Publicado
originalmente en RAZÓN PÚBLICA
Domingo, 04
de Agosto de 2013
En la actual reforma migratoria están en juego los cálculos electorales
de demócratas y republicanos y se expresa el pulso entre argumentos pluralistas
y principios excluyentes y racistas. Una
reforma en la incertidumbre.
Promesas de campaña
Durante su
primer periodo de gobierno el presidente Obama incumplió la promesa de reformar
el régimen migratorio y de solucionar el problema de los inmigrantes
indocumentados en Estados Unidos.
La crisis
financiera y las dos guerras heredadas de Bush monopolizaron la atención del
presidente y del congreso. Los esfuerzos para lograr la reforma del sistema de
salud, la radicalización opositora del Partido Republicano y el respaldo
desganado de sectores demócratas, limitaron la capacidad del gobierno en áreas
importantes de política económica y social.
Durante la
campaña de reelección el presidente se jugó a fondo la carta de la legislación
migratoria. Sus promesas dieron resultado y recibió el apoyo de los parientes,
amigos o conocidos de los indocumentados a quienes prometió ayudar, entre
quienes se cuentan más de doce millones de hispanos.
El
presidente Obama re-asumió el liderazgo del país con la fuerza y claridad que
le daban la urnas y en su discurso inaugural puso el problema migratorio entre
las prioridades y lanzó un reto al Congreso para que legisle sobre la materia. Era
la hora de las decisiones.
La propuesta
En el
Congreso se creó un comité coordinador de la reforma migratoria integrado por
ocho senadores –cuatro demócratas y cuatro republicanos-, el cual inició sus
contactos informales en diciembre de 2012 y redactó un proyecto de 844 páginas
que abarca cuatro asuntos:
· Reformar
el sistema de visas (permanentes, turista, estudiante, trabajador temporal) y
el proceso de naturalización.
· Reforzar
la frontera con México para frenar las migraciones ilegales.
· Reforzar
el cumplimiento de las leyes de inmigración dentro del país.
· Crear una
ruta para la inserción de los inmigrantes indocumentados en el mundo formal de
los derechos laborales, civiles y políticos.