I.
La riqueza social: ¿de todos o de unos pocos?
II.
Fuentes de la riqueza nacional
III.
Privilegios monetizables
IV.
El statu quo pre-independentista en las Américas
V.
Inestabilidad del statu quo post-independentista
VI.
Narcos y otros democratizadores de privilegios de
clase
VII.
Roma antigua y Latinoamérica contemporánea
VIII.
Roma, riquezas y su distribución
IX.
La prosperidad romana y sus costos
X.
La prosperidad desemboca en crisis social
XI.
Disparidad en la riqueza y crisis militar
XII.
Crisis política en Roma, asimetría social y reforma
agraria
XIII.
Paralelo entre Roma y América Latina
XIV.
El futuro: retos y oportunidades en América Latina
14.1 Puja por el control de la riqueza social
14.2 control de información y distribución de la riqueza
14.3 Opciones de la clase dirigente
I.
La riqueza social: ¿de todos o de unos pocos?
Buena parte de la historia latinoamericana gira
alrededor de la pregunta ¿qué clase social tiene derecho a beneficiarse de la riqueza
colectiva y del progreso económico?
Los pueblos y la élite no han llegado a un acuerdo
sobre la porción de las riquezas nacionales que a cada cual le toca. La élite
está siempre tentando los límites de cuánto puede tomar para sí, las masas
están siempre insatisfechas con su porción; ambas tratan de cambiar los
términos del reparto en todo momento.
Casi siempre ausente de los debates públicos y sin
hacérsela de manera explícita, los pueblos y su liderazgo han tratado de
responder esta pregunta en elecciones, golpes de estado, protestas populares,
guerras civiles, movimientos subversivos, escuadrones de la muerte,
revoluciones y alianzas internacionales.
Aunque los conflictos sociales tienen múltiples causas
(incluyendo la participación de inversionistas extranjeros en las economías
locales y la injerencia de potencias internacionales en los asuntos domésticos)
aquí me limito a hablar del juego que en ellos tiene la puja entre clase
dirigente (élites) y clases inferiores (media, baja, profesionales, obreros,
campesinos) por la distribución de la riqueza social.
II.
Fuentes de la riqueza nacional
La riqueza social a que me refiero tiene múltiples fuentes:
1)
el trabajo, es decir,
el esfuerzo humano para transformar la materia y convertirla en bienes,
servicios y placeres,
2)
la tierra cultivable
y urbanizable,
3)
los recursos
naturales renovables y no renovables,
4)
el patrimonio del
estado (que se distribuye en sueldos de funcionarios, en contratos de obras,
provisiones o servicios, en subsidios a particulares, por ejemplo),
5) las rentas generadas
por decisiones del gobierno (monopolios autorizados, restricciones a la
importación o exportación de mercancías, protección de propiedades
improductivas, valorización de la propiedad privada causada por inversiones
estatales de capital, administración de la moneda y de las transacciones
financieras, reglamentación de profesiones y negocios, por ejemplo),
6)
los fondos de ayuda
internacional.
La clase dominante mantiene el control de estas
riquezas y toma para sí la mayor porción, dejando el residuo para ser
compartido entre las clases inferiores. Este control lo ejerce la clase
dominante por apropiación directa o capturando la toma de decisiones en las
agencias estatales encargadas de protegerlas y administrarlas.
III.
Privilegios monetizables
Existen además privilegios de facto que aumentan,
protegen o exhiben la riqueza de sus beneficiarios.
1. El estado
toma decisiones sobre estrategias de desarrollo y explotación de los recursos
naturales. Esas decisiones tienen ganadores y perdedores.
Ganan quienes adquieren el derecho de explotar los
recursos naturales o están en capacidad de aprovechar las oportunidades que se
abren con los planes de desarrollo. Pierden quienes estaban activos en las
áreas económicas y empresariales abandonadas o desestimuladas por dichos planes
de desarrollo y quienes deben renunciar a sus derechos sobre los recursos naturales
para que otros los exploten.
Los que toman decisiones a nombre del estado tienen la
facultad de distribuir los costos y beneficios económicos de sus decisiones
entre los sectores sociales afectados. Ellos determinan hasta dónde los
ganadores comparten con el resto de la sociedad sus ganancias y hasta dónde es
procedente compensar a los perdedores. En ello tienen un nivel de arbitrio que
no siempre usan con imparcialidad. El control de ese poder decisorio es parte
de los privilegios de las élites.
2. Las
autoridades administrativas, judiciales y de policía también tienen un margen
de arbitrio en la interpretación y ejecución de la ley, el cual pueden usar en
favor de un individuo o clase social. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando los
miembros de la élite violan la ley: no son declarados culpables, no son
investigados, no pierden su libertad en
cárceles comunes, no son forzados a indemnizar a sus víctimas, no asumen
responsabilidad legal o política de sus actos. Solo les cae el peso de la ley,
y no siempre con severidad, cuando sus acciones causan gran repudio social,
perjudican a miembros más poderosos de la élite o hay un interés en eliminarlos
de la vida política o económica.
