugar el asesinato de Kirov, el jefe bolchevique de Leningrado; este evento fue considerado después el punto de partida del Terror. A Kirov lo asesinó un disidente que sufría de problemas mentales. Este disidente, de nombre Nikolaev, pudo actuar por su propia iniciativa o pudo ser miembro de un grupo. De hecho, sin embargo, en el sistema soviético era posible decir que él estaba actuando en coordinación con alguien más, lo que significaba que se podía decir de cualquiera que era responsable del asesinato de Kirov, líder del Partido. ¡Qué cosa útil para alguien que quisiera deshacerse de sus enemigos! El precedente para este tipo de situación fue la manea como los Nazis aprovecharon el incendio del Reichstag -cuando un disidente con problemas mentales le dio a Hitler la oportunidad de salir de quien quisiera-. Ahora el asesinato de Kirov fue usado por Stalin para arrestar y juzgar a Zinoviev y Kamenev, dos de sus colegas más antiguos -y el precedente para esto fue, por supuesto, el asesinato de Rohm por órdenes de Hitler-. Yo pensé: Pues claro que aquí hay un patrón que se establece mentalmente, pero los dictadores son, por supuesto, tan estúpidos que no se dan cuenta de que ellos mismos son parte de un patrón mental.

Las palabras señalan al criminal

Llegaron noticias de Moscú de que Zinoviev y Kamenev habían sido condenados a prisión por la responsabilidad que les cabía en el asesinato de Kirov. Se argumentó que como el asesino era un disidente y Zinoviev y Kamenev de vez en cuando habían sido disidentes dentro del Partido, en consecuencia, lógica y objetivamente, ellos eran cómplices en el asesinato. Ellos mismos, Zinoviev y Kamenev, parecían estar de acuerdo con esto. Yo seguía intentando conversar con Kolya y le decía: “Lo que está pasando ahora mismo es que se están usando las palabras para justificar cualquier cosa; es decir, cualquier cosa que quiera quienquiera que esté en el poder”.

Kolya me respondió: “¿No es así como se usan siempre las palabras?”

Yo respondí: “¿Es así como se usan? Lo único que yo quiero es entender”.

Tomado de Hopeful Monsters por Nicholas Mosley (Dalkey ARcive Press, 2000; Primera edición: 1990).

Otras aplicaciones perversas del lenguaje

Al leer estos segmentos de la novela uno puede hacer una extrapolación a otros momentos y otras circunstancias y recordar los escritos, discursos y películas que se hicieron para hacernos creer que:

-          la inteligencia, la virtud y la capacidad de mando son hereditarias
-          la rebelión contra el bajo status social y económico heredado de los padres va contra la moral y el orden social
-          las independencia latinoamericana fue contraria a la ley de dios que había conferido al rey el poder de gobernarnos
-          las guerras de agresión solucionan conflictos
-          los que mueren en guerra santa van al paraíso
-          es un revolucionario, que lo fusilen; es un reaccionario, que lo fusilen
-          las armas nucleares en manos nuestras son garantía de paz, en manos ajenas son un peligro colectivo
-          la guerra contra la producción y venta de drogas recreativas eliminará la demanda de ellas
-          las leyes de divorcio, la homosexualidad, el reconocimiento de los derechos de la mujer, la igualdad legal del hijo natural y el hijo legítimo o el sexo pre-marital harán que la familia desaparezca
-          la mujer vale menos que el hombre y el negro y el indio valen menos que el blanco
-          el honor de una familia descansa en la virginidad de sus mujeres solteras
-          los matrimonios inter-raciales degeneran la raza
-          la concentración de la riqueza en pocas manos mejora la calidad de vida de las masas
-          lo que es bueno para los intereses de las multinacionales es bueno para su país de origen
-          fumar no produce cáncer
-          la minería a cielo abierto no afecta el medio ambiente
-          los delincuentes de cuello blanco no merecen el mismo castigo que otros delincuentes pues le hacen poco daño al tejido social
-          la fractura hidráulica de esquistos para extraer gas y petróleo no consume inmensas cantidades de agua ni corrompe las aguas subterráneas
-          el calentamiento global no tiene relación con las actividades humanas
-          el salario mínimo legal perjudica a los trabajadores
-          el presidente, expresidente o aspirante a presidente es persona de inteligencia superior, moral intachable, visión histórica, correcta capacidad decisoria y aliados incorruptibles, o todo lo contrario

Mis lectores, estoy seguro, conocen otros ejemplos.

Luis Mejía - 13 de febrero del 2016
Publicado en blogluismejia.blogspot.com


1 comment:

  1. He recibido de uno de mis amables corresponsales un chiste oportuno:

    Lysenko estaba en una conferencia explicando que habia una herencia de caracteres adquiridos.

    Dice que si el sistema sovietico es capaz de cortarle la cola a todas las vacas durante cierto periodo de tiempo, las vacas naceran sin cola al cabo de ese tiempo.

    Un alumno pide la palabra y le dice:

    "Camarada Lysenko, si esto es asi, porque las mujeres siguen naciendo virgenes en Rusia?"

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