Saturday, April 25, 2015

SLAVOJ ŽIŽEK: Apología de la Ilustración y del Ideario Liberal en un Mundo Antiliberal



Introducción

Slavoj Žižek es un filósofo contemporáneo conocido en el mundo académico, político y literario por su posición de marxista crítico, su interés en los problemas sociales y políticos globales, el volumen de sus escritos y lo controversial de sus opiniones. 

Me gustaría hacer unos comentarios introductorios para ayudar al lector a navegar los conceptos que aparecen en esta entrevista.

La Ilustración, la revolución, las guerras de independencia y el ideario occidental

La Ilustración fue un movimiento cultural que devino en político en la Europa occidental de finales del siglo XVII y el siglo XVIII. Quienes participaron en él no tenían una opinión unánime sobre los temas de su interés pero entre todos construyeron un ideario que incluía la hegemonía de la razón en el estudio de la sociedad, la política y la ciencia, la libertad de pensamiento y crítica, el progreso cultural, el desarrollo económico libre de cargas impositivas y limitaciones en el comercio, el rechazo al absolutismo de los reyes y a la tiranía de las supersticiones religiosas, la propuesta de separación de las ramas del poder público, la defensa de la libertad y la igualdad de todos los seres humanos, los derechos del individuo frente al estado y la promoción de la educación como instrumento de liberación intelectual. 

Esa época se llamó el Siglo de las Luces porque sus activistas pensaban que estaban finalmente sacando a la humanidad de la obscuridad de la Edad Media, de la que quedaban poderosos rezagos no destruidos por el Renacimiento. Todas estas ideas formaron parte del ideario liberal clásico que se desarrolló en el siglo XIX y agregó las nociones de participación popular en el ejercicio del poder, educación universal gratuita, igualdad de las mujeres, derechos universales del individuo, creación de constituciones para regular el poder del estado y sus autoridades, libertad de comercio y eliminación de la guerra para solucionar conflictos. 


Las revoluciones de Estados Unidos, Francia y las colonias americanas españolas fueron inspiradas por la Ilustración cuyas ideas unidas a las del liberalismo se convirtieron en la cultura dominante de la parte del mundo que llamamos Occidente.

El eurocentrismo de Žižek implica entonces una concepción del mundo basada en esos dos movimientos intelectuales  junto con una noción de democracia participativa que va más allá de los meros mecanismos electorales. Es algo completamente diferente de la democracia con valores asiáticos, la democracia guiada o de opinión de los gobiernos autoritarios de América Latina, el califato de los musulmanes integristas y las presidencias monárquicas de los países africanos.

Colonialismo y legado liberal

El rechazo de Žižek al relativismo cultural y político tiene que ver con el legado colonial europeo. Muchas de las acciones de los países colonizadores -España, Inglaterra, Francia, Portugal, Bélgica, Alemania y los Estados Unidos tardíamente- fueron una negación del ideario liberal y sembraron las bases para un futuro no democrático en los países colonizados. Sin embargo, la opresión de los pueblos organizada por los agentes de los estados ocupantes vino acompañada de las ideas demo-liberales que en su momento inspiraron las guerras de liberación y, en ocasiones, las primeras etapas de gobierno independiente. En el mundo contemporáneo las ideas de la Ilustración continúan teniendo el mismo papel liberador contra el poder arbitrario, los privilegios de clase y la superstición que tuvieron en Europa.

Defensa de la cultura liberal

Žižek critica la tolerancia, el multiculturalismo y la noción contemporánea de corrección política como factores debilitantes de la cultura liberal cuando es atacada por fuerzas políticas marcadas por el fanatismo religioso, el ejercicio violento del poder, la protección de grandes intereses económicos privados y el rechazo de los valores liberales y de la Ilustración como contrarios a ciertas culturales nacionales. En su búsqueda de hegemonía territorial o demográfica esas fuerzas generan conflictos que perderá la sociedad que opte por tolerarlas. Por su parte, Occidente contribuye a esa tensión cuando protege su patrimonio liberal y actúa en solidaridad con los movimientos liberales de otras sociedades. Al mismo tiempo, sería contrario a las ideas liberales tratar de imponerlas a otros pueblos por medio de la guerra. 

