LUIS MEJÍA, Ph.D. en
Economía
Índice:
La distribución de la riqueza según la organización social
1. Sociedades tradicionales
2. Sociedades esclavistas
3. Sociedades feudales
4. Sociedades guerreras
5. Sociedades coloniales y neocoloniales
6. Sociedades contemporáneas
7. Las economías capitalistas
8. Guerras, despojos y acumulación de riqueza
La redistribución de la riqueza en países específicos
9. Movimientos revolucionarios del siglo XX
10. En Colombia: la colonización cafetera
11. En el lejano oriente
Este es un apéndice
al tercero y cuarto capítulos de la colaboración que estamos desarrollando el
Profesor Miguel Herrera Zgaib, Universidad Nacional de Colombia – Bogotá, y yo
sobre el tópico Socialismo y Populismo.
En este apéndice
introducimos una serie de ejemplos históricos, pacíficos y violentos, de
distribución y redistribución de la riqueza y el impacto que esos eventos han
tenido en las sociedades que los vivieron. Nuestros ejemplos no son
sistemáticos. Su propósito es familiarizar al lector con una variedad de
situaciones reales sobre la manera como la riqueza cambia de manos en el curso
de la historia.
Conviene advertir al
lector que este es un trabajo en desarrollo. Ahora, como antes, invitamos a
nuestros lectores a participar con sus sugerencias, críticas y adiciones.
La distribución
de la riqueza según la organización social
1. Sociedades tradicionales
En las sociedades
primitivas todo se tiene en común y se distribuye igualitariamente. En las sociedades
patriarcales el jefe del hogar es el dueño titular de lo que tiene y produce la
familia y lo distribuye entre los miembros de la misma a su juicio; el hijo varón
primogénito hereda su puesto[i].
Algunas veces el
patriarca usa parte de su fortuna para comprarle marido a sus hijas (es lo que
llamamos dote), otras veces el hombre compra mujer con una parte de su fortuna.
En los Andes es
tradicional que los patronos de fiestas de pueblo paguenn los gastos de
recreación y alimentación de toda la comunidad, siguiendo tradiciones de los
pueblos aborígenes que obligan a los hombres relativamente ricos de la aldea a
correr con los gastos de celebraciones cívicas y religiosas, reduciendo de paso
la riqueza de estos.
2. Sociedades esclavistas
En las sociedades esclavistas
lo que producía el esclavo iba en parte a cubrir los gastos de su mantenimiento
y el resto, incluyendo sus hijos, se distribuía entre los miembros de la clase
dominante. Lo que el esclavo producía pertenecía a su amo.
Así fue en Haití hasta
1789, cuando la rebelión de los negros destruyó el statu quo, y en el resto del
Caribe hasta la abolición de la esclavitud en la segunda mitad del siglo XIX.
Igual ocurrió en los
Estados Unidos hasta 1861, cuando los sureños se fueron a la guerra civil en defensa
del derecho que tenían para ejercer propiedad
sobre otros seres humanos; se negaron a aceptar que este derecho,
natural, legal y consuetudinario, fuera a desaparecer por culpa de la política
norteña de abolición gradual de la esclavitud.
De manera similar Julio
Arboleda, caudillo conservador y católico colombiano, encabezó una guerra civil
en 1851 para oponerse a la emancipación de los esclavos decretada por el
gobierno liberal del presidente José Hilario López, y fue derrotado. La guerra
acabó formalmente con la propiedad privada ejercida sobre otros seres humanos
en Colombia.
3. Sociedades feudales
En las sociedades
feudales la riqueza que producían los siervos iba en casi su totalidad a la
clase de señores o castellanos. Dependiendo de la generosidad o prudencia de
estos una porción, apenas suficiente para que sobreviviera y se reprodujera,
quedaba en manos de la clase servil.
De tipo parecido, con modificaciones impuestas
por el mercantilismo predominante de la época, fue la explotación de los indios
–en la forma de mitas y encomiendas- durante la colonia española en las
Américas. Esta explotación ocurrió a partir de la conquista de finales del
siglo XV y se fue aboliendo de manera gradual y a diferentes velocidades en los
varios países que surgieron de los procesos de independencia americana.
