Herramientas de control social
Durante la Guerra de
Vietnam el liderazgo estadounidense enfrentó un serio reto dentro del país
cuando los negros y los estudiantes se rebelaron contra el statu quo, los
primeros porque decidieron desobedecer las normas y costumbres vigentes de
discriminación racial y los segundos porque se rebelaron contra la guerra.
Para neutralizar ese
reto el liderazgo nacional se esforzó en controlar la información que recibían
las masas sobre los conflictos internos y sobre el curso de la guerra.
En dos artículos publicados
en este blog [pulsar aquí] periodistas estadounidenses describen la manera como la
comunicación pública fue y ha sido manipulada por el liderazgo nacional y los
medios para engañar a las masas. El hecho, claro está, no es exclusivo de los
Estados Unidos sino representativo de lo que sucede en todo lugar donde no haya
una opinión educada, independiente y contestaría.
La información que
reciben las masas influye sobre la confianza -o la indiferencia- que ellas sienten
con respecto a la capacidad del liderazgo para manejar los asuntos públicos.
Por eso en Estados Unidos en ese momento, como en cualquier país en todo
momento, el liderazgo sentía la necesidad de controlar el flujo y contenido de
esa información.
La manipulación de
información no es, por cierto, la única herramienta de control de las masas
pero combinada con la propaganda tiende a ser la favorita pues evita o aplaza
el uso de medios más directos como el fraude electoral, la intimidación, la
fuerza bruta, el silenciamiento de disidentes con ayuda de personal
complaciente de la policía y la justicia.
Acatamiento del liderazgo
El liderazgo de un
país contemporáneo se afianza en el control que ejerce del estado y de las
instituciones que lo gobiernan; sus delegados o representantes ejercen el poder
público, son “las autoridades” que en la percepción de las masas mantienen el
orden, administran los bienes comunes y protegen vidas y haciendas.
A su turno, la
permanencia y estabilidad de ese liderazgo depende de la aquiescencia de las
masas, de su acatamiento a las autoridades.
Cuando las masas
dejan de obedecer -en una revuelta, asonada, revolución, huelga general,
movimiento de desobediencia civil- se produce una crisis de gobierno que se
soluciona con actos de represión o con la substitución de una facción del
liderazgo por otra en un golpe de estado. De ahí la importancia de controlar,
hasta donde sea posible, lo que saben, piensan y sienten las masas, es decir,
los gobernados.
El liderazgo de un
país siempre teme que las masas se tornen contra él, dejen de creer en su
capacidad de actuar y dejen de obedecerle.
El poder de desacato
de las masas se manifiesta (1) en las elecciones que cambian la facción de la
clase dirigente al frente del gobierno -como sucede por lo regular- o que le entregan parte del poder a un liderazgo
alternativo -como en Venezuela en 1999 y Bolivia en 2006-, y (2) en protestas
populares que impiden el arraigo de una facción en el gobierno -como en el Ecuador
entre 1996 y 2007-.
También hay un
desacato cuotidiano que ocurre en medio de grupos de la población y en áreas
geográficas o en sectores de la economía donde el estado aunque presente es
inefectivo -por ejemplo, en barriadas pobres y tugurios, economía informal,
zonas alejadas de los centros urbanos, explotaciones agrícolas o mineras que el
gobierno decide no vigilar-; en estos casos la población acepta autoridades y normas paralelas a las del
estado, vigentes mientras el liderazgo no se sienta amenazado o disminuido.
Una desobediencia
generalizada al liderazgo de un país ocurre en situaciones extremas y casi
siempre impredecibles en cuanto a momento y lugar. Por lo regular, hay una
combinación de inercia social, indiferencia a cuál de las facciones de la clase
dirigente controla el gobierno, tolerancia de la corrupción y de la ineptitud
de los agentes del estado, aceptación activa del statu quo, rechazo a los
cambios políticos, temor al caos social, que favorece al gobierno de turno y en
últimas al liderazgo existente. Por eso ni el manejo inepto de los asuntos
públicos, ni la corrupción del gobierno y de la empresa privada, ni la
represión ni los golpes de estado por sí solos generan revoluciones.
Comunicación, información, propaganda, opinión
Para ponernos de
acuerdo sobre los términos de esta discusión sugiero que llamemos comunicación
al acto de transmitir o divulgar hechos, circunstancias, ideas, conjeturas, rumores,
discursos, propaganda. Por eso hablamos de medios de comunicación de masas y
medios de comunicación social. Lo mismo sirven para divulgar conocimientos y
opiniones educadas que para divulgar fantasías y disparates.