Cambio y destrucción 

Es también importante la noción de la cultura contingente. A lo que se refiere Žižek, creo, es a que no hay nada en la organización social o el trabajo humano que esté destinado a perdurar. Al contrario, todo está sujeto a cambio. Los monumentos del pasado nos dan una falsa sensación de permanencia; ellos en realidad son rezagos de maneras de vivir y pensar ya desaparecidas. Los integramos a nuestra cultura de hoy y ahora. Occidente los conserva y estudia en memoria de sus ancestros históricos mientras que los fanáticos musulmanes los destruyen porque violan su noción actual de humanidad y cultura, justo como lo hicieron los revolucionarios franceses y bolcheviques con el legado cristiano, los activistas de la Revolución Cultural china con el legado imperial, los invasores españoles con el legado de las culturas americanas autóctonas, los gobernantes castellanos con el legado musulmán y judío de Granada y el homo economicus barbarus con todo lo que no pueda monetizar  y usar para producir ganancias o envidia entre sus pares. Nuestros conocimientos e instituciones han reemplazado el trabajo de generaciones pasadas, las que a su turno construyeron sobre el trabajo de generaciones anteriores. Por eso, el hecho de que algo desaparezca por destrucción o cambio no lo hace trivial, como tampoco el hecho de que algo esté destinado a desaparecer lo hace desdeñable o desechable antes de que le llegue su momento.

Crítica de Žižek

Žižek ha sido criticado por otros intelectuales. NoamChomsky, por ejemplo, ha dicho que Žižek, Lacan y en general los intelectuales parisinos no hacen más que posar para las cámaras con palabras sonoras y frases ininteligibles pero que sus opiniones carecen del rigor de proposiciones empíricamente validables. Žižek a su turno ha dicho que Chomsky ha fallado el test de empiricismo en múltiples oportunidades y que su énfasis en los hechos ignora la influencia que tiene la ideología en los acontecimientos sociales y en la explicación que se hace de los mismos, un ejemplo de lo cual son las ideas de quienes produjeron la crisis financiera del 2008 y el tratamiento que dieron a la misma. Las diferencias entre Chomsky y Žižek se hacen entendibles si uno considera las tradiciones intelectuales que enmarcan su trabajo: el empiricismo anglo-sajón del primero y la inclinación europea por las construcciones teóricas del segundo. A un nivel elemental uno se inclinaría por combinar las dos tradiciones pues los hechos necesitan una teoría que los hilvane para hacerlos comprensibles y las teorías necesitan hechos que las confirmen. Un resumen de las diferencias entre las dos escuelas y de la aplicación práctica de ambas se encuentra en un ensayo de Greg Burris sobre la manera como Chomsky y Žižek juntos ayudan a entender el espionaje electrónico estadounidense.

Podríamos referirnos a otras posiciones de Žižek pero eso nos distraería de la entrevista mism, por eso invito a leerla y a compartir con otros las reflexiones que ella genere. Al final del texto hay un espacio reservado para este propósito.


Slavoj Žižek: OCCIDENTE Y EL ASEDIO ANTILIBERAL

Entrevista hecha por Romain Leick para Der Spiegel

El filósofo esloveno Slavoj Žižek es uno de los intelectuales de izquierda más controvertidos de Europa. En su último libro[1] propone que Europa sea menos tolerante del islamismo y que adopte una “cultura predominante” Ilustrada.
A Slavoj Žižek no le gusta que lo llamen profesor. Bromea diciendo que cuando la gente lo hace él voltean a mirar hacia atrás a ver dónde está el profesor. De hecho rara vez ha enseñado en universidades. Los numerosos libros, ensayos, artículos y columnas que ha publicado lo han convertido a sus 65 años en un intelectual de influencia universal. Sus conferencias y presentaciones alrededor del mundo lo han hecho uno de los más famosos pensadores y teóricos contemporáneos de la cultura. 

