Publicado
originalmente en Razón Pública
17
Diciembre 2017
La
inmigración: ¿un problema?
Bajo el liderazgo de Donald Trump, el gobierno de Estados
Unidos ha tendido a improvisar sus decisiones y a dar bandazos continuos.
Pero la deportación de los inmigrantes indocumentados y la reducción de los
refugiados e inmigrantes autorizados han sido temas constantes y casi obsesivos
para la nueva administración.
Tanto así que los defensores de las políticas
antimigratorias han asegurado que los inmigrantes son o suelen ser un problema.
En el plano económico, si no trabajan, si desplazan al personal nativo o
inducen a una baja en sus salarios, y en lo social, si cometen
significativamente más crímenes que la población nativa.
Sin embargo los inmigrantes contribuyen al crecimiento
económico, pagan impuestos, aportan a los fondos de seguridad social y cometen
menos crímenes que los nativos. Todos estos factores han contribuido a
que el Gobierno de Obama, la Organización de las Naciones Unidas, iglesias y
ONG buscaran amparar a los inmigrantes en Estados Unidos.
Pero hoy en día la situación es devastadora: los once
millones de inmigrantes indocumentados son víctimas de la actitud
segregacionista de la administración de Trump, lo que los ha puesto en
situaciones de precariedad laboral, aislamiento social, falta de protección
legal frente al crimen y privación de los servicios de salud y educación.
La
burocracia contra los inmigrantes
Para llevar a cabo sus estrategias antimigratorias, y
haciendo una interpretación literal de las leyes sobre inmigración, Trump ha
construido lo que el Chicago Tribune denomina “la barrera burocrática
a la inmigración”. Algunos elementos de esta barrera son:
- La reducción del 60
por ciento en el número de refugiados aceptados anualmente.
- Una política
agresiva de deportaciones.
- La suspensión
durante seis meses de programas de reasentamiento de refugiados.
- La eliminación de
la opción rápida de ciudadanía para soldados voluntarios.
- La prohibición a
ciudadanos de países musulmanes de viajar a Estados Unidos.
- La construcción de
un muro en la frontera mexicana.
- La consolidación de
bases de datos compartidas entre agencias de inmigración y departamentos
locales de policía.
- La participación de
funcionarios estatales y municipales en la persecución de indocumentados.
- La propuesta de
reducción de visas de residente de un millón a medio millón al año.
- La propuesta para
aumentar el número de jueces de inmigración, los centros de detención y los
guardias fronterizos.
Esto es apenas el reflejo de los esfuerzos de Trump para
eliminar algunas legislaciones promovidas por gobiernos anteriores que buscaban
amparar a los inmigrantes en Estados Unidos. Ejemplos de estas legislaciones
son el Daca, el Dapa, el TPS, las ciudades santuario y el pacto mundial sobre
migración.
Daca
El programa de Acción Diferida para los Llegados en la
Infancia (Daca, por sus siglas en inglés) fue creado por la administración
Obama para amparar cerca de 800 mil inmigrantes jóvenes llegados al país
antes de cumplir los dieciséis años.
El programa buscaba aplazar la deportación, brindar
permisos para trabajar y facilitar el ingreso de estos jóvenes a la
universidad. Para recibir estos beneficios, los jóvenes inmigrantes entregaron
al gobierno su información personal, incluyendo su domicilio y el de sus
padres.
Trump, en su campaña presidencial, llamó a esta
iniciativa una “amnistía ilegal” y prometió ponerle fin. Siguiendo lo dicho, el
presidente ordenó el cese del programa a partir de abril del 2018, acción que,
sin embargo, quedaba abierta al dictamen del Congreso, el cual, al ser de
mayoría republicana, seguramente dejará que este programa expire.
Dapa
La Acción Diferida para Padres de Estadounidenses y
Residentes Legales Permanentes (DAPA, por sus siglas en inglés) fue creada
también por la administración de Obama en el 2014 con el fin de aplazar la
deportación de los inmigrantes indocumentados cuyos hijos fueran ciudadanos o
residentes legales de Estados Unidos.
Demandado por ilegal, fue suspendido por el juez de
conocimiento. En junio pasado el régimen de Trump desistió de defenderlo en corte y lo terminó formalmente.
TPS
El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en
inglés), creado también por la administración Obama, cubre aproximadamente a
320 mil inmigrantes indocumentados – el tres por ciento de los 11 millones de
indocumentados–, los cuales se benefician de la protección temporal contra la
deportación ofrecida a los oriundos de diez países diferentes.