3. Igualmente el
monopolio de fuerza que tiene el estado puede ser ejercido para dar protección
privilegiada a un sector de la población.
En general, y comparativamente hablando, la propiedad
privada y las vidas de la clase dirigente reciben mejor protección del estado
que la propiedad privada y las vidas de las clases inferiores.
Uno de los ejemplos más vivos de este privilegio se ve
en los conflictos agrarios: con frecuencia los agentes armados del estado
actúan rápida y efectivamente para desalojar campesinos invasores de
latifundios pero nunca lo hacen para impedir que los latifundistas muevan los
linderos de sus propiedades sobre los fundos de los vecinos vulnerables.
4. Hay una
miscelánea de indignidades que miembros de la clase dirigente infligen a las
clases inferiores para marcar su superioridad y demostrar que no son sus
iguales, conductas que desconocen la dignidad de los demás y atacan las bases
de la convivencia social.
Ejemplo de ello es exigir de los subalternos servicios
ajenos a su condición de empleados o delegarlos para que usando sus nombres
obtengan atención preferencial en el comercio y el gobierno mientas otros
ciudadanos hacen cola, desobedecer las reglas de tráfico en las calles o
bloquear estas con una flotilla de guardaespaldas, demandar atención inmediata
de funcionarios públicos y hacerse esperar de sus visitantes, atemorizar a
empleados de bajo rango con el peso de sus contactos de alto nivel (en Colombia
se conoce como la amenaza de “usted no sabe quién soy yo”), exigir reconocimiento
por títulos universitarios que no han ganado o por méritos que no han hecho, esperar
de sus inferiores consideraciones, trato y zalemas que exalten su narcisismo, mantenerse
en cargos altamente remunerados a pesar de su ineptidud, utilizar los fondos
del estado para crear escenarios donde desplegar su vanidad.
IV.
El statu quo pre-independentista en las Américas
Cuando las Américas eran colonia europea (española,
portuguesa, inglesa, francesa) se impuso a sangre y fuego -con ayuda de
epidemias importadas- un statu quo en el cual:
-
los descendientes de
los primeros invasores y los que recibían mercedes de los gobiernos imperiales
controlaban el poder y las fuentes de riqueza,
-
los indígenas
supervivientes, los negros y los mestizos pobres estaban condenados a la
servidumbre, y
-
algunos criollos y
mestizos -como clérigos, artesanos, agricultores, comerciantes, profesionales-
y los colonos europeos recién llegados vivían en un espacio de tolerancia que
les permitía prosperar, ejercer cierto nivel de iniciativa privada y participar
en la administración de sus comunidades siempre y cuando no amenazaran ese
statu quo.
V.
Inestabilidad del statu quo post-independentista
Las guerras de independencia del siglo XIX y el
movimiento independentista de la segunda postguerra del XX no tuvieron impacto
en la distribución social de la riqueza y el poder.
Consolidada la independencia formal de las colonias
hubo un reacomodo de élites cuando los criollos ricos y los líderes
independentistas entraron a formar parte de ellas en reemplazo de los notables
europeos expulsados y perseguidos.
Las élites no desaparecieron como élites; mantuvieron el
control de las fuentes de riqueza y del poder estatal. Sin embargo, las ideas
revolucionarias que usaron los jefes independentistas para ganar la solidaridad
de las masas se hicieron parte del imaginario colectivo, reaparecen con
regularidad en la vida política y amenazan la legitimidad del statu quo.
Los conflictos son inevitables cuando la clase dirigente
trata de extender sus privilegios o las clases inferiores tratan de conservar
lo poco que tienen o incrementarlo en mínima medida. De ello son ejemplo:
-
las guerras civiles y
dictaduras militares en el siglo XIX,
-
la guerra de
exterminio de los indios en las pampas argentinas, en el sur de Chile y en las
planicies de Estados Unidos,
-
la Revolución
Mexicana,
-
la masacre de las
bananeras de Santa Marta, Colombia (cuando los estadounidenses retuvieron sus
privilegios en las plantaciones de banano con la ayuda de esbirros nativos),
-
el golpe de estado
contra Arbenz en Guatemala (que tuvo éxito porque los Estados Unidos también
contaron con el apoyo de esbirros locales),
-
las guerras civiles
de América Central en las últimas décadas del siglo XX,
-
el movimiento
peronista en Argentina y el indigenista de Bolivia,
-
las dictaduras
militares brasileñas y peruanas que unas veces se inclinan al populismo de
izquierda y otras al de derecha,
-
la elección de un
gobierno socialista en Chile y el golpe de estado en los años 70,
-
la subversión y la
anti-subversión alrededor de Sendero Luminoso en el Perú,
-
la lucha por el
reconocimiento de la agricultura en pequeña escala y la protección de
asociaciones de productores campesinos frente al crecimiento de la agro-industria;
-
las guerrillas y las
contraguerrillas colombianas,
-
la mal llamada
revolución chavista de Venezuela.
VI.
