¿SALDRÁ BIEN LIBRADO?
Dos años de
investigaciones y un informe que absuelve al presidente, pero también y de otro
modo condena al presidente. ¿Qué dice el reporte Mueller y a dónde irá a parar
todo este escándalo?
Publicado
originalmente en Razón Pública
28 Abril 2019
“El
fin de mi presidencia”
El
gobierno de Donald Trump —y con él la política estadounidense— atraviesan un
momento realmente complicado.
Ya está claro que los rusos tuvieron
injerencia en las elecciones presidenciales de 2016, cuando Trump resultó
electo. Además, miembros de su campaña habrían colaborado con los rusos, y su
gobierno habría intentado interferir en las investigaciones sobre el caso.
Ya durante la campaña presidencial, los
medios informaron sobre estas sospechas, y la reacción ciudadana forzó al
Departamento Federal de Investigaciones (FBI) a iniciar las investigaciones
respectivas.
En vista de esa decisión del FBI, Trump
buscó la ayuda de Jeff Sessions, su Secretario de Justicia —en inglés Attorney
General, que tiene funciones de fiscal general y supervisa al FBI— y de James
Comey, director del FBI en su momento. El propósito era cerrar la
investigación.
Comey ignoró las instrucciones y
continuó la investigación, por lo que Trump lo destituyó en mayo del 2017.
Sessions, por su parte, se declaró inhabilitado porque había sido parte de la
campaña electoral de Trump. Debido a esta decisión —y después de numerosos
reclamos humillantes— Trump finalmente destituyó a Sessions por su falta de
lealtad.
Algunos congresistas demócratas
exigieron entonces el nombramiento de un fiscal ad-hoc (special counsel).
El Departamento de Justicia lo hizo el 17 de mayo de 2017, en la persona de
Robert Mueller, respetado abogado republicano que había sido director del FBI
del 2001 al 2013.
Recientemente se supo de la reacción que
tuvo Trump ante esa decisión: “Por dios. No podría ser peor. Es el fin de mi
presidencia. Me jodí.”, dijo en su lenguaje característico al enterarse.
El esperado reporte Mueller
Hace algunas semanas, Mueller entregó el
informe de su investigación al Secretario de Justicia William Barr, reemplazo
de Sessions. Barr envió al Congreso un resumen oficial de cuatro páginas el 22
de marzo, y el 18 de abril (Jueves Santo) en la mañana convocó a una rueda de
prensa para anunciar la publicación del reporte.
A medio día el Departamento de Justicia
hizo pública una copia del informe revisada por censores oficiales. Del total
del reporte original, el material censurado cubre el 7,25 por ciento y excluye:
- La información presentada ante jurados de
acusación (grand juries, en derecho estadounidense) convocados por
el fiscal ad-hoc;
- Materiales relacionados con los servicios de
inteligencia, e
- Información que pueda afectar investigaciones
pendientes o los derechos de privacidad de “terceras partes periféricas”
—personas interrogadas por el fiscal pero no acusadas—.
El informe final del fiscal pudo ser
devastador para Trump y sus aliados, subalternos y seguidores. Aun habiendo
comprobado intentos de obstrucción de justicia por parte del presidente,
Mueller concluyó: “Los esfuerzos del presidente de ejercer influencia en la
investigación fallaron en gran parte porque las personas que lo rodean en
efecto rehusaron ejecutar sus órdenes o cumplir con sus instrucciones”.
¿Qué dice el informe?
La investigación de Mueller encontró
pruebas de los siguientes hechos:
- Una entidad rusa llevó a cabo una campaña en
redes sociales para favorecer la candidatura de Trump y desacreditar a la
candidata demócrata Hilary Clinton, sembrando discordia entre el
electorado;
- Un servicio de inteligencia ruso ejecutó
operaciones de piratería cibernética contra entidades, empleados y
voluntarios de la campaña Clinton y divulgó documentos robados;
- Agentes rusos y WikiLeaks coordinaron la
publicación de correos pirateados del Partido Demócrata y de su candidata;
- Los rusos ofrecieron su ayuda a miembros de la
campaña Trump, con quienes estuvieron en contacto frecuente. Algunos de ellos
fueron receptivos en ocasiones;
- Personas vinculadas a la campaña Trump mintieron
bajo juramento ante el fiscal o el Congreso de Estados Unidos sobre sus
contactos con los rusos;
- Personas interrogadas o investigadas por el
fiscal borraron comunicaciones relevantes para la investigación o
retuvieron información, limitando las posibilidades de cruzar las
declaraciones ante el fiscal con documentación contemporánea a los hechos.