4. Sociedades guerreras
En las sociedades
guerreras la riqueza de los pueblos vencidos se distribuía entre los
vencedores: una porción mayor para el capitán de la banda o ejército, una
porción menor para los soldados; escuderos, palafreneros, pajes y sirvientes
recibían el salario que hubieran contratado con sus amos.
Ahora bien, una buena porción de esa riqueza
social producida por los vencidos y expropiada por los vendedores terminaba en
manos de los prestamistas que financiaban las campañas y gastos de los señores,
de comerciantes que compraban a los soldados los frutos de saqueos, rescates de
rehenes y robos, y de proveedores de útiles y servicios para las tropas.
Así se enriquecieron tanto
el patriciado romano, con el cónsul Julio
César incluido, la aristocracia inglesa durante la Guerra de los Cien Años y,
después, la chusma española, portuguesa, inglesa y francesa que conquistó a
América; y los portugueses, ingleses,
alemanes, franceses y holandeses que conquistaron el Asia y el África.
Después de las guerras anticoloniales
las riquezas y privilegios de los europeos pasaron a manos de los capitanes
criollos que los derrotaron y de sus parientes civiles.
Los Estados Unidos se
convirtieron en un imperio multicultural y multilingüe por medio de la guerra.
Arrebataron sus tierras a las naciones aborígenes en una sucesión de tratados
firmados y violados constantemente en el curso del siglo XIX. En la guerra de
1846-1848 anexaron la mitad del territorio mexicano. En 1893, bajo la
protección armada de la Marina estadounidense, hombres de negocios de esta
nacionalidad derrocaron el gobierno nativo de Hawái e impusieron su anexión a
los Estados Unidos.
En la guerra de 1898 quitaron a España la posesión de las
Filipinas, Guam, Puerto Rico y Cuba. Bajo amenaza de guerra contra Colombia
crearon en 1903 la república de Panamá y asumieron control de la faja del
Canal. Todos estos eventos sirvieron para enriquecer a porciones de la
población blanca estadounidense.
5. Sociedades coloniales y neocoloniales
Los conquistadores de un
país dan paso a una relación colonial entre su país de origen y el pueblo vencido.
En las relaciones de mercado internacional los países dueños del capital
establecen relaciones neocoloniales con países pobres.
En estas sociedades
coloniales y neocoloniales las riquezas de los pueblos subalternos se
transfieren a los países militar o económicamente dominantes; los pueblos
nativos las producen y reciben una miseria en compensación por su esfuerzo, sus
clases dirigentes reciben una renta modesta (como administradores nominales,
consultores, vendedores de títulos de propiedad originales, intermediarios o
funcionarios traidores de los intereses locales) en pago por facilitar la
transacción.
Los países dominantes
establecen en sus colonias un régimen de gobierno y de acceso privilegiado a
las oportunidades de negocios para beneficio primordialmente de los nativos de
la metrópoli. Los independentistas americanos justificaron su rebelión como una
lucha contra ese régimen privilegiado.
Este es el tipo de
distribución inequitativa de la riqueza a nivel internacional que han
denunciado los pensadores socialistas, los agitadores nacionalistas y los
populistas oportunistas.
Más recientemente
estudios muy sofisticados, y documentados, como el que da celebridad al trabajo
del francés Tomás Piketty, visualizan estadística e históricamente esta
transferencia de riqueza. El trabajo de Piketty, importante como material de
estudio, ha sido equiparado, sin fundamento, con El Capital de Marx[ii].
6. Sociedades contemporáneas
En el mundo de hoy
coexisten sociedades en distintos grados de desarrollo económico y con
distintas formas de producción. Ello se refleja en la manera como se distribuye
la riqueza social. Por ejemplo,
1] La familia campesina
es dueña de lo que produce en su granja privada,
2] los artesanos e
inventores independientes se quedan con todo lo que producen, pero si usan un
intermediario para ponerlo en el mercado se quedan solo con una parte,
3] los padres deben
compartir lo suyo con los hijos menores y los miembros de una pareja en
relación estable lo comparten entre sí,
4] los campesinos
aparceros, los escritores y los artistas se quedan solo con una porción de lo
que producen,
5] los socios que
trabajan en una empresa se reparten lo que producen según el acuerdo que
tengan,
6] los empleados de una
firma reciben un salario que representa una fracción de lo que producen (aunque
hay excepciones, como veremos adelante),
7] los accionistas de
una firma reciben parte de lo producido aunque no lo hayan trabajado, y
8] las empresas
desmesuradamente grandes cuando están a riesgo de quebrar fuerzan a los
gobiernos a rescatarlas con fondos sociales, lo que da a sus accionistas y
administradores una riqueza que no produjeron.