Narcos y otros democratizadores de privilegios de
clase
1. Los
narcotraficantes de las últimas décadas, en su mayoría salidos de las clases
inferiores, han tratado de usurpar los privilegios de las élites, en especial (1)
la impunidad con respecto a crímenes de sangre, (2) la apropiación de diversas
fuentes de riqueza social, en especial el robo o compra a menos precio de
propiedad raíz y (3) la capacidad de subvertir las normas de convivencia.
Pablo Escobar y sus colegas en Colombia y los carteles
de México han demostrado que solo se necesita dinero y armas y la voluntad de
usar ambos para crear un espacio de hegemonía económica y legal. Poniendo en
posiciones de poder a sus agentes o sobornando e intimidando a los funcionarios
públicos, controlan el estado desde adentro o lo reducen a la impotencia. La
violencia narco ha abierto un camino para democratizar los privilegios de las
élites.
Miembros de la clase dominante se beneficiaron de los
narcotraficantes actuando como socios comerciales, inversionistas en sus
negocios o testaferros para ayudarles a ocultar y lavar sus capitales.
2. Las
celebridades, los nuevos ricos y los miembros de las clases inferiores que
llegan a posiciones de poder por capricho de los más poderosos o veleidad del
voto popular tienen una irrefrenable propensión a imitar y exagerar los
comportamientos de las élites tradicionales contrarios a la convivencia social[i].
3. Los
paramilitares colombianos fueron un movimiento popular de protección, expansión
y consolidación de los privilegios de la élite frente a la amenaza de
organizaciones populares independientes y de las guerrillas. Igual que los
paramilitares que participaron en las guerras civiles de fin de siglo en Centro
América.
Ellos lograron construir un espacio de violencia e
impunidad aprovechando la inoperancia del estado y la protección que recibieron
de sus agentes: asesinaron activistas cívicos, líderes sindicales y campesinos,
robaron las tierras de agricultores medianos y pequeños, controlaron las
actividades de funcionarios gubernamentales y se apropiaron los fondos públicos
de departamentos y poblados periféricos.
Las élites se beneficiaron de sus crímenes: los
latifundios se expandieron, las élites afianzaron su capacidad de canalizar el
gasto público en beneficio propio, los campesinos pequeños y medianos perdieron
influencia económica y política, el movimiento sindical independiente se
paralizó o sufrió un retroceso en la ciudad y en el campo, los movimientos
políticos reformistas perdieron capacidad de convocatoria popular, las
instituciones encargadas de preservar los registros de propiedad de la tierra
participaron en su falsificación y alteración.
4. Las
guerrillas colombianas empezaron como un movimiento de protección de la
propiedad de colonos, aparceros y pequeños agricultores; luego propusieron una
redistribución de la propiedad rural y urbana y finalmente se convirtieron en
una milicia armada sin poder revolucionario pero con capacidad sostenida de
perturbar el orden público. En el proceso de la lucha armada perdió énfasis la
agenda social y las acciones de guerrillas y contraguerrillas se hicieron más
brutales. Los ejércitos oficiales y paraestatales forzaron a las guerrillas a
replegarse a zonas remotas y aisladas. La clase dirigente aprovechó el repliegue
de los guerrilleros para tomar control de los territorios abandonados por ellos
con exclusión de los agricultores y ganaderos que los cultivaban anteriormente.
VII.
Roma antigua y Latinoamérica contemporánea
La aristocracia y la plebe de la republica romana
tuvieron que enfrentar una pregunta similar: ¿A quién pertenecen los beneficios
económicos del imperio?
De esa historia
podemos aprender algunas lecciones.
Si bien es cierto que establecer paralelos entre
épocas y sociedades tan diferentes como la romana antigua y las
latinoamericanas contemporáneas puede ser criticado por quienes consideran que
todos los procesos históricos son únicos e irrepetibles, hay, sin embargo,
algunas coincidencias que pueden ser útiles en el estudio de los problemas
contemporáneos.
Maquiavelo[ii]
justificó su estudio comparativo de la Roma antigua y la Italia de su época con
el argumento de que el pasado daba ejemplos que los príncipes y gobernantes,
los generales y los ciudadanos del común podían estudiar para hacer un mejor
trabajo cuando se proponían “establecer una república, mantener un estado,
gobernar un reino, organizar un ejército, hacer la guerra, administrar justicia
y consolidar un imperio”.
VIII.
Roma, riquezas y su distribución[iii]
La república romana se convirtió en un imperio cuando impuso
su hegemonía militar sobre el resto de la península itálica y en la cuenca del
Mediterráneo. Luego se extendió al resto de Europa y el Medio Oriente.
En el último siglo y medio de la era precristiana
vivió una serie de conflictos sociales y guerras civiles causados por la manera
como se distribuía la riqueza adquirida por el esfuerzo colectivo y por la concentración
de la propiedad rural.
La prosperidad romana surgió de su expansión
territorial armada e incluía:
1) el botín de guerra,
que estaba constituido por ciudades saqueadas, rescate de rehenes, cautivos
reducidos a la esclavitud, tributos pagados por los pueblos derrotados,
confiscación de sus tierras;
2)
los contratos de
servicios entre particulares y la ciudad de Roma o sus provincias, que incluían
recaudo de impuestos, venta de cautivos de guerra, abastecimiento de equipo y
vituallas a los ejércitos, construcción de obras públicas, y
3)
el comercio en el
territorio del imperio, facilitado por los medios de comunicación y la
pacificación de las provincias que caracterizaban la ocupación romana.
Parte del botín de guerra se destinaba al tesoro público y parte se repartía entre los
soldados pero la mayor porción quedaba en manos de los comandantes, que eran
casi siempre miembros de la aristocracia. Las tierras confiscadas a los
enemigos se convertían por ley en propiedad pública (del fisco) que debía
dividirse en lotes a los que tenían derecho todos los ciudadanos.
IX.
La prosperidad romana y sus costos
Los ejércitos de la primera etapa de expansión eran
reclutados de entre los ciudadanos con patrimonio suficiente para costear su
propio equipo: los ricos servían en la caballería, los pobres y los jóvenes en
la infantería ligera y la mayoría en la infantería pesada. El grueso de las
legiones salía de la población agrícola pues la tierra era la propiedad más
común.
Al principio las campañas eran cortas y los campos de
batalla cercanos. El soldado tenía tiempo de ir a la guerra, participar en una
victoria lucrativa y regresar a su tierra a cultivar y cosechar.
Con el paso del tiempo las campañas se alargaron y las
conquistas hicieron necesaria la presencia de guarniciones permanentes en
tierras lejanas.
Los soldados agricultores vivían con el riesgo de que
durante su ausencia sus granjas cayeran en el abandono y sus familias en la
insolvencia.
X.
La prosperidad desemboca en crisis social
Los aristócratas invertían su botín de guerra en
propiedades rurales; estas se consolidaban en latifundios trabajados por
esclavos, abundantes y baratos gracias a
las mismas guerras. Aprovechando su influencia extendían sus latifundios sobre
las parcelas de los soldados empobrecidos, se apropiaban de las tierras de
patrimonio público y hacían sociedades para contratar con la ciudad o invertir
en el comercio.
Los agricultores romanos sin tierras y sin trabajo en
el campo se mudaban a las ciudades, especialmente a Roma, donde engrosaban la
plebe. Algunos lograban hacerse artesanos y jornaleros, otros vivían de la generosidad
de los pudientes, de la distribución de trigo y aceite que el gobierno decretó
para evitar disturbios populares, de la compra de votos en las elecciones de
magistrados y de la participación en las fuerzas de choque organizadas por los
aristócratas en sus luchas por el poder.
XI.
Disparidad en la riqueza y crisis militar
La acumulación de la propiedad rural en pocas manos
redujo el número de ciudadanos que tenían suficientes bienes de fortuna para
ser llamados a filas. A la larga los agricultores soldados que debían lealtad a
la ciudad fueron reemplazados por voluntarios a sueldo que debían lealtad a los
comandantes que compartían el botín de guerra con ellos.
Los soldados, insatisfechos con su remuneración y con
la falta de medios de subsistencia una vez dados de baja, se convirtieron en un
factor de inestabilidad interna con sus repetidas asonadas, su vulnerabilidad a
las dádivas de los pretendientes al poder supremo y su respaldo a quienes les
prometieran distribución de tierras.
XII.
Crisis política en Roma, asimetría social y reforma
agraria
El liderazgo romano era consciente de la situación
pero permanecía inactivo. Su inactividad creó oportunidades para que algunos
aristócratas ambiciosos apostaran al poder que la plebe les podría dar si
intentaban solucionar sus problemas.
Entre los años 133 y 30 a. de C. hubo varias guerras
civiles y una serie de líderes populares que impulsaron leyes de distribución
de tierras públicas, recuperación de tierras robadas al fisco, parcelación de
tierras confiscadas a enemigos derrotados en guerras civiles y adquisición de
tierras privadas para asentar a los pobres de Roma y a los veteranos de guerra.
Julio César fue el autor de las reformas más
ambiciosas. En el 46 a. de C. puso en marcha un plan de colonización agrícola
para asentar sus veteranos. Era continuación de la reforma que había iniciado
en el 59 cuando propuso incluir también 20.000 familias pobres de Roma y que
disponía:
1)
la adquisición de
tierras que los propietarios quisieran vender al precio registrado en el último
censo,
2) el reconocimiento de
la posesión de buena fe de todas las tierras ocupadas, independientemente de
cómo hubieran sido adquiridas y
3)
la prohibición a los
nuevos colonos de vender sus tierras antes de veinte años.
La aristocracia hizo oposición cerrada a todas las
reformas. La mayoría de los reformadores fueron asesinados[iv]. A
veces las reformas fueron implementadas con el respaldo de aristócratas
moderados o impuestas por caudillos con respaldo del ejército.
La república dio paso a la monarquía y esta a la
dictadura militar. La ciudad pasaba por periodos de desórdenes populares y
represión. Los cambios de gobierno terminaron siendo frecuentes, con
participación de la plebe y los soldados en favor de una u otra facción de las
élites. La aristocracia no desapareció pero su membresía cambiaba con cada
gobierno. El liderazgo romano no pudo establecer un equilibrio mutuamente
aceptable entre sus privilegios y las aspiraciones de la plebe.
XIII.
Paralelo entre Roma y América Latina
Aunque los paralelos entre la crisis romana y la
crisis latinoamericana parecen obvios hay diferencias de época, civilización,
talento político del liderazgo y actitudes de las masas.
1. La clase
dirigente latinoamericana, como la aristocracia romana, rehusa ceder
voluntariamente una parte de las riquezas que ya tiene o que espera tener.
Uno puede argumentar que la prosperidad colectiva
genera mayores riquezas que la pobreza colectiva y crea un ambiente de armonía
social que permite disfrutarlas con tranquilidad. Las élites, al contrario,
parecen actuar sobre el supuesto de que las reformas sociales son una
transacción en la que pierden lo que ceden a las clases inferiores. En cambio,
aceptan como un truismo la noción falsa de que la riqueza acumulada en sus
manos gotea e irriga a las clases inferiores.
2. La crisis
social en ambos lugares está caracterizada por las mismas variables: la
acumulación de riqueza, la expansión del latifundio, la desposesión de pequeños
agricultores, el desempleo de la población agraria y el desplazamiento de esta
a la ciudad donde tampoco encuentra empleo.
3. Las crisis
políticas antiguas y modernas son similares. La clase dirigente no soluciona
los problemas de las clases inferiores, hace oposición a los movimientos de
protesta civil y reforma social y política y cuando finalmente permite
legislación social esta es inefectiva o ejecutada sin entusiasmo. Los líderes
populares son cooptados, neutralizados políticamente o asesinados.
Las crisis políticas se agravan cuando la clase
dirigente se divide en facciones que rivalizan por el control del estado y de
las fuentes de riqueza o cuando la ambición de algunos de sus miembros los
impulsa a jugar la carta populista para derrotar a sus rivales. Las clases
inferiores son cooptadas por las facciones enfrentadas y siempre pierden. Como
dice el ensayista colombiano William Ospina[v]: "cuando [las clases dirigentes] se odian es para ponernos a pelear entre nosotros, y cuando se unen es para borrarnos“.
4. La clase dirigente
latinoamericana no ha sufrido una crisis militar similar a la romana aunque la
rebelión de los soldados estaría justificada dada la corrupción de la cadena de
mando, la pobreza de sus salarios, la escasez de vitualla, los abusos de los
oficiales superiores, el entrenamiento insuficiente para las misiones que les
encomiendan y el abandono en que quedan cuando son dados de baja.
La misión de los soldados en muchos países
latinoamericanos es proteger con sus vidas las propiedades y privilegios de élites
ausentes e incompetentes; los ejércitos son usados con más frecuencia en la
supresión de disidencias domésticas que en la protección de las fronteras o de
la soberanía nacional.
Una senadora del partido colombiano de extrema derecha
ha descrito el ejército de su país como “una fuerza letal que entra a matar”[vi].
Eso es lo que su clase social ha esperado del ejército cuando las demandas
populares han puesto sus intereses en peligro y eso es lo que el ejército ha
hecho con frecuencia; cuando no lo hace es objeto de serias críticas.
5. En América
Latina, de otra parte, la membresía de las élites es hereditaria y se aumenta
con la admisión de individuos útiles de las clases inferiores. Algunos de estos
son visitantes temporales, mientras cumplen la tarea que se espera de ellos, y
luego son descartados.
XIV.
El futuro: retos y oportunidades en América Latina
La élite y los pueblos de América Latina enfrentan
retos propios en el siglo XXI.
14.1 Puja por el control
de la riqueza social
Las riquezas generadas en el mundo de hoy por los
avances de la ciencia aplicada y de la técnica, por el inmenso número de
trabajadores y consumidores y por las redes de transporte y comercio son
suficientes para eliminar la pobreza por primera vez en la historia. Pero esta
no parece ser la meta de la actual clase dirigente latinoamericana.
Las riquezas son abundantes pero no ilimitadas. El
crecimiento demográfico de las élites y la necesidad que sienten de hacer
gastos cada vez más conspicuos crean competencia entre sus miembros por
aumentar su porción personal y una
compulsión como clase a disminuir la porción que queda en manos de las clases
inferiores. Las fricciones internas y entre clases son inevitables[vii].
Al mismo tiempo, el cubrimiento que los medios hacen
de la vida y gastos de las élites nos ponen en frente inmensas disparidades con
respecto a la calidad de vida y a las oportunidades de adquirir y disfrutar
riquezas personales. La propaganda comercial, además, crea en las clases
inferiores necesidades artificiales y aspiraciones a una opulencia que no está
a su alcance. La insatisfacción que estas desarrollan con sus condiciones de
vida se puede imputar a un anhelo de justicia social o a envidia o
resentimiento de pobre. La dinámica social no cambia con el nombre que se le
dé: los intereses de la clase dirigente y de las clases inferiores son
antagónicos.