Información es la
transmisión de hechos o circunstancias, la descripción de eventos; tiene una
implicación de objetividad, de lealtad a la realidad, de que merece
credibilidad pues en principio uno puede constatar su veracidad con los propios
ojos. Quienes valoramos el pensamiento racional y científico tendemos a
considerar la información como su soporte irremplazable.
Opinión es el juicio
que hacemos de un evento o una persona, es la importancia, relevancia,
credibilidad y respeto que le damos a algo o alguien; por lo mismo, tiene un
componente subjetivo y depende de los pocos o muchos conocimientos y
experiencias que hayamos acumulado.
La opinión es propia
cuando la formamos con nuestras propias luces, es prestada cuando la tomamos de
alguien cuya autoridad científica, moral o política aceptamos. Como todos
tenemos una opinión muy elevada de nuestro carácter y nuestras propias
habilidades tendemos a pensar, a veces contra toda evidencia, que somos
autónomos y originales en nuestras opiniones.
Propaganda es la
comunicación que se hace para atraer seguidores, clientes, creyentes. Por el
mismo propósito que tiene combina circunstancias reales y ficticias que sirven
para despertar emociones y sentimientos de amistad y antagonismo, inferioridad
y superioridad, colaboración y rivalidad, seguridad e inseguridad, acatamiento
y rebeldía. Su conexión con la realidad,
los hechos comprobables y el conocimiento científico si existe es tenue.
Información, opinión
y propaganda tienen áreas de yuxtaposición en las que se difuminan las
diferencias entre ellas. Pero eso no elimina la existencia de espacios de lo
real y de lo ficticio que podemos identificar con la ayuda de la razón y los
sentidos. De ahí la importancia del pensamiento crítico y la educación
científica para ayudarnos a formar una opinión propia y a seguir la ajena
cuando sea pertinente.
Existe además lo que
llamamos opinión pública, la cual no es la suma de opiniones personales sino un
estado colectivo de emociones y sentimientos con respecto a temas religiosos,
políticos, sociales, económicos y culturales. Esa opinión lo mismo puede ser
segmentada, voluble e impredecible como estable, predecible, de amplia
aceptación en la población. Los psicólogos sociales difieren en la
interpretación de cómo se forma y se expresa, su prevalencia y duración, en
tanto que los políticos, mercadotecnistas, activistas sociales, misioneros y
mitómanos de agencias de publicidad se esfuerzan por identificarla para guiarla
o dejarse guiar de ella según convenga.
Liderazgo y opinión pública
El liderazgo de un
país apunta a capturar la opinión pública y a constreñir la opinión individual
a fin de que las masas no pierdan la fe en su capacidad de dirigir la sociedad
y gerenciar el patrimonio colectivo y no se sientan inclinadas a desobedecerlo.
El liderazgo tiende a
crear una realidad virtual para alimentar las masas. Por eso se espera que
-
magnifique
logros,
-
aminore
fracasos (ej., los funcionarios de la administración Bush Jr. responsables de
la agresión y ocupación de Irak y sus aliados extranjeros como el primer
ministro británico Tony Blair todavía insisten en que el desastre subsiguiente
no fue hechura suya) ,
-
eluda
responsabilidad por los errores (ej., no fui yo, fue un subalterno que actuó
por su propia cuenta),
-
niegue
delitos cometidos por sus agentes (ej., la manzana podrida en una canasta de
frutos impecables)
-
y
haga esguinces publicitarios para distraer la atención con temas baladíes o que
despiertan curiosidad inmediata.
Cuánto más
incompetente en la gerencia y menos respetuoso de las leyes sea el liderazgo
tanto más majestuoso y deslumbrante el oasis de espejismos que ofrece a las
masas.
Los medios y lo que comunica el liderazgo
Los medios juegan un
papel como caja de resonancia de lo que comunica el liderazgo. Dentro de los
medios comerciales hay una tensión interna entre (1) mantener el acceso a los
fondos públicos y privados de propaganda que controla el liderazgo y que son su
vida financiera, (2) mantener el acceso a los altos funcionarios del estado y del
mundo empresarial que proveen las primicias noticiosas y (3) mantener
credibilidad ante los lectores. De esa tensión resulta un compromiso en el que los
medios se dan permiso para escoger de entre el acervo noticioso qué y cuánto
necesita saber el lector.
En consecuencia, los
medios comerciales se autocensuran. Pero el tamiz que ellos aplican a la
comunicación ha sido parcialmente debilitado por la abundancia y libertad de
palabra de los medios sociales de comunicación usados por reporteros
profesionales y amateur independientes.