Mueller formuló cargos criminales contra
varios agentes rusos y algunos de los que mintieron bajo juramento, pero no
contra miembros de la campaña Trump, pues consideró insuficientes las pruebas
encontradas.
Aunque la ayuda de los rusos y de WikiLeaks
hubiera podido considerarse contribución financiera ilegal a la campaña Trump,
Mueller no encontró prueba de que su gente estuviera familiarizada con la
prohibición de contribuciones extranjeras, como la ley lo requiere.
El informe también detalla diez eventos
de interferencia en la investigación por parte de Trump, entre ellos
intimidación de testigos y promesas de perdón presidencial y concluye: “Si
después de una investigación exhaustiva de los hechos pudiéramos estar seguros
de que claramente el presidente no hizo obstrucción de justicia así lo
diríamos. Dados los hechos y los parámetros legales aplicables no podemos hacer
esa declaración. En consecuencia, aunque este reporte no confirma que el
presidente cometió un delito, tampoco lo exonera”.
Mueller advierte que es política del
Departamento de Justicia no formular cargos criminales contra un presidente en
ejercicio; por eso se ha abstenido de hacerlo. Pero advierte que corresponde al
Congreso decidir sobre la obstrucción de justicia, y que una vez fuera del
cargo Trump puede ser investigado por la justicia ordinaria por los abusos de
poder que haya podido cometer.
La reacción de Trump y los republicanos
La investigación Mueller tuvo resultados
agridulces para Trump. Al presentar el informe, el secretario Barr intentó
calificarlo como positivo al declarar que:
1. El reporte exonera a Trump y su campaña de toda
acusación de colusión con los rusos;
2. Como jefe del Departamento de Justicia tiene la
facultad discrecional de formular cargos criminales, lo que no hará porque
considera que las pruebas recolectadas por Mueller no fundamentan el cargo de
obstrucción de justicia, y
3. La colaboración del gobierno con los investigadores
fue amplia e incondicional.
Con la misma intención y el día de la
publicación del informe, Trump escribió en Twitter que quedaba exonerado de
toda acusación de haber conspirado —en inglés collusion— con
los rusos, aunque Mueller dejó claro que collusion no era un
término legal y no era parte de su investigación.
Lo cierto es que la investigación de
Mueller no deja tan bien parado a Trump. Al presentar los testimonios, Mueller
describió una Casa Blanca caótica, bajo la dirección de una persona ignorante
de la ley y la Constitución, mentirosa, errática, voluble, egocéntrica,
rencorosa, malgeniada y caprichosa, donde los empleados temen tanto la ira del
jefe como la traición de los colegas.
Cuando Trump percibió que el reporte no
le era favorable se deshizo en insultos y ataques personales contra Mueller,
sus testigos y los demócratas, y ha prometido entorpecer las investigaciones
que estos quieren adelantar en seguimiento del informe.
Los líderes republicanos que han rodeado
a Trump, denuncian la investigación como una persecución política criminal
desatada por los demócratas, y exigen que el Departamento de Justicia
investigue a los investigadores del FBI que abrieron el caso ruso.
Trump y los republicanos tienen a su
favor que, ante todo esto, la opinión pública apenas si ha reaccionado. De
acuerdo con las encuestas promediadas de FiveThirtyEight, las tasas
de aprobación y desaprobación de Trump han permanecido estables alrededor de 40
o 50 por ciento desde mayo del 2017.
¿Cuál será la estrategia de los
demócratas?
Mientras tanto se acercan las elecciones
presidenciales del 2020 y los cálculos políticos no se hacen esperar.
Contando con la aprobación del cuarenta
por ciento de la población y con la manipulación de las leyes electorales por
parte de las mayorías republicanas en las legislaturas estatales, es posible
—aunque no deseable— que Trump pierda el voto popular, pero triunfe en el
Colegio Electoral, tal como pasó en las elecciones de 2016.