A pesar de su influencia es difícil determinar cuál es su posición filosófica y política exacta. Nacido en Liubliana, capital de Eslovenia, donde todavía vive, fue miembro del Partido Comunista hasta cuando lo abandonó en 1988. Tuvo una relación difícil con los órganoss oficiales del partido porque su marxismo no era suficientemente ortodoxo y nunca le dieron una posición de catedrático en la universidad de su pueblo natal. Pudo, sin embargo, entrar a la Universidad de París donde estudió el psicoanálisis de Jacques Lacan de 1981 a 1985. Poco antes de la disolución de Yugoeslavia en 1990 fue candidato presidencial en Eslovenia por los Liberales Demócratas Eslovenos a pesar de su posición de crítica extrema del liberalismo político al cual consideraba carente de substancia y poder. 

El pensamiento de Žižek se orienta hacia el idealismo alemán, Hegel y Marx y se centra en el estudio del desarrollo del sujeto autónomo y en cómo este es aprisionado por ideologías e identidades siempre cambiantes. En América Latina y en Asia es valorado por su crítica del capitalismo global y considerado un jefe intelectual del movimiento de protesta de izquierda. El choque causado por los ataques terroristas recientes en París le indujo a escribir un polémico ensayo filosófico sobre el islam y el modernismo en el cual examina el conflicto entre la tolerancia del mundo occidental y el odio del islamismo radical a los valores liberales de Occidente y llama a Occidente a defender el legado de la Ilustración y sus valores universales[2]. Sostiene que la verdadera soberanía del pueblo solo es posible a través de una renovación de la izquierda.

La crisis del capitalismo

SPIEGEL: Señor Žižek, las crisis financiera y económica han puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema de mercado libre. Usted se ha dedicado a examinar las contradicciones del capitalismo contemporáneo. ¿Cree que va a haber una nueva revolución?

Žižek: No, desafortunadamente.

SPIEGEL: ¿Pero le gustaría que hubiera una? ¿Es todavía comunista?

Žižek: Muchos me consideran un marxista loco que vive a la espera del juicio final. Pero aunque puedo ser muy excéntrico no estoy loco. Yo soy comunista por falta de algo mejor, por mero desespero ante la situación de Europa. Hace seis meses estaba en Corea del Sur dando unas charlas sobre la crisis del capitalismo global; lo de siempre: bla, bla, bla. Pero el público comenzó a reír; me decían: ¿De qué está hablando? Eche una mirada a su alrededor -China, Corea del Sur, Singapur, Vietnam- y verá que nos está yendo muy bien económicamente. ¿Dónde está la crisis? ¿Quizá en Europa occidental, o, para ser más precisos, en algunas partes de Europa occidental?

SPIEGEL: Claro que las cosas no son así de simples.

Žižek: Sí, pero hay algo de verdad en eso. ¿Por qué a los europeos les parece que la mala situación del momento representa una crisis profunda? Yo no creo que estemos frente al dilema de si aceptamos o no el capitalismo; lo que está en juego es el futuro de la democracia occidental como algo nuestro. Una nube negra se cierne en el horizonte y los primeros vientos de tempestad nos han alcanzado ya.

SPIEGEL: ¿Está diciendo que la crisis económica podría llevar a una crisis política?

Žižek: China, Singapur, India y, más cerca de nosotros, Turquía en los últimos años no auguran nada bueno para el futuro. En mi opinión el capitalismo moderno está evolucionando en una dirección en la que funciona mejor sin una democracia bien desarrollada. El surgimiento en los últimos diez años del llamado capitalismo con valores asiáticos debería hacernos preguntar: ¿Qué pasaría si el modelo chino de capitalismo autoritario fuera un indicio de que la democracia liberal como la entendemos no es ni una condición ni un impulsor del desarrollo económico y que más bien lo entorpece? 

Democracia y libertades personales y sociales

SPIEGEL: El papel de la democracia no es el de abrirle camino al capitalismo sino el de servirle de contrapeso a los peligros latentes de este. En ese sentido la democracia es irreemplazable.