El fraude comercial, los
desfalcos y la corrupción en la economía pública y privada son ejemplos de
riqueza creada por un sector de la sociedad y apropiada por otro que no la
produjo.
Algunos gobiernos
ofrecen garantías de ganancias a los inversionistas extranjeros y les aseguran
protección contra riesgos políticos y legales; de esta manera los
inversionistas tienen asegurada una porción de la riqueza social hayan o no
hayan ayudado a producirla.
7. Las economías capitalistas
El modo de producción
dominante en nuestros días es el capitalista, aunque con adaptaciones y
variaciones según el tipo de actividad económica, el grado de desarrollo
tecnológico, la receptividad de la población y las circunstancias de cada país
o región.
En el mundo capitalista
uno es teóricamente dueño de todo lo que produce como trabajador independiente
y de una pequeña porción de lo que produce como asalariado, el excedente (que
los socialistas y los comunistas llaman plusvalía[iii])
pertenece al empleador o a los propietarios de los medio de producción. Esta regla tiene excepciones:
1] los burócratas en
altas posiciones del estado y los miembros de los cuerpos legislativos reciben
una elevada compensación que con frecuencia no está correlacionada con su
capital humano y su capacidad de producir y
2] los ejecutivos de
sociedades anónimas y empresas de familia reciben una porción substancial de la
plusvalía que producen y a veces son pagados aunque no produzcan plusvalía[iv].
Algunas sociedades
toleran el engaño de la propaganda, el
parasitismo tradicional de algunos de sus miembros y el pillaje practicado por
algunas empresas legítimas (ej., manipulación de los deseos de los consumidores
para inducirlos a comprar mercancías inútiles o dañinas, familias principescas
parasitarias, herederos improductivos de fortunas familiares, la tasas usureras
en préstamos bancarios y de tarjetas de crédito), todo lo cual se
combina para entregar a algunas personas o empresas riquezas en cuya producción
no han participado.
Allí donde predomina el
sistema capitalista, la riqueza tiende a acumularse en pocas manos al mismo
tiempo que la masa de la población tiene a acceso a un gran volumen y variedad
de bienes y servicios -relativamente hablando-.
En las sociedades que no
han alcanzado el desarrollo capitalista también se presenta acumulación de
riquezas en pocas manos mientras que las masas anhelan la prosperidad, la
variedad de mercancías y servicios y la calidad de vida que el sistema
capitalista efectivamente genera para amplios sectores de la población.
El éxito de los políticos
populistas con frecuencia es resultado de la insatisfacción de las masas con
una clase dirigente que no ha sabido [1] crear las condiciones para la
prosperidad capitalista o [2] que no ha distribuido más parejamente sus
beneficios.
La propuesta socialista
incumplida no pocas veces, en cambio, es la de lograr desarrollo y prosperidad
sin acumulación desmedida de riqueza y de poder en pocas manos.
Este es un proceso de
lucha contra la desigualdad que en el mundo de antes y después de la II Guerra
Mundial ha requerido la existencia de un estado fuerte, respaldado por una
coalición de fuerzas e intereses representados por la burguesía y el
proletariado.
Estas coaliciones de
clase permitieron construir los llamados Estados de Bienestar y Providencia que
en Occidente sirvieron para poner en marcha diversas modalidades de
redistribución de riqueza. En Oriente hubo procesos revolucionarios
democráticos y socialistas que tuvieron logros importantes en la reducción de
disparidades sociales, pero las interrupciones que sufrieron tuvieron
consecuencias perversas para las libertades individuales y políticas de la
población y para la sostenibilidad de los programas sociales.