Los líderes demócratas, por su parte,
están indecisos y divididos en sus reacciones al informe Mueller porque saben
que está en juego la presidencia en las elecciones del próximo año. Para tener
el chance de triunfar, los demócratas deben calcular el impacto de sus
decisiones en los estados claves para la conformación del Colegio Electoral y
en la minoría de votantes sin afiliación partidista.
Algunos demócratas se inclinan por
hacerle un juicio político —que en derecho estadounidense se llama impeachment— a
Trump en el Congreso. En opinión de expertos legales, Mueller creó un acervo
probatorio sólido para acusar a Trump de obstrucción de justicia.
De llevarse a cabo, es probable que la
Cámara de Representantes apruebe la acusación formal. Pero también es casi
seguro que la mayoría republicana en el Senado la rechace, independientemente
de la culpa o inocencia de Trump. Así, los demócratas tendrían la razón legal y
la justificación moral, pero los republicanos presentarían el juicio como un
ataque partidista que les impide gobernar.
Por eso mismo —y en vez del desgaste del
juicio Trump—, otros demócratas prefieren prepararse con un discurso de
problemas y soluciones que gane las elecciones generales del 2020, incluyendo
presidencia y congreso.
Mientras tanto los congresistas
demócratas siguen investigando a Trump y a su equipo. Durante las últimas
semanas han ordenado al gobierno entregar documentación sobre:
- Impuestos
federales del presidente;
- Trámites para aprobar el personal de la Casa
Blanca que tiene acceso a secretos de Estado, y
- La destitución de altos funcionarios del
Departamento de Seguridad Patriótica (Homeland Security) ordenada por
Trump.
Trump, por supuesto, ha ordenado a las
agencias federales ignorar los pedidos del Congreso.
La polarización social y política en
Estados Unidos data del anterior gobierno de Obama, cuando los republicanos
ejercieron una férrea y sistemática oposición. Pero no ha hecho sino agudizarse
bajo el discurso racista e irrespetuoso del Estado de derecho que sostiene
Trump.
Pero el trasfondo de todo esto es que el
país enfrenta un dilema entre el ejemplo de vida y gobierno de Trump y el
respeto a los principios de la Constitución y a los valores de la civilización
occidental.
Luis Mejía – 29 de abril del 2019
Reproducido de Razón Pública en
blogluismejia.blogspot.com
An Indictment in All But Name
ReplyDeletehttps://www.nybooks.com/articles/2019/05/23/robert-mueller-report-trump-indictment/
Ignoring Trump’s Orders, Hoping He’ll Forget
ReplyDeleteSlow-walking or flat-out disobeying Trump’s fleeting obsessions has become common practice across various sectors of government.
https://www.theatlantic.com/politics/archive/2019/05/trump-aides-ignore-president/589489/
What Rod Rosenstein Knew When He Helped Trump Fire Comey
ReplyDeleteMurray Waas
https://www.nybooks.com/daily/2019/05/23/what-rod-rosenstein-knew-when-he-helped-trump-fire-comey/
What the Mueller Report Actually Said
ReplyDeleteThe special counsel pointed back to the words of his report. Here are its key findings.
https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2019/05/mueller/590467/
Read Mueller’s First Public Comments on the Russia Investigation
ReplyDeletehttps://www.theatlantic.com/politics/archive/2019/05/robert-muellers-statement-russia-investigation-full-text/590458/
Report On The Investigation Into Russian Interference In The 2016 Presidential Election
ReplyDeletehttps://www.justice.gov/storage/report.pdf
STATEMENT BY FORMER FEDERAL PROSECUTORS
ReplyDeleteEach of us believes that the conduct of President Trump described in Special Counsel Robert Mueller’s report would, in the case of any other person not covered by the Office of Legal Counsel policy against indicting a sitting President, result in multiple felony charges for obstruction of justice.
https://medium.com/@dojalumni/statement-by-former-federal-prosecutors-8ab7691c2aa1
Why the Mueller Investigation Failed, By Jeffrey Toobin
ReplyDeletehttps://www.newyorker.com/magazine/2020/07/06/why-the-mueller-investigation-failed