Žižek: Pero para que eso sea verdad se necesita que la democracia vaya más allá del principio de elecciones libres. La libertad de elegir puede llevar a una sociedad en cualquier dirección. En este sentido yo soy leninista. Lenin siempre decía con ironía: Libertad… sí, pero ¿para quién? ¿para hacer qué?
SPIEGEL: Libertad de autodeterminación. Y, primero que todo, libertad de palabra y libertad de opinión.

Žižek: ¡Perfecto! Yo no soy un estalinista que se burla de las libertades civiles y declara que la línea del partido es la única libertad verdadera y real. En asuntos personales y privados la libertad de elección está en crecimiento, aún en la China. Me refiero a cosas como libertad sexual, libertad de viaje, libertad de comercio y libertad de hacerse rico. Pero dudo de que eso sea suficiente y me pregunto si este tipo de libertades personales no son realmente, de pronto, una trampa. Los avances de las libertades personales ocultan la pérdida de libertades sociales. El clásico estado de bienestar está siendo desmontado. Estamos perdiendo de vista el camino que siguen los procesos sociales y no pensamos en el tipo de sociedad en la que queremos vivir. El rango de opciones dentro de las que podemos vivir nuestras libertades individuales tiene que ser redefinido.

SPIEGEL: En otras palabras, hace falta un debate sistemático más amplio. Vimos uno en 1968, cuando las revueltas estudiantiles, pero no culminó en logros reales excepto por ciertos avances de las libertades civiles liberales. En contraste con el deseo de libertad individual, ¿no le parece que la tentación totalitaria se oculta tras la movilización del deseo colectivo de superar el sistema existente?

Eurocentrismo e Ilustración

Žižek: El siglo XX ya terminó. Un régimen totalitario es incapaz de sobrevivir a largo plazo. Si queremos conservar la imagen que tenemos de nosotros mismos en Occidente tendremos que revivir unas discusiones intensas sobre la expansión de las libertades democráticas y el proceso de auto-emancipación. Es en estos puntos donde Europa está más amenazada. Yo soy un izquierdista eurocéntrico. Se ha puesto de moda en círculos de izquierda criticar el eurocentrismo en nombre del multiculturalismo. Pero estoy convencido de que ahora necesitamos a Europa más que nunca. Imaginemos por un momento un mundo sin Europa. Quedarían dos polos: los Estados Unidos con su neoliberalismo brutal y el llamado capitalismo asiático con sus estructuras políticas autoritarias. En el medio estaría la Rusia de Putin con sus aspiraciones expansionistas. Uno perdería la parte más valiosa del legado europeo, donde democracia y libertad implican una acción colectiva que haga posible la igualdad y la equidad.

SPIEGEL: Ese es el legado de la Ilustración, la transición de una inmadurez que nos dejamos imponer a una autodeterminación que escogemos por nosotros mismos.

Žižek: ¡Exactamente! Yo no soy uno de los mejores amigos de Jürgen Habermas pero estoy en un todo de acuerdo con él en este punto. Más que nunca debemos aferrarnos firmemente al proyecto de la Ilustración europea. Es lo único que nos permitiría cambiar los límites de lo que parece posible o realizable.

Democracia electoral y voluntad general

SPIEGEL: Si aceptamos esta meta, ¿no sería esperar muy poco de la democracia liberal?

Žižek: Sí. Deberíamos ir más allá de la democracia liberal. La democracia ordinaria funciona así: los votantes en su mayoría parecen satisfechos con una libertad aparente de elegir. En la realidad siguen instrucciones. Es diciente que la elección favorita de los alemanes es un gobierno de coalición amplia[3]. Por el temor de tener que tomar decisiones verdaderamente radicales, de avanzada, la gente actúa como si las decisiones se hicieran solas, de acuerdo con las circunstancias, dentro de condiciones que las constriñen y predeterminan. Pero algunas veces uno tiene que cambiar el marco que usa para entender las cosas en lugar de quedarse analizándolas  brillantemente y adaptarse a ellas. El desarrollo de la voluntad general, la volonté générale de Rousseau, no ocurre de esta manera. El desarrollo de la voluntad ocurre a nivel individual y privado y es en el fondo apolítico. Esto crea un ambiente propicio para el capitalismo que usando la libertad democrática liberal y el hedonismo del individuo puede movilizar a la gente para sus propios fines haciéndola adicta al trabajo.

