Tuesday, March 31, 2015

LIBERALISMO Y OCCIDENTE: PRESENTE Y FUTURO DE UN PARADIGMA POLÍTICO



Introducción

El liberalismo como ideal de organización del estado se basa en un conjunto de normas e instituciones enderezadas a proteger la libertad personal, la representación democrática de los ciudadanos y los derechos humanos.

En general el ideal liberal implica soberanía de la ley, igualdad ante esta, elecciones libres y regulares, alternación de partidos en el poder, representación de diferentes segmentos de la población en órganos del poder, tolerancia de la crítica y las minorías, separación de los órganos del poder, limitación de términos del ejecutivo, derechos civiles y garantías sociales. Entre estos se incluyen, por ejemplo, las libertades de pensamiento, fe religiosa, opinión, prensa, asociación, domicilio y movimiento, el derecho a la vida, a la integridad personal y a la propiedad privada, a ser juzgado conforme a reglas preestablecidas, a ejercer la libertad propia sin más límite que el respeto a la libertad ajena. Todo esto supone, por supuesto, un estado y unas autoridades que reconocen límites a sus poderes y aceptan la existencia de ciudadanos libres de hacer cuanto no prohíba la ley, la cual, a su turno, solo se extiende hasta donde haga falta para mantener un mínimum de convivencia y orden social. Literariamente las constituciones de los estados latinoamericanos son una bella antología de ideas liberales.

En el mundo moderno la noción de democracia se ha ido disociando en la práctica del ideario liberal y se ha reducido a un mero mecanismo electoral para acceder al poder y conservarlo. Los gobernantes de muchos países legitiman su posición con el concurso de los ciudadanos que participan en elecciones más o menos limpias y ejercen el poder de manera más o menos iliberal.

Thursday, March 5, 2015

LEGADO DE R. NIXON A AMÉRICA LATINA: EXENCIÓN PRESIDENCIAL DE ILEGALIDAD



Ilegalidad en el despacho presidencial de los Estados Unidos

En la primera mitad del decenio de los 70 funcionarios asignados al despacho presidencial de la república estadounidense planearon, ordenaron, ejecutaron y supervisaron una serie de actividades ilegales para recoger información sobre personas que le hacían oposición política al presidente Richard Nixon.  De estas actividades estaba enterado el presidente.

Los funcionarios de la Casa Blanca hicieron espionaje doméstico, utilizaron las agencias del gobierno para actividades no autorizadas por la ley, contrataron delincuentes comunes para realizar actos ilegales, utilizaron fondos reservados de la campaña de reelección del presidente para comprar el silencio de actores y testigos y usaron sus posiciones para destruir pruebas y encubrir los hechos. Fueron descubiertos. Y vino lo que el presidente Nixon hubiera podido llamar, con un mal uso de la palabra, la hecatombe: perdió el poder.

ENTREVISTA CON RICHARD NIXON



El siguiente es un extracto de la entrevista que David Frost hizo a Richard Nixon en 1977 según transcripción publicada por el diario inglés The Guardian:

David Frost: La mareada de descontento -ocasionalmente violento- que recorrió a los EEUU a raíz del ataque a Camboya por parte de los ejércitos de los Estados Unidos y Vietnam del sur en 1970 indujo al presidente Nixon a exigir mejor información por parte de los órganos de inteligencia sobre sus opositores domésticos. Un asistente de la oficina jurídica de la Casa Blanca coordinó reuniones con la CIA, el FBI y otras agencias de policía e inteligencia para este efecto.

De estas reuniones salió el Plan Huston que recomendaba el uso sistemático de espionaje telefónico, grabaciones subrepticias,  violaciones de domicilios y oficinas privadas -llamadas operaciones de valija negra-, violación de correspondencia e infiltración de grupos anti-guerra. Algunas de estas actividades eran ilegales, de acuerdo con la oficina jurídica. Sin embargo, el presidente aprobó el plan. El director del FBI se opuso y el plan fue archivado.

Diría usted que hay circunstancias concretas –y el Plan Huston sería una de ellas- con respecto a las cuales el presidente puede decidir que convienen a los altos intereses nacionales y ordenar algo ilegal?