La parte educada de las clases inferiores desarrolla
ambiciones de enriquecimiento y reconocimiento que deben ser canalizadas dentro
de las profesiones y oficios legítimos de la sociedad. Si esa población no gana
los salarios u honorarios adecuados a sus calificaciones se corre el riesgo de
alienarla y de convertir a algunos de sus miembros en líderes de movimientos
para cambiar el statu quo. Es una situación que resumió el líder de la
Revolución Francesa Georges-Jacques Danton: “El régimen antiguo nos llevó a la
revolución pues nos dio una buena educación pero no creó oportunidades para que
pudiéramos aplicar nuestros talentos”[viii].
14.2 Control de
información y distribución de la riqueza
Los medios de comunicación social pueden ser usados
por la clase dirigente para generar en las clases inferiores consentimiento a
su predominio, difundir falsedades contra sus enemigos, mantener una guerra
psicológica contra los disidentes y críticos del statu quo y enervar los
movimientos populares favorables al cambio social.
La veracidad o pertinencia de la información circulada
en los medios sociales es hasta cierto punto irrelevante. La opinión de las
clases inferiores, poco entrenadas en la crítica de lo que oyen y leen, puede
variar al vaivén de las emociones y los temores despertados por el mensaje que
reciben y por la fe o el escepticismo que les despierte el originador del
mensaje[ix].
Hay algunos sectores de la población que son racionales, críticos, bien
informados, pero su influencia será siempre limitada tanto entre las élites
como entre las masas.
Con todo, los medios sociales tienen un potencial
permanente para desconocer el poder de la clase dirigente y promover un
movimiento social no controlado por esta sino influido por comunicadores
independientes o disidentes, similar a lo que ocurrió con la Primavera Árabe.
Al final, el control de la información y de los medios
no es substituto de las políticas de
bienestar social y reconocimiento de los intereses de las clases
inferiores. Tampoco es substituto de la represión y el terror estatal si es
este el método que la clase dirigente prefiere para mantener el poder.
14.3 Opciones de la clase
dirigente
El dominio sobre una sociedad tiene dos fuentes: el
consentimiento de los gobernados y la coerción. Alrededor de ambas giran las opciones
de la clase dirigente para
aumentar su porción de las riquezas sociales.
En las últimas décadas hemos visto desde la masacre de
las clases subalternas en las guerras civiles de Centroamérica hasta la
combinación de violencia estatal y paraestatal, libertades civiles relativas,
partidos políticos, elecciones periódicas, libertad de prensa y reunión en la
parte urbana de Colombia así como despojo de tierras, desplazamiento de campesinos,
asesinato de activistas cívicos y sindicales y ausencia planeada del estado en
la parte rural[x];
desde el régimen policivo de Cuba y las dictaduras militares derechistas de
Argentina y Chile[xi]
hasta la estabilidad producida por instituciones democráticas formales,
ineficiencia del estado, corrupción y programas de alivio a la pobreza en el
Brasil.
Hay una opción óptima y es la de encontrar un punto de
equilibrio entre los privilegios de la clase dirigente y las necesidades y
aspiraciones de las clases inferiores. De ello son ejemplo el “New Deal” de la
administración Roosevelt en Estados Unidos y el estado de bienestar de los países
nórdicos en la postguerra.
Sin embargo, considerando la historia latinoamericana
podemos anticipar periodos de fuerte conflicto social alternados con periodos
de convivencia más o menos pacífica de las clases sociales. Para llegar a una
solución estable en el reparto de la riqueza social en la región se necesita
genio político, sentido realista del interés propio, egoísmo inteligente,
liderazgo competente y despotismo ilustrado, cualidades raras en la clase
dirigente latinoamericana.
[i] Los notables colombianos dan
ejemplos diarios de cómo no ser igual ni a las masas ni a otros notables: Dos
meses después de dejar el cargo un exprocurador colombiano se hace acompañar de
48 guardaespaldas, 16 vehículos blindados y 4 motocicletas mientras en su casa
hacen guardia 2 policías 24 horas diarias, por cuenta del erario público: http://www.semana.com/nacion/articulo/alejandro-ordonez-y-su-esquema-de-seguridad-del-estado/502524
[ii] Nicolás Maquiavelo, Discursos sobre los diez primeros capítulos
de Tito Livio.
[iii] Resumen de la historia de Roma
tomado de César: La biografía definitiva por
Adrian Goldsworthy, Ed. La esfera de los libros, 2007.
[iv] Julio César fue el más
famoso de los reformadores romanos asesinados. Sus asesinos aristócratas lo
acusaron de numerosas infracciones legales de poca monta para justificarse: Joe Patrice, Beware the Ides of March: The
petty criminal charges that killed Julius Caesar, Above the law, March 15,
2013.
[v] William Ospina, El país invisible, El Espectador, 7
octubre 2016.