El derrumbe del modelo
soviético y el camino separado que han tomado sus satélites a partir de 1989 despiertan
importantes interrogantes. ¿Qué impacto tuvieron sus instituciones de poder y
sus políticas económicas y sociales en el sistema de producción y en el
desarrollo humano de la población? ¿Qué legado dejó al mundo que lo ha reemplazado?
8. Guerras, despojos y acumulación de riqueza
Los normandos que
conquistaron Inglaterra en el siglo XI despojaron de su riqueza a la antigua
nobleza local y su rey la repartió entre sus nobles, aliados y familiares.
La conquista europea de
las Américas en el siglo XVI estuvo acompañada de un despojo masivo de las
tierras y tesoros de la población nativa (incluyendo su libertad personal) que
se distribuyeron entre los invasores.
El gobierno blanco de
Sur África, después de ganar muchas guerras de invasión y expansión contra la
población originaria, expidió una ley en 1913 que reservaba el 90% de la tierra
para sus habitantes blancos, quienes representaban apenas una tercera parte de
la población. En el curso de los años y en ejecución de esta ley 3.5 millones
de pobladores negros fueron desplazados por la fuerza de las tierras que
habitaban o cultivaban.
Los judíos israelíes han
tomado como propias las tierras, aguas
subterráneas, plataforma marítima y playas de los palestinos pues consideran
que son suyas luego de derrotarlos en varias guerras desde 1948.
Antes y durante la
segunda guerra mundial Alemania y el Japón explotaron para su propio beneficio
los recursos de los países ocupados y esclavizaron la población de estos en
minas y factorías de material bélico.
Al final de la guerra
los rusos desmontaron y mudaron a su tierra las fábricas que encontraron en la
parte de Alemania ocupada por sus ejércitos.
En la Guerra del Futbol
en 1969 los inmigrantes campesinos salvadoreños que habían colonizado la zona
fronteriza de Honduras fueron forzados a abandonar las tierras que cultivaban;
estas fueron luego distribuidas a particulares y oficiales del ejército
hondureño.
El poder de la violencia
es documentado en El gran nivelador:
violencia e historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra hasta el siglo
XXI del historiador Walter Scheidel. Su detallado estudio de la evolución
social sustenta la hipótesis de que la desigualdad de bienes e influencia en
una sociedad resulta de la transmisión y continuada concentración de riqueza y
poder de una generación a otra de la élite y que solo la violencia produce una nivelación a gran escala[v].
Esta violencia
niveladora se expresa de cuatro maneras, todas causantes de infinito
sufrimiento:
- las guerras,
- las revoluciones,
- los desastres
naturales y
- la desintegración de
los estados y los sistemas económicos.
Como veremos en un
capítulo posterior el pensamiento socialista ofrece una visión alternativa de
cambio pacífico sin el sufrimiento que necesariamente acarrea el cambio
violento.
La redistribución
de la riqueza en países específicos
9. Revoluciones en el siglo XX
En el curso del siglo XX
la revolución bolchevique y las revoluciones nacionalistas lideradas por
partidos comunistas en Asia, África y Cuba despojaron de sus riquezas a las
clases dominantes pre-existentes y en parte las distribuyeron entre las clases
inferiores, en parte las acumularon en manos de instituciones gubernamentales.
10. En Colombia: La colonización cafetera
En Colombia ha habido
eventos exitosos y fallidos de redistribución de la riqueza acumulada en pocas
manos.
En 1861 un gobierno
liberal ordenó la expropiación y venta en subasta pública de los llamados
bienes de “manos muertas” de la iglesia católica. Pudo haber sido una
redistribución de beneficio para las masas pero sus beneficiarios, al fin de
cuentas, fueron los miembros de la clase dirigente de la época, formada por
hombres de negocios, herederos de antiguas fortunas y no pocos militares
forjados en la guerra de independencia o graduados en las subsiguientes guerras
civiles.
En la segunda mitad del
siglo XIX y primeras décadas del XX una oleada de campesinos pobres del centro
de Antioquia invadió las tierras pertenecientes a inmensos latifundios cuyos
dueños alegaban títulos expedidos por la corona española y confirmados por los
gobernantes de la nueva república.