Fascismo y estalinismo

SPIEGEL: ¿Qué alternativa ve usted?

Žižek: No habrá un retorno al comunismo. El estalinismo fue en cierto sentido peor que el fascismo, especialmente si consideramos que el ideal comunista era para la Ilustración un camino que llevaría a la auto-liberación del pueblo. Pero esa es también la tragedia de la dialéctica de la Ilustración. El estalinismo es todavía un misterio para mí. El fascismo nunca tuvo las aspiraciones de la Ilustración; solo le impulsaba lograr una modernización conservadora por medios criminales. Hasta cierto punto Hitler no fue suficientemente radical o violento.

SPIEGEL: ¿Qué? ¿Lo dice en serio?

Žižek: Lo que trato de decir es que el fascismo pudo haber sido una reacción contra la banalidad y auto-complacencia de la burguesía, pero que se quedó atrapado en el horizonte de la sociedad burguesa y perpetuó la auto-complacencia de esta. Comparto la idea de Walter Benjamin de que todo surgimiento de fascismo es producto de una revolución fallida. El triunfo del fascismo es el fracaso de la izquierda y prueba que la revolución tuvo su oportunidad pero que la Izquierda no supo cómo aprovecharla.

Liberalismo, crisis capitalista, izquierda

SPIEGEL: ¿Cuál es el estado actual de los valores básicos del liberalismo, libertad, igualdad y equidad? ¿Es la democracia liberal suficientemente fuerte como para protegerse a sí misma de los ataques iliberales?

Žižek: Dudo de que sea capaz de rechazar esos ataques. El sistema capitalista global está llegando a un punto de peligro serio para su supervivencia. Los cuatro jinetes del apocalipsis que lo amenazan son la catástrofe climática, las consecuencias obvias de la investigación biogenética, la ausencia de reglamentación de los mercados financieros y el número creciente de personas excluidas. Las fuerzas de apartheid social se fortalecen a medida que los mercados se globalizan.

SPIEGEL: Los peligros han sido reconocidos y discutidos ampliamente. Sin embargo, ¿le parece que vamos trastabillando hacia el abismo, sin poder parar?

Žižek: La falta de una alternativa clara no implica que simplemente continuemos con el statu quo. A medida que el sistema actual se mantiene y expande aumenta la probabilidad de que haga implosión. Lo único que puede salvar la democracia liberal es un renacimiento de la izquierda. Si los izquierdistas dejan pasar esta oportunidad crecerá el peligro del fascismo o al menos de un nuevo autoritarismo.

Inercia europea: Multiculturalismo, tolerancia, relativismo

SPIEGEL: Estas tendencias son observables hoy mismo: el fundamentalismo religioso, el populismo de derecha y el nacionalismo agresivo.
Žižek: Eso es cierto y la respuesta no puede ser la reacción usual de la izquierda de tolerancia y comprensión. ¡No! Si el liberalismo hace eso se va debilitando poco a poco. Tenemos derecho a fijar límites. En Europa nos sentimos muy culpables; nuestra tolerancia multicultural es el resultado de una mala conciencia, de un complejo de culpa que podría hacer desaparecer a Europa. El mayor peligro para Europa es su inercia, su escape hacia una cultura de apatía y relativismo general. En ese sentido soy dogmático. La libertad no se puede preservar sin un cierto grado de dogmatismo. Yo no quiero sembrar dudas sobre todo o cuestionarlo todo. El dogmatismo liberal se basa en lo que Hegel llamaba substancia moral. Por eso yo también estoy en desacuerdo con toda manifestación de lo políticamente correcto que no es sino un intento de controlar con prohibiciones sociales o políticas algo que debería ser parte de nuestra substancia moral.

Límites de la tolerancia

SPIEGEL: ¿No le parece que toda cultura tiene un ‘umbral de dolor’ para la intolerancia?