Richard Nixon: Cuando el presidente lo ordena quiere decir que no es ilegal.

Sunday, March 1, 2015

LOS COLOMBIANOS, UN PUEBLO TAN FELIZ…



Todos los años, cuando salen los resultados de la encuesta mundial de felicidad, me pregunto por qué son tan felices los colombianos y no encuentro respuesta que aclare lo que para mí es un misterio: el medio ambiente, la arquitectura urbana, los servicios públicos desde el transporte hasta la administración de justicia pasando por el suministro de agua potable y el acceso a internet, la calidad de la educación para la mayoría de la población, la convivencia con extraños en barrios residenciales, calles y centros comerciales, la información y el entretenimiento ofrecidos por los medios de comunicación de masas, la profundidad y elegancia de los debates en los cuerpos legislativos, la capacidad mental y la fibra moral de los funcionarios públicos, la cultura popular y la filantropía de las elites, la calidad de vida de la mayoría de la población, las actitudes de guerrilleros y soldados con respecto a la población civil campesina son todas cosas ausentes o contrahechas que , en mi opinión, pueden combinarse para deprimir más que para exaltar el ánimo.

IGLESIA EN MOVIMIENTO: PAPA Y PUEBLO, INSTITUCIÓN Y MISIÓN



Extracto del libro El futuro de la iglesia católica y el papa Francisco de Garry Wills

¿Una institución estática?

El papa Francisco despierta entusiasmo en algunos católicos y temor en otros, y por la misma razón en ambos: la perspectiva de cambio. La iglesia católica es la institución más antigua de la civilización occidental. Uno de los secretos de su larga vida es sin duda su capacidad de evadir y sobrevivir las rupturas y faltas de continuidad de los últimos veinte siglos. Desde este punto de vista una iglesia que cambia no es la iglesia católica. Inmutabilidad debe ser parte de su ADN.

Conviene saber muy poca historia para mantener este punto de vista. Si uno parte del principio de que la iglesia fue siempre lo que es ahora todo lo que tiene que hacer es extrapolar hacia el pasado lo que vemos ahora.

FREUD VS OPUS DEI: HOMOSEXUALIDAD, CIENCIA Y SUPERSTICIÓN



El 9 de abril de 1935 el Dr. Sigmund Freud respondió la carta de una madre estadounidense angustiada que le pedía ayuda para curar a su hijo. Le dijo Freud

Apreciada señora:

Deduzco de su carta que su hijo es homosexual.  Me llama mucho la atención el hecho de que usted no usa esta palabra en la información que me da de él. ¿Podría decirme por qué la evita? La homosexualidad es con seguridad algo que no es ventajoso, pero no es cosa de la que haya que avergonzarse, ni es un vicio, ni es degradante; no puede ser clasificada como una enfermedad.  Nosotros consideramos que es una variación de la función sexual producida por una cierta limitación en el desarrollo sexual. Muchas personas grandemente respetadas en el pasado y el presente han sido homosexuales, algunas de ellos entre los más nobles seres humanos (Platón, Miguel Ángel, Leonardo de Vinci, etc.). Es una gran injusticia perseguir la homosexualidad como si fuera un crimen; además, es una crueldad. Si  usted no me cree lea los libros de Havelock Ellis.

Al preguntarme si puedo ser de ayuda usted se refiere, supongo, a si puedo abolir la homosexualidad y reemplazarla con una heterosexualidad normal. La respuesta es que en general no podemos prometer que lo lograremos. En un cierto número de casos logramos desarrollar los gérmenes disminuidos de tendencias heterosexuales que están presentes en todo homosexual; en la mayoría de los casos ya no es posible. Es cosa de la calidad y la edad de la persona. Los resultados del tratamiento no pueden ser previstos.

Lo que el análisis [nota: psicoanálisis] puede hacer por su hijo va en una dirección diferente. Si él es desdichado, neurótico, paralizado por conflictos internos, cohibido en su vida social, el análisis puede darle armonía, paz interior, completa eficiencia, sea que siga siendo homosexual o que cambie. Si usted decide –y no espero que lo haga- que él empiece análisis conmigo él deberá venir a Viena. No tengo intención de irme de aquí. Sin embargo, no deje de dejarme saber su decisión.