[vii] Este artículo habla de acuerdos y
rivalidades dentro de la clase dirigente y logra hacerlo sin mencionar las
causas que explican las divisiones dentro de ellas: Eduardo Posada Carbó, De acuerdos y de élites, El Tiempo, 20 octubre 2016.
[viii]
Citado por Graeme Fife, The terror: The
shadow of the guillotine: France 1792-1794, St. Martin’s Press, New York,
2004, p. 13.
[ix] Excelente descripción de la
ignorancia de las clases inferiores en asuntos de programas y políticas de
gobierno y su vulnerabilidad al discurso irresponsable de los políticos en: George Monbiot, Lies, fearmongering and fables: that’s our democracy, The Guardian,
October 4, 2016.
[x] Esta colección de artículos
describe el proceso de desposesión violenta de campesinos y crecimiento del
latifundio en Colombia: http://www.observatoriodetierras.org/articulos-de-investigacion/
[xi] El golpe militar contra el
gobierno socialista y democrático de Salvador Allende es un caso descarnado de
la clase dirigente tradicional recuperando la porción de las riquezas
transferido a las clases inferiores; una excelente descripción de esta
transición se encuentra en Orlando Letelier, The ‘Chicago boys’ in Chile: Economic freedom’s awful toll, The
Nation, August 28, 1976.
Luis Javier Mejía Maya
31 de octubre del 2016
Publicado en blogluismejia.blogspot.com
Un comentario del economista Jeffrey Sachs sobre la distribución social de las ganancias generadas por los llamados tratados de libre comercio:
ReplyDeletehttp://www.bostonglobe.com/opinion/2016/10/16/the-truth-about-trade/UWtu8jpAo8LTsTFlffaZ0K/story.html?p1=Article_Recommended_ReadMore_Pos17
Este artículo describe la clase dirigente, la faccionalización de la clase dirigente y los nuevos ricos que comparten intereses de clase con la dirigente pero que no tienen la misma cultura de clase:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/sombrero-encintado-y-chupa-de-boda
Elogio de la clase dirigente colombiana por un miembro de la clase dirigente y evasión de responsabilidades políticas y gerenciales de la misma:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/noticias/economia/el-estado-tiene-dos-funciones-cobrar-impuestos-y-el-mon-articulo-664175
Asesinato de reformistas y líderes cívicos en Colombia:
ReplyDeletehttp://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/asesinatos-de-lideres-sociales-en-2015/16546681
Descripción del problema de propiedad de tierras y su explotación económica en Colombia:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/regularizar-los-derechos-de-propiedad
Ejemplo de apropiación de espacios públicos por la clase dirigente colombiana, un privilegio monetizable:
ReplyDeletehttp://www.pulzo.com/nacion/calles-publicas-privadas-bogota/PP164846
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ReplyDeleteEjemplo de cómo evaden sus responsabilidades legales y políticas los miembros de la clase dirigente colombiana:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/el-abogado-del-diablo
El abogado del diablo
Yohir Akerman
Abundando en información:
Deletehttp://www.elespectador.com/opinion/ademas-de-privilegiados-intocables-columna-685030
Dos documentos complementarios sobre la psicología de los “derechos adquiridos” entre los miembros de la clase dirigente:
ReplyDeleteUribe Noguera, el Club El Nogal y la sociopatía institucional
Por: Daniel Emilio Mendoza
http://blogs.eltiempo.com/delator/2016/12/09/uribe-noguera-el-club-el-nogal-y-la-sociopatia-institucional/
Yo fui alumna del papá de Rafael Uribe Noguera
Alexa Cuesta
http://www.eluniversal.com.co/blogs/el-ojo-de-morgana/yo-fui-alumna-del-papa-de-rafael-uribe-noguera
Un toque de humor:
ReplyDeleteaunque este articulo es una farsa la verdad es que la clase dirigente es tal como queda descrita:
http://www.actualidadpanamericana.com/nobel-tutina-conoce-malala-yousafzai-le-dice-ahora-no-monita-al-regreso/
Un ejemplo de conflicto entre una comunidad con derechos ancestrales sobre la tierra y un grupo de inversionistas respaldados por las autoridades que invaden esa tierra en beneficio personal es dado por el enfrentamiento sobre las plantaciones comerciales de eucalipto en un quilombo de negros en el Brasil:
ReplyDeletehttp://www.aljazeera.com/indepth/features/2016/11/brazil-quilombos-face-eucalyptus-giant-land-war-161123122742103.html
Bello ejemplo de como miembros de la clase dirigente colombiana evaden la justicia por sus actos criminales:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/noticias/judicial/familia-de-victor-maldonado-denuncia-presiones-del-esta-articulo-674109
Los plebeyos llegados a más tienen el hábito de querer que los traten, y se tratan entre sí, como si fueran aristócratas:
ReplyDeletehttp://www.semana.com/opinion/articulo/el-ultimo-regalo/513514
Los miembros de la clase dirigente colombiana encuentran maneras de usar los bienes y servcios del estado sin pagar el precio comercial:
ReplyDeletehttp://www.eltiempo.com/politica/justicia/irregularidades-en-arriendos-en-islas-del-rosario/16810237
El autor de esta nota menciona algunos ejemplos de apropiación de bienes sociales por la elite económica:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/capitalismo-de-embudo-columna-689276
en mi opinión de observador y estudioso de fenómenos sociales la corrupción -que es una manera de apropiarse de riqueza social que uno no ha ganado con su trabajo- tiene que ver con los principios de moral social que inspiran la vida pública y privada de la clase dirigente. si hay algo que tenga "trickle down effects" es la moral social de la élite.