Žižek: Hay cosas que es imposible tolerar, "l'impossible-à-supporter" como dijo Jacques Lacan. ¿Qué pasaría si una revista se burlara abiertamente del Holocausto? ¿Qué pasa con los chistes percibidos como sexistas o racistas? La posición libertaria y de izquierda liberal con respecto a la ironía en general y al humor ofensivo tiende a expresarse en la dirección opuesta, hacia una mayor sensibilidad con respecto a la impotencia de otros. Por ejemplo, los chistes obscenos ponen a prueba el margen de tolerancia de muchos grupos culturales. Personalmente me gustan mucho.

SPIEGEL: ¿Lo dice en serio?

Žižek: En la antigua Yugoeslavia cada una de las repúblicas de la federación tenía un chiste sobre las otras. Por ejemplo, los montenegrinos eran considerados perezosos. En Montenegro la tierra tiembla con frecuencia. Así que se hacía la pregunta: ¿por qué un montenegrino mete su pene en todo roto o rendija que ve? Está esperando el próximo temblor de tierra pues le da pereza masturbarse. O piense en los chistes judíos. Ellos son maravillosos en su capacidad de burlarse de sí mismos. ¿Ha oído este? Una polaca judía –tienen fama de ser muy serios en sus cosas- se agacha para limpiar el piso de baldosa. El marido llega, la ve agachada, con las nalgas al aire, se excita, le alza la bata y la penetra. Cuando termina le pregunta si ella también ha tenido un orgasmo. No, contesta ella, todavía me faltan tres baldosas. Sin conversaciones obscenas como esas no tenemos ningún contacto real entre nosotros, solo un respeto frío.

SPIEGEL: Yo no le daría mucho valor a ese tipo de pruebas.

Žižek: Hay límites, por supuesto. Esto se puede convertir en un problema explosivo si dos grupos religiosos o étnicos que viven muy cerca el uno del otro tienen maneras de vivir opuestas e interpretan la crítica de su manera de vivir como un ataque a su identidad misma.

La cultura liberal dominante

SPIEGEL: ¿No es precisamente ese el conflicto implícito en la frase que se ha vuelto popular últimamente de que el islam es también parte de Europa?

Žižek: La tolerancia no es una solución en este caso. Lo que necesitamos es lo que los alemanes llaman Leitkultur, una cultura principal, dominante, que regule la manera como diferentes subculturas interactúan. El multiculturalismo, con su respeto mutuo por la sensibilidad del otro, deja de funcionar cuando llegamos al punto de lo que es "impossible-à-supporter". Para los musulmanes devotos es imposible tolerar nuestras imágenes blasfemas y nuestro humor irrespetuoso, que son parte de nuestra libertad. Pero Occidente, con sus costumbres liberales, también encuentra intolerables los matrimonios forzados o la segregación de la mujer, que son parte de la vida musulmana. Por eso como persona de izquierda sostengo que necesitamos crear nuestra propia cultura dominante.

SPIEGEL: ¿Cómo podría ser esa cultura dominante? A veces hasta la aplicación universal de los derechos humanos es criticada en nombre de las diferencias culturales.

Žižek: La cultura dominante europea es la universalidad de la Ilustración; dentro de ella los individuos se ven a sí mismos a través de esta universalidad. Esto implica que uno tiene que ser capaz de abandonar sus características e ignorar sus posiciones particulares en lo social, religioso y étnico. No es suficiente que nos toleremos unos a otros. Debemos tener la capacidad de vivir nuestra propia identidad cultural como algo contingente, algo que puede cambiar.

El individuo universal

SPIEGEL: El individuo universal es una abstracción. No existe en la vida real. En la realidad cada persona pertenece a un grupo o comunidad.

Žižek: El individuo universal es una realidad en nuestros días. Además de manzanas, peras y uvas debe haber un lugar para la categoría de frutas como tales. Me encanta la belleza de esta idea platónica. La gente pertenece a un grupo dado pero al mismo tiempo es parte de una dimensión universal. Yo no permanezco el mismo en el curso de mi vida, pero sí continúo siendo yo mismo. Tampoco una comunidad es cosa cerrada. Una persona puede salir de una comunidad y entrar a otra. Nuestra identidad está hecha de varias identidades que existen sucesiva y paralelamente.

SPIEGEL: Un poema de Guillaume Apollinaire reza: “Los días pasan, yo no”.

Žižek: Dicho en términos cristianos: El espíritu santo está en todos nosotros, todos lo compartimos independientemente de la identidad que nos haga parte de una comunidad dada. Yo soy ateo pero admiro el principio emancipador del mensaje cristiano: deja tu padre y tu madre y sígueme, dice Cristo. Es como decir: deja atrás tu comunidad para que encuentres el camino a la universalidad de la humanidad.

La libertad de emanciparse

SPIEGEL: La emancipación es un acto de violencia, una separación y un levantar raíces. El islam no le permite a la gente dejar la comunidad de creyentes.

Žižek: No hay libertad, al menos no hay libertad universal, sin un momento de violencia. Separarse de las raíces de uno es un acto de fuerza, una fuerza que no tiene que ser física y que tiene algo de redentora. Fíjese, no es el acto de destruir lo que nos hace especiales. Estamos pegados a nuestras idiosincrasias. Pero tenemos que aceptar que lo particular está basado en una contingencia, una casualidad que no es consubstancial al ser. La universalidad es una puerta abierta a una contingencia radical.

SPIEGEL: ¿Qué implicaciones políticas tiene eso?

Žižek: Jomeini, el líder revolucionario iraní, dijo una vez: Nosotros los musulmanes no le tenemos miedo a las armas occidentales o al imperialismo económico; lo que tememos es la corrupción moral de Occidente. La manifestación extrema de este rechazo es el Estado Islámico o el Boko Haram, que lo hace con mayor violencia. ¡Qué fenómeno tan extraño! Un movimiento social y político cuyo objetivo principal es mantener a la mujer sin educación y relegada a su lugar. El viejo lema de los años sesenta de que todo lo sexual es también político adquiere un significado nuevo aquí: la preservación de una estricta jerarquía sexual se convierte en el más importante imperativo político. ¿No experimentamos una actitud similar aunque menos radical en la reacción rusa al Festival de la Canción de Eurovisión porque lo ganó una Conchita Wurst barbada? El nacionalista ruso Vladimiro Chirinovski dijo en mayo pasado: “Ya no hay hombres y mujeres en Europa, solo ello”. Aún nuestra iglesia católica moviliza el mismo pánico con su resistencia al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Religión: Fe vs Control político

SPIEGEL: ¿Es el hedonismo individual ilimitado lo único que tenemos para oponernos a ese fundamentalismo?

Žižek: No, por dos razones. La primera es que nuestro oponente no es realmente la religión. Zivko Kusti, sacerdote católico nacionalista croata, ha afirmado que el catolicismo es un símbolo de que el pueblo no está preparado para renunciar su herencia natural y cultural, la “croacianidad total”. Esta posición deja claro que ya no se trata de un asunto de la fe y sus verdades sino de un proyecto político-cultural. La religión en este caso es solo un instrumento, un indicador de nuestra identidad colectiva. Está también relacionado con la porción del público controlada por la gente de uno, el grado de hegemonía que ejercen los “nuestros”. Por eso Kusti cita con aprobación al comunista italiano que dice: “Yo soy un ateo católico”. Es eso también a lo que se refiere Anders Breivik, el asesino que cometió una masacre en Noruega, quien no es muy religioso personalmente pero que considera la herencia cristiana como un fundamento de la identidad europea. La segunda razón, que es más importante, es que la libertad personal ilimitada de elegir se combina muy bien con el capitalismo contemporáneo en el sentido de que los procesos económicos y sociales son cada vez más impenetrables. Hedonismo individual y fundamentalismo se refuerzan uno a otro. Uno puede combatir efectivamente el fundamentalismo solo con un nuevo proyecto colectivo de cambio radical. Y eso no tiene nada de hedonismo trivial. 

Permanencia, contingencia, rupturas

SPIEGEL: ¿Quién determina qué es contingente y qué es substancial? Para un musulmán ortodoxo el velo de la cabeza no es contingente, es substancial.