La ley facultó al Gobierno para crear este programa
cuando las desgracias de un país hicieran imposible que sus ciudadanos
regresaran o cuando ese país no estuviera en condiciones de recibirlos.
Los beneficiarios del programa han vivido en Estados
Unidos durante diecinueve años en promedio. El 69 por ciento está empleado,
participa en actividades cívicas y tiene un total de 275 mil hijos nacidos en
Estados Unidos, los cuales tienen derecho a la ciudadanía. La repatriación de
los padres romperá la unidad familiar. La mayoría son originarios de Haití, El
Salvador y Honduras.
El Gobierno ha decidido que las condiciones de vida de
los países de origen han mejorado y que los beneficiarios del programa pueden
regresar a hacer sus vidas y beneficiar a sus países con las habilidades
laborales y los principios democráticos aprendidos en Estados Unidos.
Así, el gobierno adelanta acciones para terminar el programa que
beneficia a estas personas.
Ciudades
santuario
Durante las guerras civiles patrocinadas por Estados
Unidos en Centroamérica, una oleada de inmigrantes llegó al país en los años
ochenta. Rechazados por el gobierno, fueron protegidos por la sociedad civil,
especialmente por iglesias opuestas a la intervención del país en el exterior.
La presión del régimen trumpiano sobre los inmigrantes ha
llevado a gobernantes estatales y municipales a declarar como santuarios a sus
jurisdicciones, de ahí que se rehúsen a colaborar con el Gobierno federal en la
búsqueda y deportación de inmigrantes indocumentados.
En represalia, el régimen ha amenazado con suspender
transferencias presupuestales del Gobierno federal a los gobiernos locales. Sin
embargo, sometido el asunto a la consideración de un juez, este determinó que
el Gobierno no puede cambiar la destinación de fondos presupuestados por el
Congreso.
Pacto
mundial sobre migración
La asamblea general de Naciones Unidas aprobó en el 2016
una declaración de derechos y garantías para inmigrantes y
refugiados, y puso en marcha la preparación de un tratado mundial que haga
la migración “segura, regular y ordenada”, con el fin de proteger los
inmigrantes vulnerables y repartir de manera más equitativa la carga de acoger,
proteger y apoyar a los refugiados.
Trump ha ordenado el retiro de Estados Unidos de esta
iniciativa, alegando que esta no es compatible con la soberanía nacional y que
no coincide con las políticas del gobierno.
Esta decisión tiene un valor simbólico. Es un mensaje de
xenofobia que encaja dentro de la actitud del régimen.
Violencia
discriminante
El gobierno de Trump ha alentado las voces de odio, los
actos de violencia y ha buscado afirmar y crear prejuicios raciales en contra
de sus opositores.
Evidencia de las acciones de odio la presenta el Centro
para el Estudio del Odio y el Extremismo de la Universidad del Estado de
California, que reportó 827 crímenes de odio en trece ciudades mayores en
el año 2017.
Además, el Centro Legal sobre Pobreza en el Sur (Southern
Poverty Law Center) considera que Trump ha abierto las puertas de la Casa
Blanca al extremismo consultando con grupos extremistas algunas políticas que
pueden debilitar los derechos civiles y nombrando personas racistas para cargos en el Gobierno.
Trump y su equipo llaman a los inmigrantes
indocumentados, inmigrantes ilegales y los ataca como criminales y ladrones de
empleo haciendo uso del poder emocional que tienen algunos crímenes aislados
para demostrar el supuesto peligro que representan 11 millones de
indocumentados.
En el régimen de Trump el odio y la discriminación son el
premio de consolación de los problemas reales que aqueja la población.
Luis
Mejía – 20 de diciembre del 2017
Reproducido
de Razón Pública en blogluismejia.blogspot.com
"The billionaire’s claim to be a champion of the downtrodden always looked like a fantasy, as did his claim about the impact of migrant labour. But there were enough people, desperate and angry, and who felt the benefits of a global economy had passed them by, who were willing to roll the dice for him."
ReplyDeletehttp://www.independent.co.uk/voices/trump-tax-latest-jerusalem-suffer-poll-promises-campaign-a8120946.html
THE WALL: The real costs of a barrier between the United States and Mexico
ReplyDeletehttps://www.brookings.edu/essay/the-wall-the-real-costs-of-a-barrier-between-the-united-states-and-mexico/
EL MURO: El verdadero costo de la barrera entre Estados Unidos y México
https://www.brookings.edu/es/essay/el-muro-el-verdadero-costo-de-la-barrera-entre-estados-unidos-y-mexico/
Publicado en El Espectador:
ReplyDeletehttps://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/inmigracion-el-odio-obsesivo-de-trump-articulo-734730