Fue una rebelión
colectiva que desconoció los títulos legales de propiedad y forzó al
gobierno a reconocer los derechos de los
nuevos ocupantes. Los invasores crearon una próspera economía de granjas de
familia en lo que hoy es el sur de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, norte
del Valle y la zona cordillerana del Tolima.
De otra parte, miles de
campesinos colombianos fueron obligados a abandonar sus tierras por la
violencia rural que asoló al país en las dos últimas generaciones; esas tierras
fueron redistribuidas por medios legales e ilegales a políticos y empresarios
de clase media y alta.
11. La redistribución de la riqueza en el lejano oriente
Chiang Kai-shek y el
Partido Nacionalista Chino (derechistas y dependientes de los Estados Unidos)
perdieron la guerra civil que asoló a China de 1927 a 1949 y como último
recurso de supervivencia invadieron la isla de Formosa, o Taiwan, donde crearon
la República de China. En el continente Mao Zedong y el Partido Comunista Chino
(comunistas y enemigos de los Estados Unidos) crearon la República Popular
China.
En la década de los 50
los dos gobiernos -el derechista y el comunista- impusieron una drástica
reforma agraria en sus respectivos territorios. En ambos casos el propósito fue
el de distribuir entre los campesinos la riqueza acumulada en manos de los
latifundistas.
Igual hizo el gobierno
de Corea del Sur en la misma época, con orientaciones políticas y económicas de
derecha.
El general
estadounidense Douglas A. MacArthur fue nombrado comandante de las fuerzas de
ocupación del Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Como tal su
poder era inmenso y lo usó para reformar la estructura económica y social
tradicional del país. La reforma agraria que
impuso fue rápida, profunda y expedita: para el año 1950 se habían
redistribuido más de cinco millones de acres de tierra arable.
Desde entonces hasta
ahora los beneficiarios de la reforma agraria han ejercido una poderosa
influencia política en el país, mantienen vivo un régimen de subsidios
agrícolas, dominan las políticas de importación de artículos agropecuarios y
han mantenido por muchos años en el poder a los conservadores del llamado
Partido Liberal, representante del singular liberalismo nipón.
Los estudiosos del tema
consideran que la gran prosperidad contemporánea y la eliminación de la pobreza
extrema en esos países fueron efecto de estas reformas agrarias[vi].
[i] La historia de los patriarcas de Israel sirvió de prototipo original para
el estudio de este tipo de sociedad. En un episodio conocido y poco
reflexionado, que también sirve de
prototipo a la subversión del orden establecido, Rebeca y su hijo Jacob se
ponen de acuerdo para engañar a Isaac, ya viejito, ciego y distraído, y con su
beneplácito le roban los derechos de progenitura a Esaú (Génesis, 25-28).
[ii] En septiembre de 2017 se
cumplieron 150 años de la publicación del primer volumen.
[iii] De la plusvalía hablaremos
en mayor detallen el capítulo sobre política económica.
[iv] Plusvalía es un concepto técnico en economía: se refiere lo que produce un
trabajador que no está incluido en su salario; es lo que vale el producido que
uno genera como trabajador -llámese obrero, peón o ejecutivo- y que la empresa
no le pagan en el salario. Contadores, economistas no muy rigurosos y
corredores de propiedad raíz han hecho un esfuerzo sostenido por eliminar el
cariz subversivo de la palabra y han dado en llamar plusvalía a la diferencia
entre el precio de compra y el precio de venta de un objeto, lo que siempre se
llamó ganancia o rédito. Eso es inventar ‘hechos alternativos’ a la manera de
la administración Trump en Estados Unidos. Los académicos de la lengua
castellana han seguido esta moda en su diccionario.
[vi] El profesor Guillermo Maya de la Universidad Nacional de Colombia -
Medellín, hace un resumen de ese efecto en este artículo: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16701096
Luis Mejía
28 de enero
de 2018
Publicado en
blogluismejia.blogspot.com
La violencia como redistribuidora de riqueza: un resumen corto de la tesis de Walter Scheidel
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