Žižek: Ahí está lo que hace explosivo el problema. Una muchacha, una mujer, debe decidir eso por sí misma. Para hacerlo debe estar libre de la presión de la familia y la comunidad. Y ahí radica la violencia emancipadora: la única manera de obtener autonomía es despegándose se las raíces, arrancándose a sí misma de la presión que le hace la comunidad para que se someta. Por eso uno de mis héroes es Malcolm X. La “X” representa el rompimiento con las raíces. El hacerlo no lo llevó a buscar sus raíces africanas. Al contrario, lo vio como una oportunidad de obtener una nueva libertad universal.

SPIEGEL: ¿Y usted acepta esa violencia?

Žižek: Yo acepto esa violencia porque es el precio de la contingencia verdadera y de la liberación del ser. Es como un juego sado-masoquista. Los participantes pueden compartir todas las perversiones. En cualquier momento, sin embargo, cualquiera puede decir: “Alto. Ya no más. Aquí acabo y me voy”. El progreso en las democracias occidentales consiste en ampliar constantemente el campo de la universalidad y, al hacerlo, diversificar al mismo tiempo la libertad de elección entre decisiones contingentes. Pero contingencia no es lo mismo que trivialidad. Los logros colectivos más valiosos que tenemos son contingentes, han llegado de la nada y se deshacen con nuestras identidades substanciales.

Espacios públicos y solidaridad en la lucha

SPIEGEL: ¿Es la lucha interminable para ampliar los espacios públicos libres el trabajo de intelectuales públicos como usted? Eso sería más parecido a la sociedad abierta de Karl Popper que a la revolución proletaria de Marx.

Žižek: Por dios, cualquier cosa menos Popper. En ese sentido yo todavía soy marxista porque lo importante para mí es la infraestructura de la libertad inherente en las instituciones. Los especialistas -idiotas en el sentido original de la palabra- se encargan de encontrarle solución a problemas específicos. El intelectual se encarga de hacer preguntas de una manera diferente y de reflexionar acerca de las condiciones sociales para ejercer las libertades civiles personales. En su ensayo Qué es la Ilustración Kant establece una diferencia entre los usos privados y públicos de la razón. Esto es más relevante hoy en día que en el pasado. De acuerdo con Kant el uso público de la razón implica pensar libremente, independientemente de presiones políticas o religiosas, mientras que el uso de la razón al servicio del estado es privado. Nuestra lucha hoy, y eso incluye WikiLeaks, es mantener vivo el espacio público.

SPIEGEL: Entonces, ¿cómo podemos desarrollar una solidaridad emancipadora entre grupos que son culturalmente diferentes?

Žižek: Hay que luchar. La universalidad vacía no es suficiente, por supuesto. El conflicto de culturas no debería resolverse por medio de un sentimiento de humanismo global sino, por encima de todo, con solidaridad con los que luchan dentro de cada cultura. Nuestra lucha de emancipación debe complementarse con una lucha contra del sistema de castas de la India, en favor de la resistencia obrera en China, por los palestinos, contra el antisemitismo, por WikiLeaks y Pussy Riot. Todo es parte de la misma lucha. Faltando esa solidaridad tendríamos que dedicarnos a matarnos los unos a los otros.
SPIEGEL: Le agradecemos esta entrevista, señor Žižek.


[1] Se refiere a la edición en pasta blanda de Vida al final de los tiempos originalmente publicada en pasta dura en el 2011.

[2] Un resumen de la posición de Žižek sobre el islam, modernismo y valores liberales occidentales se encuentra en http://www.newstatesman.com/world-affairs/2015/01/slavoj-i-ek-charlie-hebdo-massacre-are-worst-really-full-passionate-intensity

[3] Nota del editor original de la entrevista: una coalición de gobierno formada por los dos partidos más importantes, el Social-Demócrata de centro-izquierda y el Demócrata Cristiano conservador

Tomado de DER SPIEGEL – Edición Internacional Inglesa de 03/31/2015
URL: http://www.spiegel.de/international/zeitgeist/slavoj-zizek-greatest-threat-to-europe-is-it-s-inertia-a-1023506.html


Traducción, adaptación y subtítulos de Luis Mejía
25 de abril del 2015
Publicado en blogluismejia.blogspot.com




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