Control de la comunicación independiente
Para recuperar el
control de la comunicación el liderazgo de cuatro países ha dado la pauta de lo
que se puede hacer:
-
en
Rusia se combina un discurso de patriotismo presidencial, hostigamiento por
parte de las autoridades policiales y judiciales y la intervención de agresores
violentos nunca identificados por las autoridades para limitar las actividades
de los comunicadores independientes,
-
estos
son inhibidos en la China por medio de bloqueos de internet y ataques
cibernéticos,
-
en
Israel por una censura social estimulada por un discurso violentamente
patriótico
-
y en
Bengala son atacados impunemente por criminales comunes disfrazados de
fanáticos religiosos.
En el pasado y en
algunas situaciones contemporáneas el liderazgo ha usado la censura directa
sobre los medios y sobre todo tipo de comunicación. Las ediciones del Quijote
todavía reproducen los permisos de publicación de las autoridades reales y
eclesiásticas. En los años de gobierno hegemónico conservador en Colombia, a
finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, había un censor oficial en
las oficinas de los periódicos que tenía poderes discrecionales de corrección y
veto sobre los editoriales. En la Unión Soviética las asociaciones de
escritores tenían la misión de hacer que autores y textos se ciñeran a la ideología
del Partido Comunista.
En los países
latinoamericanos durante las últimas décadas los periodistas independientes han
corrido el riesgo de ser asesinados o de quedarse sin empleo. Unas veces por
armas de las fuerzas de seguridad oficiales, otras a instigación de
funcionarios del gobierno o de la empresa privada y otras a manos de criminales
comunes a quienes las autoridades no castigan.
Las sociedades
demoliberales se horrorizan de estas medidas extremas pero probablemente
seguirán el ejemplo de los Estados Unidos donde se prepara legislación que
limitará la libertad de expresión so guisa de proteger la seguridad nacional y el orden público.
Otras propuestas
introducirían un modelo de propiedad privada protegida y mercado no regulado para
los servicios de conexión a internet, lo que daría a estos el poder de bloquear
el acceso de ciertas categorías de usuarios, aislarlos dentro de redes no
compatibles con otras, discriminar entre usuarios de servicios rápidos y
servicios lentos o establecer tarifas que efectivamente eliminen el acceso de
usuarios pobres.
Liderazgo y coordinación de la comunicación de masas
Aunque de sentido
común conviene tener presente que el liderazgo de una sociedad no es un grupo
homogéneo, jerarquizado, de lealtades ciegas, decisiones unánimes y actividades
económicas y políticas coordinadas.
En condiciones
ordinarias el liderazgo es un grupo amorfo, de lealtades personales inciertas, dividido
en facciones y grupos de interés. A sus miembros los une el propósito de:
- conservar para sí los privilegios que les da el statu quo político y económico,
- mantener la distribución social de la riqueza, el ingreso y las oportunidades,
- controlar las fuentes de enriquecimiento personal, sean ellas el fisco o los negocios rentables y
- reservarse el acceso preferencial a las altas posiciones del estado y de la empresa privada.
Estos son, en el lenguaje colombiano, sus “derechos adquiridos”.
- conservar para sí los privilegios que les da el statu quo político y económico,
- mantener la distribución social de la riqueza, el ingreso y las oportunidades,
- controlar las fuentes de enriquecimiento personal, sean ellas el fisco o los negocios rentables y
- reservarse el acceso preferencial a las altas posiciones del estado y de la empresa privada.
Estos son, en el lenguaje colombiano, sus “derechos adquiridos”.
Pero ese propósito admite
interpretaciones y estrategias variadas, acepta la cooptación de intrusos
útiles de clases bajas y convive con rivalidades y enfrentamientos internos. Al
final las facciones del liderazgo están enfrentadas por la posesión de recursos
que no son infinitos.
En condiciones
ordinarias, entonces, el liderazgo puede hablar con muchas voces, tolerar
muchas versiones de la realidad, convivir con facciones autoritarias y
liberales, modernas y tradicionales, criminales y honorables, aceptar la competencia de muchas ambiciones individuales y permitir que
estas difundan mensajes contradictorios. Las condiciones de coexistencia de
facciones se mantienen dentro de un precario equilibrio que cambia día a día.
Cuando una crisis
amenaza al liderazgo en su totalidad puede surgir un líder dominante o un
equipo coordinador que asuma la tarea de unificar las comunicaciones, definir
el mensaje a las masas y arbitrar entre las facciones enfrentadas la distribución
del poder. Tambien puede suceder que las rivalidades entre las facciones se conviertan en enfrentamientos sangrientos y mortales, de los que solo los más hábiles en el uso de la violencia salgan con bien.
Al final el liderazgo
depende de que las masas crean en su poder y lo obedezcan.
Luis Mejía
6 de julio del 2016
Publicado en blogluismejia.blogspot.com
Periodistas investigativos cívicos han creado esta página web para documentar falsedades en las comunicaciones dirigidas a la opinión pública internacional:
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