ReplyDeletepienso que cuando el niño Nule de vergonzosa recordación dijo que la corrupción es natural al ser humano nosotros, es decir, los intelectuales como usted y yo, debemos entender que realmente está diciendo: en el mundo en que yo nací, me crié y he hecho negocios la corrupción es una conducta normal.
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-4434744:
"Ayer, en Miami, el senador Iván Moreno y los Nule se vieron por primera vez cara a cara desde que estalló el escándalo de la contratación en Bogotá, pero no hubo saludo, solo tensión. Miguel Nule dijo que "la corrupción en Colombia, como en cualquier país del mundo, es inherente a la naturaleza humana..."
Un repaso general de corrupción en Colombia:
http://www.semana.com/nacion/articulo/cartel-de-la-contratacion-debacle-de-interbolsa/368205-3
Anticipando el colapso de una civilizacïón
ReplyDeleteUn trío de profesores universitarios han propuesto la hipotésis de que las sociedades se autodestruyen por la acumulación insostenible de riqueza en pocas manos o por un abuso desmesurado del medio ambiente.
Su artículo se encuentra en este enlace:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0921800914000615
Un resumen del mismo se encuentra en:
http://www.bbc.com/future/story/20170418-how-western-civilisation-could-collapse
Familia de la alta burguesía evade pago de deudas a sus empleados de la clase baja:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/noticias/judicial/las-maniobras-enganosas-de-jose-roberto-prieto-articulo-692591
Casa por cárcel y reduccion de penas por delación de cómplices: un privilegio de los delincuentes de la clase dirigente
ReplyDeletehttp://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/andres-hurtado-garcia/con-licencia-para-robar-rebajas-de-penas-en-colombia-91142
Interesante comentario sobre el origen y evolución de la corrupción con énfasis en el papel de la clase que dirige la política y la economía:
ReplyDelete¿Por qué tanta corrupción en Colombia?: una respuesta sociológica
http://www.razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/10015-%C2%BFpor-qu%C3%A9-tanta-corrupci%C3%B3n-en-colombia-una-respuesta-sociol%C3%B3gica.html
La corrupción, tanto en la empresa privada como en el gobierno, tiene, en mi opinión, dos dimensiones: 1] moral, en el sentido del comportamiento correcto, y su expresió n como moral social, es decir, lo que es correcto cuando el comportamiento de uno afecta a otros miembros de la comunidad, y 2] económico, en cuanto afecta la distribución de recursos entre las clases sociales y la asignación de recursos a diferentes momentos o áreas del proceso productivo. El siguiente análisis toca el tema moral pero no se refiere al papel que las elites tienen en la creación de una moral social:
ReplyDeletehttps://www.the-tls.co.uk/articles/public/corruption-paul-collier/
Sobre la corrupción como fenómeno sistémico en Colombia:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/la-paz-o-la-corrupcion-columna-706501
Distribución de la carga tributaria en Colombia:
ReplyDeletehttp://www.elespectador.com/opinion/las-exenciones-tributarias-columna-706772
¿Una "nobleza" criolla? Cuán profundo es el elitismo en Colombia y qué implica para el país
ReplyDeletehttp://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41329392
¿Por qué tanta corrupción en Colombia? El Estado como botín, por Eduardo Lindarte Middleton
ReplyDeletehttps://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/10602-por-qu%C3%A9-tanta-corrupci%C3%B3n-en-colombia-el-estado-como-bot%C3%ADn.html
Dice Catalina Ruiz Navarro:
ReplyDelete"La justicia en Colombia suele ser más dura con los más pobres y mucho más laxa con los privilegiados. Ciertos niveles de privilegio son una garantía de impunidad. Cuando alguien suelta la conocida amenaza “usted no sabe quién soy yo” lo que está diciendo es “yo soy alguien para quien no aplican las reglas y la justicia”.
https://razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/9924-privilegiados-y-vulnerables-la-estructura-social-detr%C3%A1s-de-la-muerte-de-yuliana-sambon%C3%AD.html
The rich are better because they are rich, says Larry Kudlow nominated to be Trump's director of the National Economic Council:
ReplyDeletehttps://www.nationalreview.com/2016/12/trump-transition-going-great-economy-needs-attention-now/
Review of Kudlow's qualifications at:
https://www.huffingtonpost.com/entry/larry-kudlow-is-the-perfect-embodiment-of-republican-economics_us_5aabcd91e4b0337adf832bf5