Sunday, May 27, 2012

TLC Colombia- EEUU: Impacto Social y Político Visto por el Senador Jorge Enrique Robledo


Charla Del Senador J.E. Robledo en City University of New York

Introducción

El Grupo de Estudios Colombianos del Centro de Estudios de Post-Grado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY Graduate Center) ha tenido en lo que va corrido del año un programa muy apretado de discusiones académicas sobre los problemas sociales, económicos y políticos de la sociedad colombiana. Es parte de un interés de la academia estadounidense en los procesos de paz, desarrollo, equidad social y movilización de la población que se están viviendo en Colombia y cuyo éxito o fracaso servirán de lecciones a otras sociedades que también están pasando por situaciones similares de conflicto interno, divisiones a veces violentas dentro de las distintas clases sociales y estamentos políticos, disrupciones en el desarrollo nacional causadas por la lucha entre la tradición y la modernidad e intentos de establecer un grado de convivencia pacífica entre sectores nacionales con intereses económicos y políticos divergentes.

Como parte de las actividades de este grupo de estudios colombianos se presentó el 17 de los corrientes el senador Jorge Enrique Robledo del Polo Democrático Alternativo para hablar del futuro de Colombia dentro de la situación creada por el Tratado de Libre Comercio que su gobierno ha firmado con los Estados Unidos. A continuación transcribo las notas que tomé durante su presentación. Advierto al lector atento que tomé estas notas a la manera de estudiante pre-computadora portátil y pre-grabadora ubicua: a mano, a medida que hablaba el expositor, tratando de capturar la idea esencial; en consecuencia, cualquier error o imprecisión en lo que atribuya al senador Robledo es de mi propia autoría.

Comercio Internacional vs. TLCs

Los que se oponen al TLC no se oponen al comercio ni se proponen aislar a Colombia. El debate debería plantearse sobre la pregunta ¿cómo relacionar a Colombia con el mundo?, más exactamente ¿cómo relacionar a un país débil como Colombia con un país o un grupo de países poderosos, como EEUU y la Comunidad Europea?

Oposición al TLC tampoco es oposición a la inversión extranjera. Se trata de hacer un debate sobre la pregunta: ¿cómo o en qué condiciones se recibe la inversión extranjera?

Hay que tener claro que sin TLC también hay intercambio comercial con otros países. De hecho, en el contexto mundial lo raro es un TLC. Los países europeos, la China, la India, el Brasil, el Ecuador, no tienen TLCs con los EEUU por una razón: no les conviene a sus intereses abandonar la libertad relativa del comercio internacional para amarrar sus economías a un TLC.

Uno de los principales argumentos presentados por el gobierno colombiano, ahora y antes, en defensa del TLC con EEUU es que con el tratado se podrá hacer exportaciones a este país y que un aumento de exportaciones desarrolla las oportunidades de desarrollo del país. Pero eso de decir que el país se desarrolla más cuando exporta más es una falacia.

Historia Reciente del Libre Comercio

El libre comercio se viene empujando como una política nacional desde 1980, en la administración Gaviria, con reducción de aranceles y levantamiento de medidas proteccionistas de la producción nacional. Esta noción de libre comercio es (1) el llamado consenso de Washington aplicado a escala global, y (2) elaborada por las multinacionales de acuerdo con la visión que ellos tienen de cómo quisieran que funcionara la economía mundial. Esto se lo presentan a los gobiernos de los países más poderosos que, a su turno, se lo presentan a los organismos internacionales quienes se encargan de imponérselo a los demás países.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) fue un intento de EEUU y organismos internacionales de globalizar el libre comercio pero fracasó por la oposición de varios países. Entonces EEUU ofreció el ALCA, que tampoco fuer aceptado por todos los países latinoamericanos. Entonces los EEUU promovieron un TLC en pequeños pasos, con México y Canadá, con los países centroamericanos a los que tuvieron que enganchar colectivamente para que representaran algo, con Chile, Colombia y Panamá.

Contenido del TLC

El debate en Colombia se enfocó tanto en el agro que la gente pensó que eso era todo. Poco a poco el debate se ha extendido para incluir la industria, las importaciones y las exportaciones de todo tipo. La realidad es que el TLC afecta todos los aspectos de la vida económica del país.

“Discusión” de Contenidos Entre Colombia y EEUU

Aunque los dos últimos gobiernos colombianos han querido vendernos la idea de que el TLC es un acuerdo entre partes iguales, esa igualdad es una ficción. El texto del TLC fue redactado por los EEUU y propuesto a los representantes del gobierno colombiano como un paquete no discutible ni modificable. Hubo dos años en los que los representantes colombianos pretendieron que negociaban pero esto fue mero teatro. De hecho el texto de los TLC es idéntico en todos los casos, con pequeñas variaciones en los tiempos de eliminación de aranceles.

Vigencia del TLC

El TLC ha sido aprobado por el Congreso colombiano y la Corte Constitucional, lo cual quiere decir que ninguna autoridad puede hacer algo que no esté aprobado por el TLC y no se le puede cambiar un solo artículo sin permiso de los EEUU. Además, es concebido como un tratado a perpetuidad. Colombia, sin embargo, puede eliminarlo cuando haya una voluntad nacional de hacerlo invocando la “denuncia” del mismo.

El Proceso de Liberación del Comercio Internacional

El libre comercio no empieza con el TLC sino con el gobierno de Gaviria y la llamada “apertura”. El TLC hace irreversible el libre comercio que hemos vivido desde hace 22 años y agrega otras cargas a la economía colombiana.

¿Qué Ha Pasado en Este Tiempo?

En lo social hay que empezar por hacer referencia a la base más elemental del bienestar social que es el empleo de la población. El deterioro de la calidad del empleo ha sido constante en términos de subempleo y empleo informal. Los niveles de pobreza e indigencia son impresionantes. Las condiciones laborales –esto es, el cubrimiento del seguro social y la estabilidad en el empleo- son bajas. La privatización de los servicios públicos ha bajado su calidad. La desigualdad social se ha profundizado.

En lo económico han ocurrido dos fenómenos concurrentes: la desagrarización y la desindustrialización del país desde 1990. El país importa productos agrícolas que ya no produce y se limita las oportunidades de desarrollo que dependen de una base industrial sólida. La economía nacional cada día descansa más en las exportaciones de materias primas agrícolas y mineras, con el riesgo de inestabilidad financiera que surge de las fluctuaciones en sus precios. Hay un tercer resultado económico: la privatización de la economía social y de los monopolios públicos.

Un país en desarrollo necesita para prosperar de la agricultura, la industria y la producción minera combinadas. Pero si se especializa en minería, por ejemplo, se queda al nivel de productor de materias primas para que otros las procesen y le devuelvan los productos elaborados con ellas. Los que procesan las materias primas son los que están creando riqueza nueva realmente.

Papel del Capital Extranjero

El capital extranjero debería ser bienvenido si contribuye al desarrollo. Esto no se logra con regalías del 3% que se cargan sobre la minería del oro o del 6% sobre el carbón. Tampoco cuando las empresas construídas con capital extranjero generan empleo de bajos salarios y no pagan impuestos.

Efectos del TLC

El TLC en Colombia agudizará los procesos que han venido ocurriendo en los últimos 22 años: mas desagrarización, más desindustrialización, mayor deterioro de la calidad del empleo, profundización de la desigualdad social, debilitamiento del potencial nacional para crear riqueza. Vale la pena ampliar este último punto. Cuando se eliminan sectores productivos la economía se elimina la posibilidad de crear riqueza en esos sectores. El colombiano no puede crear riqueza en el algodón, en la cebada, en el trigo, en la carne de pollo, para poner unos ejemplos, porque en esos sectores son los empresarios estadounidenses los que van a crear riqueza.

El TLC también elimina los instrumentos que usaron los mismos EEUU y Europa para desarrollarse tales como el arancel de importaciones y los subsidios a la producción. En este campo, se conservan los subsidios de EEUU y se eliminan los de Colombia. Las compras públicas son importantes para estimular la economía y tradicionalmente se ha dado preferencia en ellas a los productores nacionales; el TLC iguala a los productores nacionales y estadounidenses con respecto a las compras por parte de las agencias del gobierno. Se dirá que los productores colombianos estarán en igualdad de condiciones con los productores estadounidenses para competir por órdenes de compra de las agencias de EEUU, pero eso ni debe mencionarse pues no es realista.

El sector financiero era un sector protegido en Colombia y los empresarios de EEUU tenían que establecer una subsidiaria en Colombia creada conforme a las leyes locales; dentro del TLC ya no tendrán que hacerlo.

El TLC introduce la noción de la expropiación indirecta que consiste en que el estado colombiano se vuelve responsable de las pérdidas estimadas o presupuestadas de las compañías estadounidenses que lleguen a ser afectadas por legislación o reglamento nacional de cualquier tipo.

En materia de comunicaciones el empresario de EEUU tiene derecho a usar, a precios racionales teóricamente, las redes instaladas en Colombia por empresarios nacionales. En la práctica ellos pueden hacerlo sin contribuir a la capitalización necesaria para la renovación y extensión de las redes existentes en el país.

En lo que se refiere a la propiedad intelectual y patentes se apunta a un mundo de monopolios al impedir la competencia en ciertas cosas por largos periodos de tiempo que son renovables.

En el campo de la solución de controversias se elimina el sistema de justicia nacional para reemplazarlo por un sistema de justicia privada administrada por tribunales de arbitramento.

Beneficiarios del TLC

Aunque al principio y en principio el TLC es beneficioso para todos los consumidores que tendrán acceso a un volumen muy grande de bienes y servicios a precios bajos, a la larga este beneficio desaparece a medida que el grueso de la población sufre los efectos de un mercado laboral reducido y unas condiciones de trabajo desfavorables.

Sin embargo, el gobierno de EEUU representa los intereses de sus corporaciones transnacionales, que son las beneficiarias permanentes de la economía creada por la globalización del libre comercio.

En Colombia habrá nativos que se beneficien con el TLC, especialmente los que logren jugar un papel en la intermediación necesaria para hacerlo funcionar o adquieran una posición sólida sobre bienes no transables. Así, algunos nacionales colombianos podrán  beneficiarse de la especulación en propiedad raíz y en la extranjerización de las tierras productivas.

Contra-Corrientes en el Mercado Nacional

El TLC es un proceso de recolonización  imperialista que deja a Colombia en un estado similar al que tuvo con España cuando esta era la potencia hegemónica. Y ha sido posible porque los gobernantes han logrado separar su suerte personal de la suerte nacional: si al país le va bien a ellos les va bien financieramente hablando cuando dejen el poder y si al país le va mal a ellos les sigue yendo bien.

Aunque las tendencias económicas que impulsa el TLC llevan a profundizar la desigualdad social y a desnacionalizar la economía, puede haber una reacción contraria que genere un movimiento social de nacionalización y socialización de la economía. Esto exigiría una lucha, una confrontación social y política que deberá llevarse por canales pacíficos y civiles.

La Academia y el TLC

Uno de los problemas de la globalización es que se “achata” el mundo. Esto ha pasado en la academia, donde se ha ido desarrollando un proceso de pensamiento único, de teorización unanimista, eliminando la capacidad de crítica y análisis, aunque empieza a haber un ambiente más democrático de debate y discusión de los alcances e impactos del TLC.

Financiación de Pagos Externos

Las importaciones y la deuda externa se pagan con recursos generados por las exportaciones de café –que van bajando en términos absolutos y relativos-, bananos, materias primas mineras y algo de petróleo y productos industriales, el narcotráfico, las remesas de los colombianos residentes en el exterior, la inversión extranjera, el “rollo ver” de la deuda existente. El problema es que la balanza de pagos es una bomba latente pues la economía, basada en la exportación de materias primas, es frágil y sujeta a los vaivenes de los precios internacionales.

Papel del Empresariado Frente al TLC

Se pregunta uno, ¿por qué el empresariado colombiano permitió que el gobierno comprometiera la economía en términos tan desventajosos? Lo que ha pasado es que las políticas de comercio libre se han ido implementando gradualmente de manera que no ha habido quiebras masivas ni crisis simultáneas en varios sectores de la economía. Los sectores productivos que han desaparecido lo han hecho de uno por uno. Tanto el libre comercio de los últimos 22 años como el TLC son efectivos porque conllevan quiebras escalonadas. Por eso no ha habido una sensación de pánico en la clase empresarial.

En este momento se están creando grandes fortunas en el sector de la intermediación y en las exportaciones y exportaciones. El empresariado no ha tenido comprensión del problema ni ha tenido peso alguno para oponerse a los EEUU.

Tampoco hay una opción política que genere ideas de oposición.

El debate en este sentido es: ¿sale adelante el país y con él sus empresarios, o se salva el empresario y se perjudica el país?

En Colombia hubo sectores empresariales que se opusieron al TLC. El empresariado agrícola, por ejemplo, hizo una oposición que demoró la aprobación del tratado.

La Oposición Obrera al TLC

El sindicalismo colombiano se opuso al TLC sobre dos bases: la desprotección en que se encontraban los líderes sindicales y la destrucción de frentes de producción y empleo, y dejó claro que aún si se garantizaba la vida e integridad de los líderes sindicales la oposición continuaría para evitar las pérdidas económicas anticipadas.

El sindicalismo estadounidense se opuso por solidaridad con los sindicalistas víctimas de violencia. Fue la misma razón por la se opusieron en su oportunidad los sindicalistas europeos al TLC entre Colombia y la comunidad europea. Poco a poco, el movimiento sindical en EEUU y en Europa ha comenzado a entender que los TLCs son también perjudiciales para el empleo en sus países.

TLC y la Cultura

El TLC aumenta la cuota de pantalla de EEUU en la televisión colombiana de fin de semana así como en el cine y las telecomunicaciones. Mas allá de esto debemos tener presente que hay una proporcionalidad entre el desarrollo cultural y el bienestar material; por ejemplo, ¿cuántos pianistas podemos sostener dentro de la economía que tenemos? O bien, ¿cuántos colombianos pueden comprar libros, saxofón, violín, computadora?

La pregunta que podemos formular es: ¿qué puede contribuir Colombia a la cultura del mundo? Dentro de la economía generad por el TLC los colombianos no podremos aportar de acuerdo a nuestro potencial.

La educación dentro del TLC es un negocio más y vamos a ver políticas del estado y acciones empresariales que la van a tratar como un negocio que debe ser rentable. La privatización de la educación es el resultado del TLC y eso implica educación muy buena para los ricos y muy mala para los pobres.

TLC y Conflicto Armado

El conflicto armado tiene origen en una decisión política: sectores del país, cansados del estado de cosas, tomaron la decisión de cambiarlas por la fuerza de las armas. Hay, por supuesto, condiciones de pobreza y falta de oportunidades que sirven de caldo de cultivo a la violencia pero ellas solas no son condición suficiente para generar el conflicto armado.

El TLC por la vía indirecta de agravar la pobreza y la perdida de soberanía estimula la violencia. Pero a pesar de esto hay que trabajar por una solución del conflicto, que necesariamente ha de ser política y que no a solucionar todos los problemas del país. La solución de los problemas es de un orden diferente, es una lucha larga y difícil, que tiene que hacerse por medios pacíficos y civiles. Y hay que tener en cuenta que este movimiento político de cambio social va a ser hecho por seres humanos imperfectos, dirigidos por líderes también imperfectos.

Luis Mejía – 27 de mayo de 2012

Publicado en blogluismejia.blogspot.com

TRATADO DE LIBRE COMERCIO EEUU-COLOMBIA: Modelos de Desarrollo Económico y Estrategia Librecambista

 
-Ve Tola, cuentan que Colón era muy ventajoso y que les
cambiaba a los pobres indios sus adornos de oro por espejitos.
-Ese fue el primer TLC.
Tola y Maruja


Descripción de los Modelos de Desarrollo Económico

Colombia ha tenido tres modelos de desarrollo económico durante su período republicano: 1. el de “trabajo con la plata del mister”, 2. el Carlos Holguín o Tesoro Quimbaya y 3. el Marquesa de Yolombó.

El primero fue práctica común durante gran parte del siglo 19. Fue inventado por los paisas. Consistía en conseguir un socio capitalista inglés con cuyo dinero se montaban beneficiaderos de oro en las montañas de Antioquia y a quien, a su debido tiempo, se entregaban, o no, los réditos a que tenía derecho.

El segundo se puede describir en palabras del presidente Carlos Holguín de la siguiente manera: "[El Tesoro Quimbaya es la colección] más completa y rica de objetos de oro que habrá en América, muestra del grado de adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria. La hice comprar con ánimo de exhibirla en las Exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiársela al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería. Como obra de arte y reliquia de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable."[1] Esto sucedió en 1892.

La Marquesa de Yolombó es el título de una novela de Tomás Carraquilla cuyo personaje principal es una mujer de descendencia española que vive en un pueblito minero de Antioquia a fines del siglo 18. Bárbara Caballero Alzate, su nombre de pila, se dedicó a la minería del oro, lo hizo con habilidad y tuvo éxito, se hizo fabulosamente rica y en un gesto de amor a su sacra real majestad el rey de España envió a este un cargamento de morrocotas de oro. El rey, muy agradecido, le envió el título de marquesa de su pueblito de Yolombó cuando los títulos de nobleza no traían consigo donación de tierras de la corona, delegación de poderes ni acceso privilegiado a la presencia de su majestad.

Aplicaciones de los Modelos

Como no estoy tomando del pelo a mis lectores quiero que ellos y yo reflexionemos juntos sobre las diferencias entre estas tres estrategias de desarrollo económico. La primera implica una inversión directa de capital extranjero bajo la gerencia y administración del talento nativo; el capital extranjero asume –como debe ser- todos los riesgos de la inversión capitalista, incluyendo el riesgo de no pago. Las otras dos estrategias no tienen riesgo alguno para el capital. En ambas el talento local se encarga de buscar, extraer, procesar y transportar los productos nacionales y de transferir la riqueza generada a manos de un extranjero. En la modalidad Holguín esta transferencia de riqueza se hace so guisa de reconocer un favor hecho al pueblo colombiano; en la modalidad Marquesa de Yolombó se hace por mera generosidad colombiana y se recibe a cambio un reconocimiento simbólico de buen nombre y reputación.

Vigencia de los Modelos

El régimen republicano había heredado de la corona española el dominio soberano sobre el subsuelo. Sin embargo, el descubrimiento de pozos de petróleo en territorio colombiano a principios del siglo XX -en una época en que nuestros gobernantes no entendían la técnica y la economía de esa industria-, dio pie a negociaciones que se hicieron con empresarios petroleros que sí las entendían; estas negociaciones introdujeron modalidades de concesión y entrega de las riquezas del subsuelo que debilitaron la soberanía nacional preeminente. Las inconsistencias de criterios jurídicos que se observan en las decisiones de la administración Suárez de 1918 a 1921 sobre concesiones petroleras terminaron beneficiando a empresarios del ramo sin imponerles contraprestaciones proporcionales que beneficiaran el país. Desde ese momento ha habido muchos cambios en la legislación minera nacional; en algunos casos se puede observar un intento de hacer que la riqueza del subsuelo beneficie a los colombianos como dueños que son, en los más se observa la tendencia de las elites de regalar esa riqueza, justo como lo hicieron Holguín y la Marquesa, y a pesar de que en el artículo 332 de la Constitución del 91 se reafirma la noción (y dejémosla como noción por el momento) de que el estado es dueño del subsuelo.

Expiración del Modelo 1

Enrique Pardo Parra, ministro de minas y petróleo de 1963 a 1965, durante la administración de Guillermo León Valencia, dio una pelea durísima para regresar a los días en que trabajábamos con la plata del mister o a algo similar. Fue una iniciativa que pudo tomar en un gobierno descoordinado, al garete, en el que cada ministerio echaba por donde el ministro y sus aliados y socios querían y donde los altos funcionarios del estado sobrevivían en sus cargos mientras las presiones de los medios de comunicación más poderosos, los gremios económicos más influyentes y las ambiciones de los notables que esperaban su turno de figurar en una alta posición del estado no hicieran necesaria su remoción. El ministro Pardo salió del gobierno cuando dio pruebas de que su discurso nacionalista estaba inspirando una política de protección de los intereses nacionales. Por muchos años siguió haciendo una campaña personal en defensa del enriquecimiento nacional con los bienes del subsuelo. Algunos de los que vivimos esa época todavía lo recordamos con admiración.

El Modelo 2 en la Práctica

La modalidad Holguín de manejo de la riqueza nacional se puede observar en las negociaciones que llevaron al reconocimiento de la independencia de Panamá, negociaciones que no se hicieron con los panameños mismos sino con los EEUU y que terminaron en la aceptación por parte de las elites colombianas de una indemnización que recuerda, paso a paso, los 60 florines que los holandeses pagaron a los nativos por la isla de Manhattan. Otro ejemplo es la cesión de los cayos e islotes de Los Monjes a Venezuela en 1952. Algunos académicos dicen que la presionó el embajador Urrutia Holguín, muerto del miedo en Caracas cuando el ejército venezolano bombardeó los cayos deshabitados para informar al mundo que como dueños podían hacer lo que quisieran; entonces, el gobierno de Urdaneta cedió los cayos para que el embajador recuperara la tranquilidad. Los periodistas e intelectuales liberales, en cambio, dicen que un guerrillero liberal se había refugiado en Venezuela y en el gobierno de Urdaneta se había despertado un deseo muy grande de hacerlo retornar a la patria; cuando el de Venezuela prometió repatriarlo, Urdaneta entregó los cayos. Venezuela cumplió, el guerrillero regresó y poco después murió asesinado por sujetos desconocidos y Los Monjes se hicieron venezolanos.

Hegemonía Programática del Modelo 3

En las administraciones Gaviria, Uribe y Santos II se observa la hegemonía irrestricta de la modalidad de desarrollo Marquesa de Yolombó. La llamada “apertura económica” del primero y el TLC de los segundos han entregado a los extranjeros la economía nacional sin pedir contraprestación alguna. Y el éxito de la entrega ha sido grande a juzgar por los innumerables nombramientos y distinciones internacionales de mucho valor simbólico y ninguna rentabilidad nacional que han llovido sobre los miembros de las elites colombianas. Los colombianos del común, y también los de los medios, reciben con alacridad tantos honores conferidos a sus compatriotas sin entender que son meros marquesados nominales por los que se pagaron morrocotas de oro puro que no fueron producidas por los beneficiarios de los honores. La marquesa de Yolombó estuvo presente en la secretaría de la OEA y lo está en la presidencia del BID, en el nombramiento de un ex-presidente en un comité de la ONU encargado de justificar la agresión israelí contra los portadores de ayuda humanitaria a los palestinos, en las condecoraciones y premios concedidos por compañías mineras e industriales y sus agencias de publicidad a ex-presidentes, ex-ministros y ex-asesores oficiales en concursos de un solo competidor, y, finalmente, en los contratos de asesorías sin poder decisorio que reciben todos ellos.

Y ahora tenemos el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de América. No se regaló tanto en el bulto de morrocotas de la Marquesa de Yolombó.

El Marquesado de Yolombó

Los colombianos que se distinguieron por su diligencia en obtener la aprobación del TLC por el gobierno y congreso de Estados Unidos merecen ser recordados en la historia del país.

Los más importantes fueron: Alvaro Uribe y Juan M. Santos como presidentes, Jorge Humberto Botero y Luis Guillermo Plata como ministros de comercio exterior, Luis Alberto Moreno como embajador en EEUU durante el principio de las llamadas “negociaciones”, Carolina Barco como ministra de relaciones exteriores y subsiguiente embajadora ante el gobierno de EEUU, y Hernando José Gómez como líder del llamado equipo técnico del TLC.

Algunos funcionarios y técnicos colombianos se excluyeron a sí mismos del proceso de aceptación del texto impuesto por los negociadores estadounidenses. Solo podemos rescatar los nombres de unos pocos ya que los medios no hicieron cubrimiento adecuado de estos episodios. Por ejemplo, Gilberto Álvarez Uribe, Luis Guillermo Restrepo Vélez y Juan Fernando García Echeverri, miembros del equipo encargado de negociar asuntos de propiedad intelectual y en especial de patentes médicas, renunciaron en septiembre del 2005 porque se hallaron impotentes para defender efectivamente los intereses nacionales.  A ellos hay que reservarles un lugar de honor en la memoria nacional aunque su protesta no hubiera tenido consecuencias políticas.

El Marquesado de Yolombó Par de la Corona?

 Los apologistas del TLC han insistido mucho en que por virtud de este tratado Colombia ha sido tratada en condiciones de igualdad por EEUU, que las negociaciones fueron de soberano a soberano, que los intereses de ambos países fueron tenidos al mismo nivel.

Valga la pena resaltar el hecho de que no hubo negociación de parte de los colombianos pese a que había una comisión negociadora de alto nivel. Los miembros de esta, al parecer enmudecidos para dar credibilidad a la línea oficial del gobierno, se han abstenido de confirmar en público lo que todo mundo sabe por infidencias, confidencias e imprudencias de ellos mismos entre amigos y colegas y es que se limitaron a aceptar las decisiones de los comisionados estadounidenses en cuanto a contenido, lenguaje e interpretación del tratado. En casos así uno desearía que los funcionarios de estado colombianos siguieran el ejemplo de los funcionarios estadounidenses quienes a la primera oportunidad publican sus memorias con abundancia de detalles sobre la incompetencia de sus colegas y superiores. Este deseo es especialmente fuerte cuando uno considera que la mayoría de los comisionados colombianos no forman parte de la elite nacional sino que son meros técnicos de clase media, contratados para validar apariencias, a quienes ni el gobierno ni los empresarios beneficiados por el TLC van a sacar de la clase media en pago de su silencio.

La Recua que Transportó las Morrocotas de la Marquesa

El TLC tuvo (y tiene) respaldo entre algunos comentaristas de los medios y entre muchos académicos que sin mucho pensamiento crítico aceptan como inmediatos y reales los beneficios teóricos de la libertad de comercio. Los economistas pro-TLC justifican las decisiones oficiales con modelos -ininteligibles para los no iniciados­- basados en supuestos, presunciones y fórmulas matemáticas sin nexo con la realidad, que se echan al olvido cuando el tiempo invalida sus recomendaciones, las obras se quedan inconclusas o los programas tienen consecuencias imprevistas. Comentaristas y académicos defensores del TLC actúan como los arrieros que sacaron a puerto las morrocotas de oro de la Marquesa de Yolombó.

De otra parte, la mayoría de los comentaristas y una minoría de economistas bien informados han expresado serias reservas sobre las bondades del TLC con respecto al futuro desarrollo del país, pero sus opiniones no han tenido resonancia en el Congreso o en la opinión pública. El primero ha sido indiferente y la segunda ignorante con respecto a lo que está en juego y ambos han permitido que los proponentes del TLC hayan logrado su aprobación sin tener que discutir los argumentos de sus oponentes.

La irrelevancia de los formadores de opinión en este tema y en otros de interés público no debería sorprendernos. Vivimos una cultura de masas mal informadas, no preparadas para la discusión seria de los problemas que afectan el bienestar de todos y propensas a dejarse manipular por la propaganda de quien tenga más presencia en los medios. En otras palabras, masas que se dejan enjalmar.

Historia y Libre Comercio o la Marquesa Ha Debido Quedarse con su Oro

Adam Smith en su estudio del capitalismo industrial temprano explicó las ventajas de la libertad de comercio entre las naciones con base en la conjetura de las ventajas comparativas. Conviene recordar que propuso como ejemplo el caso del comercio entre Inglaterra y Portugal. Portugal producía textiles y vinos mientras que Inglaterra solo producía textiles y estos a un costo mayor que los portugueses. Pero si Portugal se especializaba en la producción de vinos e Inglaterra en la de textiles ambos salían a ganar pues aumentaban la producción total de ambas mercancías y al intercambiarlas ambos países consumían más. Por una razón u otra eso sucedió en la realidad. El resultado, en la práctica, fue la industrialización y enriquecimiento de Inglaterra y el empobrecimiento y falta de desarrollo de Portugal. La producción de textiles dio base a una economía que se expandía con el procesamiento de materias primas, la invención de máquinas cada vez más complicadas, la especialización de funciones de la mano de obra, la diversificación de mercancías y una armada que a tiros de cañón podía forzar la libertad de mercados sobre los pueblos renuentes a aceptarla. Portugal se quedó convertido en un país agrícola, sin fábricas y sin armada. La libertad de mercados perpetuó las disparidades entre los dos países.

Paul Bairoch, autor de Economics and World History: Myths and Paradoxes[2], demuestra con la mejor información estadística histórica disponible la falacia del librecambismo como motor de desarrollo y el papel del proteccionismo en el desarrollo de EEUU y Europa. Leonard Gomes en The Economics and Ideology of Free Trade documenta exhaustivamente la manera como Inglaterra impuso por la fuerza el libre comercio sobre sus colonias o estados clientes con gran detrimento para el desarrollo económico de estos. Ha-Joon Chang en Kicking Away The Ladder - Development Strategy in Historical Perspective hace un recuento detallado de las políticas proteccionistas e intervencionistas que han aplicado los países desarrollados en el curso de su historia. Luis Eduardo Nieto Arteta en Economía y Cultura en la Historia de Colombia y Luis Ospina Vásquez en Industria y Protección en Colombia, por su parte, documentan los obstáculos que el librecambismo puso en el proceso de industrialización colombiano.

Finalmente, durante los últimos diez años Joseph Stiglitz ha venido diciendo, con mucho sentido común, que los tratados de libre comercio son irrelevantes si no perjudiciales para los países no industrializados; si estos, dice, tuvieran buena infraestructura y una mano de obra competente atraerían inversión extranjera con o sin TLCs.

Después de 7 años de espera hemos llegado al TLC con EEUU: sin infraestructura adecuada y con insuficiente mano de obra competente, con ganadería, agricultura y avicultura que quebrarán ante los productos estadounidenses subsidiados que inundarán el mercado, con una industria cuyas mercancías no son exportables porque no compiten con los bajos costos de los productores asiáticos y con una mano de obra desempleada y sin posibilidades de emigrar pues a ella no se le aplica la libertad de mercados. En mi opinión, el TLC está hecho para perpetuar la disparidad económica entre EEUU y Colombia, convertir a Colombia en un exportador de materias primas y crear un estamento social nuevo, parasitario, de intermediarios de empresarios estadounidenses e importadores de productos subsidiados por los EEUU.

Enemigos de la Marquesa de Yolombó

El TLC es un hecho cumplido. Lo va a ser por muchos años. Eso no quiere decir que sea un marco comercial ventajoso para Colombia, que se haya puesto más allá de la crítica académica o que escape al control político del pueblo colombiano. Como cualquier otro tratado internacional los líderes del país lo pueden denunciar cuando tengan suficiente respaldo ciudadano. Intelectuales, académicos, políticos progresistas, activistas comunitarios, agricultores e industriales, tenemos un deber moral e histórico de mantener el debate abierto para educar las masas (y los políticos que estas eligen) y crear un clima de opinión que lleve a  repensar la estrategia de desarrollo nacional en defensa de los intereses nacionales y para el bienestar de la mayoría de los colombianos.

Colofón

Advierto a mis lectores que este ensayo va mitad en serio y mitad en broma. Y muy en serio les cuento que la soberanía económica de Colombia se perdió cuando la Marquesa de Yolombó conoció a Cosiaca el 18 de mayo del 2004 y puso en sus manos las morrocotas de oro para que se las entregara a quien él reconociera como rey.

Luis Mejía – 27 de mayo de 2012

Publicado en blogluismejia.blogspot.com



[1] Mensaje de 20 de julio de 1892 del presidente Holguín al Congreso, según cita del historiador Pablo Gamboa Hinestroza: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/junio1992/junio1.htm
[2] Copia de esta obra está disponible en la biblioteca de la Universidad Javeriana por donación que hizo este ‘bloguero’.

Saturday, May 19, 2012

Conflicto Armado, Reparación de Víctimas y Restitución de Tierras en Colombia: Un Seminario en Columbia University

El viernes 11 del presente mes el Instituto de Estudios Latinoamericanos de Columbia University en Nueva York patrocinó un seminario llamado “Conflicto Armado, Reparación de Víctimas y Restitución de Tierras en Colombia”. Bajo la coordinación de José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad, participaron Guillermo Rivera, miembro de la Cámara de Representantes de Colombia, Rodrigo Uprimmy, investigador de DeJusticia, Ana María Ibáñez, directora del CEDE en la Universidad de los Andes en Bogotá, Aldo Civico, Director del Instituto Internacional de Paz de Rutgers University en Nueva Jersey, Alejandro Reyes, Consultor del Ministerio de Agricultura de Colombia, Paula Gaviria, Directora de la Oficina de Reparación de Víctimas del gobierno de Colombia, Marc Chernick, del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown University en Washington D.C., Elvira María Restrepo, profesora de la Universidad de Miami en la Florida, y Jackie Klopp, investigadora del Instituto Tierra de Columbia University.

A continuación presento un resumen de las presentaciones hechas por los participantes. Lo que atribuyo a los panelistas es basado en las notas que tomé durante la jornada; por supuesto, los errores que haya en el texto son resultado de notas incompletas o de una mala interpretación de sus palabras. Este reporte consta de tres partes que responden a tres tópicos de discusión: 1. Orígenes y alcance de la ley de restitución de tierras, 2. Ejecución y obstáculos de la ley de restitución de tierras, y 3. Crítica de la conferencia y barreras no discutidas a la ejecución de la ley de víctimas

Primera Parte: Orígenes y Alcance de la Ley de Restitución de Tierras

1.1 Historia del Proceso Legislativo de la Ley de Víctimas, Guillermo Rivera
1.2 Víctimas, Pobreza y Restitución de Tierras, Ana María Ibáñez
1.3 Restitución y Redistribución, Rodrigo Uprimmy
1.4 Tierra, Violencia y Democracia, Aldo Civico
1.5 Preguntas del Público

1.1 Historia del Proceso Legislativo de la Ley de Víctimas - Presentación de Guillermo Rivera

En 2005 el Congreso colombiano aprobó la llamada ley de justicia y paz que se enderezaba a la desmovilización y penalización de paramilitares pero que no incluyó reparación de víctimas.

En 2007 la Fundación Víctimas Visibles promovió una serie de reuniones con miembros del Congreso colombiano para informar sobre las violaciones de derechos humanos que habían ocurrido en Colombia en los últimos 30 años y sobre las condiciones en que vivían las víctimas de esas violaciones y explicar los beneficios de una acción legislativa que les hiciera justicia. El Partido Liberal Colombiano fue muy receptivo a esta iniciativa, no así los partidos de gobierno como el de la U.

También en 2007 el senador Juan Fernando Cristo y el representante Guillermo Rivera a nombre del Partido Liberal presentaron en el Congreso un primer proyecto de ley de reparación de víctimas. La discusión del mismo fue muy polarizante. Hubo oposición a aspectos centrales del proyecto, como la inclusión de quienes habían sido víctimas de agentes del estado. El proyecto tenía el respaldo del Polo Democrático Alternativo y de la comunidad internacional pero el gobierno movilizó a los congresistas de los partidos oficialistas y logró que se archivara.

En 2010 J.M. Santos ganó las elecciones presidenciales y propuso a los partidos una coalición de gobierno. El Partido Liberal aceptó bajo la condición de que el presidente y su gobierno respaldaran una política de reparación de víctimas. Se presentó ante el Congreso un nuevo proyecto con respaldo del gobierno, especialmente del Ministerio de Agricultura. Inicialmente el Polo Democrático Alternativo le dio respaldo a este proyecto pero lo retiro porque no hubo acuerdo partidista sobre la fecha de corte que serviría de base para determinar quien podría beneficiarse de la ley.

En 2011 el Congreso aprobó la ley de reparación de víctimas algunos de cuyos aspectos principales son:

1.      Reconocimiento del derecho internacional humanitario y de los derechos
humanos internacionales como parte de la normatividad nacional;
2.      Se definieron como víctimas para efectos de la ley todas las personas que
hubieran sufrido violación de esos derechos;
3.      Se reconoció la existencia de un conflicto armado interno;
4.      Se crearon dos modalidades de asistencia a las víctimas: a) una humanitaria o
de atención subsiguiente a una violación de derechos, y b) una social
que comprende servicios permanentes de salud, educación y vivienda;
5.      Se ordenaron medidas de reparación cuyo propósito es aproximar a
las víctimas a la situación en que vivían previamente a la violación
de sus derechos y que consisten en:
a)      indemnización administrativa por muerte de un pariente,
b)      medidas de satisfacción que tienen un carácter moral y simbólico,
como actos en honor de las víctimas y reconocimiento público de
responsabilidad del estado,
c)      medidas de rehabilitación física y psicológica de individuos y
comunidades afectados y medidas de reparación colectiva,
d)      restitución de tierras o restitución patrimonial que establece una
presunción de favorabilidad para las víctimas y reversa la carga de la
prueba en caso de disputas sobre la propiedad de predios afectados por
despojo violento de manera que el ocupante o propietario actual debe
probar que adquirió el predio por medios no violentos.

La población rural colombiana sufrió un proceso de despojo patrimonial que tuvo diferentes modalidades, la más vergonzosa de las cuales fue la que ocurrió con complicidad del estado.

Sectores sociales muy poderosos se han opuesto a la noción misma de una ley de reparación de víctimas y restitución de tierras arrebatadas a sus dueños originales. El éxito de esta ley dependerá de que las víctimas se conviertan en sujetos políticos, para lo cual se requiere que se organicen dentro de un movimiento de defensa y protección de sus derechos. Existe un compromiso de las autoridades nacionales de hacer efectiva esta legislación pero ese compromiso no será suficiente si no hay una acción organizada de las víctimas para mantener viva la presión sobre las agencias del estado.

1.2 Víctimas, Pobreza y Restitución de Tierras - Presentación de Ana María Ibáñez

El momento social y político en que se hace presente la ley de reparación de víctimas encuentra muchos retos entre los cuales se cuentan:

1.      La desmovilización de los paramilitares ha sido incompleta y todavía quedan
focos de conflicto con la presencia de bandas criminales, que son restos de los
frentes paramilitares pero sin la organización y la coordinación que tuvieron
estos;
2.      Las guerrillas continúan activas en partes del territorio nacional;
3.      La victimización de la población rural ocurrió en forma masiva y el volumen de la población afectada tiene un impacto en la eficiencia y rapidez con que se hará la restitución de tierras a sus cultivadores originales;
4.      Se espera que la restitución de tierras genere un movimiento de retorno al
campo.

Durante la década de 1980 los capos narcotraficantes y los terratenientes crearon los primeros frentes paramilitares y generaron una primera oleada de despojo de tierras. Lar organizaciones paramilitares crecieron en la segunda mitad de la década de 1990 y el desplazamiento de población campesina llego a su clímax en la primera década del siglo 21.

Hubo una estrategia de desplazamiento de la población rural por medio de ataques deliberados y aleatorios a terratenientes, campesinos, líderes comunitarios y cívicos y redes sociales.

El despojo y apropiación de tierras fueron masivos y afectaron aproximadamente 11.4 millones de hectáreas.

Había y todavía hay un problema de informalidad en la documentación de derechos sobre la tierra relacionado con la inexistencia o precariedad de los títulos de propiedad y con la ocupación de tierras baldías o vacantes.

El desplazamiento forzado de la población rural hacia las ciudades ha tenido consecuencias económicas; por ejemplo:

1.      la población desplazada a la fuerza queda atrapada en condiciones de pobreza por falta de educación, desempleo, pérdida permanente de patrimonio, trabajo infantil forzoso, deserción escolar de las generaciones más jóvenes;
2.      la llegada de la población campesina a las ciudades tiene efectos secundarios
en cuanto se aumenta la mano de obra, se establece una competencia con la
población urbana por las fuentes de empleo existentes, bajan los salarios y
crece el sector informal.

La población desplazada que retorna al campo llega a regiones caracterizadas por:

1.      dificultades de distinta índole para reiniciar la producción agrícola;
2.      aisladas de los mercados de consumo y procesamiento de las cosechas
eventualmente producidas;
3.      una población numerosa que subsiste a niveles de pobreza;
4.      una base industrial precaria;
5.      mercado concentrado de propiedad raíz;
6.      derechos de propiedad informales;
7.      bajos niveles de inversión;
8.      escasa provisión de bienes y servicios públicos;
9.      persistencia del conflicto armado y de riesgo de violencia contra los
que regresen.

En términos generales hay una tendencia hacia la reducción de la pobreza en el país pero esta tendencia es menos pronunciada en las áreas rurales.

La restitución de tierras es un primer paso hacia un mejor nivel de vida de la población colombiana pero no es suficiente para superar la pobreza de quienes regresen al campo.

Los mayores retos que enfrenta el país en este campo son dos: a) proteger las nuevas generaciones y asegurar su capacidad de subsistencia en el futuro, y b) hacer que la población que regrese al campo sea económicamente viable.

1.3 Restitución y Redistribución - Presentación de Rodrigo Uprimmy

Restitución es justicia correctiva, es volver a la víctima a una situación previa, borrar los efectos de un crimen. Redistribución es justicia social distributiva, es definir cómo se distribuyen las cargas, oportunidades y bienes en una sociedad.

El análisis de la ley de víctimas debe incluir dos variables: a) la población víctima de violaciones masivas de derechos humanos, y b) la población no víctima de dichas violaciones. Esto genera cuatro grupos: pobre víctima, pobre no víctima, rico víctima y rico no víctima.

Dado que los recursos del estado y la sociedad para hacer justicia correctiva son escacos, una ley que orden el desembolso de recursos públicos para reparar y restituir a las víctimas va a generar conflictos entre esos grupos. La pregunta latente es: se usan los recursos públicos para restituir a los ricos víctimas aun si a estos les ha quedado patrimonio suficiente sobre el cual pueden reconstruir la situación que tenían antes de ser víctimas?

En el contexto histórico y económico del país, el despojo de tierras de la población rural fue una contra-reforma agraria que venia de tiempo atrás, se intensificó en la década de 1980 y llegó a su clímax en la década de 1990.

Una sociedad que ya era desigual quedó más desigual a consecuencias del conflicto armado y del despojo de la propiedad rural.

La ley de restitución de tierras parte del supuesto de que lo importante en este momento es lograr una restitución justa, retornar la propiedad o posesión de la tierra a quien le fue arrebatada violentamente; pero la ley no tiene propósitos distributivos, su propósito no es alterar la estructura de la propiedad agraria.

La gran mayoría de la población que sufrió despojo de la tierra era pobre o fue empujada a la pobreza a raíz del despojo. Esta es la población beneficiada por la ley de restitución.

Si la ley tiene éxito se reducirían los niveles dramáticos de pobreza de los desplazados y el coeficiente Gini podría regresar al punto donde estaba antes, lo cual tendría efectos redistributivos.

La restitución de tierras ayudaría a proteger las comunidades rurales “étnicas” –esto es, negros e indios-.

La restitución de tierras genera tensiones sociales y exige pensar en las políticas que deberán implementarse después de que se haga la restitución. Entonces surgirá la pregunta: ¿qué pasará con el modelo de desarrollo rural? El modelo actual da preferencia a los proyectos agroindustriales y a los cultivos en gran escala. La restitución de tierras exige repensar el modelo e implica medidas que le den viabilidad económica a la propiedad rural de pequeña y mediana extensión.

Conclusiones: La restitución de tierras es necesaria, su ejecución será difícil y por sí sola es insuficiente:

1.      es necesaria por razones de justicia y por motivos políticos,
2.      es difícil pues el conflicto armado continúa, los enemigos violentos de la
restitución siguen activos, las instituciones rurales fueron debilitadas por los
actores del conflicto y hay que fortalecerlas a pesar de la oposición que habrá;
3.      es insuficiente pues requiere acción e inversión adicional del estado para
mantener vivo el proceso de restitución y hacer económicamente viable el
retorno de los antiguos trabajadores de la tierra.

1.4 Tierra, Violencia y Democracia - Presentación de Aldo Civico

El foco de esta presentación es la vertiente del río Cauca donde se ha concentrado la acción gubernamental de restitución de tierras.

El conflicto continúa. El valle del río Cauca y Antioquia son el foco de la para-economía.
La semana pasada fue asesinado Daniel Aguirre, líder de los sindicatos de cortadores de caña en el Valle del Cauca. Fue un asesinato de gran impacto; él era un trabajador de la caña en una compañía de propiedad de Ardila Lule. Había organizado dos huelgas importantes y era parte del equipo negociador en representación de los trabajadores en conversaciones con los administradores de la refinería de azúcar.

Podemos pensar en la siguiente genealogía para este crimen. