The New Yorker es una de esas revistas culturales de Estados Unidos que hacen periodismo investigativo, critican con frecuencia la vulgaridad y ordinariez de los figurones del statu quo y asumen la existencia de lectores cultos capaces de apreciar artículos escritos con corrección gramatical, elegancia de estilo y ocasionales referencias a los clásicos. Por lo mismo, es considerada liberal, izquierdista o socialista en amplios sectores de la derecha que prefieren la cultura completamente ausente en la opinión pública. En julio del año pasado, por ejemplo, la revista publicó un artículo muy detallado sobre la manera como un millonario occidental adquirió derechos de explotación en una mina de mineral de hierro en la república africana de Guinea con una mera inversión del 3.2% del valor estimado de la misma. Repetición innecesaria es decir que lo hizo con la ayuda consciente y deliberada de las elites gobernantes de ese país.
A continuación presento un resumen en castellano de ese artículo. Asumo responsabilidad por los errores de traducción, interpretación y simplificación atribuibles a mi trabajo.
El lector hará bien en tener en cuenta que la situación descrita sucede en cada uno de los países subdesarrollados –expresión esta incorrecta a los ojos de las elites locales que leen en ella, y con toda razón, un juicio negativo sobre sus habilidades como gerentes y administradores de los mismos-. En una segunda parte de este tema haré una breve actualización del conflicto de intereses entre Guinea y el inversionista extranjero que intentó hacer una fortuna con la riqueza de ese pueblo. En una tercera parte haré una comparación somera con algunos proyectos mineros en Colombia que pueden tomarse como típicos latinoamericanos.
El lector excusará la longitud de estos textos. Ha de entender que uno no puede desarrollar una opinión informada sobre temas de importancia con base en eslóganes, lemas y resúmenes preparados por los mitómanos de las agencias de publicidad.
SECRETOS ENTERRADOS: El mineral de hierro de Guinea y el multimillonario que logró controlarlo con mínima inversión
The New Yorker – 8 de julio del 2013
Por Patrick Radden Keefe
Guinea, mineral
de hierro y desarrollo económico
Guinea es uno de los países más pobres del mundo.
Tiene poca industria, poca electricidad y pocas vías carreteables. Las
instituciones públicas a duras penas funcionan. Más de la mitad de la población
es analfabeta. Todo a pesar de ser un país rico en recursos naturales como
mineral de hierro, bauxita, diamantes, oro, uranio y petróleo.