El gobierno ruso ha prohibido el uso de palabras obscenas en los artículos publicados por los medios de comunicación de masas y en los comentarios que hagan los lectores de estos. Así lo informa la página web de RT, canal ruso de televisión, en nota fechada el 25 de diciembre último.
La
Agencia Supervisora Federal para las Comunicaciones y las Tecnologías de
Información de la federación rusa ha decretado que en adelante no se podrán usar
“términos obscenos relativos a los órganos genitales masculinos, términos obscenos
relativos a los órganos genitales femeninos, términos obscenos relativos al
acceso carnal y términos obscenos relativos a mujeres de virtud fácil así como todos
los derivados de las palabras arriba mencionadas”. La repetición de palabras y
el orden en que se listan los órganos sexuales es propio del texto oficial que
no quiere dejar ambigüedades sobre el alcance de la norma y la jerarquía de los
sexos.
RT,
el canal de televisión de propiedad de la fundación TV-Novosti y considerado
por algunos como órgano informalmente oficial de noticias del gobierno, es
frecuentemente una buena fuente de información sobre Rusia y el mundo, excepto
cuando toca temas relacionados con el presidente de la federación rusa Vladímir
Putin pues en estos casos pierde la objetividad del periodismo profesional.
La
norma expedida por los funcionarios rusos recuerda un debate que hubo
recientemente en México y en Colombia sobre las palabras que deben proscribirse
del lenguaje hablado y escrito. Este tema fue tratado ya en este blog.
En
una muestra de respeto a la igualdad de los pueblos, la misma fuente informa en
nota del 23 de diciembre que en el 2013 hubo en los Estados Unidos 49 intentos
por parte de funcionarios estatales y municipales, distritos escolares y padres
de familia de eliminar libros en las bibliotecas escolares por razón de su
contenido sexual explícito, referencias al uso de drogas adictivas o lenguaje
vulgar. Entre los autores que los niños estadounidenses no deberían leer se
encuentran Ana Frank, Isabel Allende, Rudolfo Anaya, Toni Morrison, Alice
Walker y Ralph Ellison.
Para
confirmar que la estupidez es un don universal la censura del lenguaje en Rusia
y los Estados Unidos recuerda el auto de fe presidido por un abogado colombiano
de nombre Alejandro Ordoñez -elegido en mala hora por el Congreso Colombiano
como Procurador General de la Nación- el 13 de mayo de 1978, en la ciudad de
Bucaramanga, cuando en compañía de media docena de compinches hizo una pira con
libros robados de una biblioteca pública para castigar su contenido científico,
humanista, irreligioso o sexual . Unos volantes que circularon días antes
invitaban a los lugareños a quemar “publicaciones corruptoras”. Este episodio a su turno recuerda la gran pira
de libros árabes y judíos ordenada por el cardenal Cisneros en Granada en 1499
prácticamente por la misma razón. Por fortuna para los colombianos ni Bucaramanga
era el centro de saber que fue Granada ni Ordoñez tiene el respaldo de dios y el
rey que tuvo Cisneros.
Carlos
Vidales, el intelectual público colombiano conocido ya de todos mis lectores,
ha escrito una magistral crítica del ukase contra la obscenidad en el lenguaje.
Dice: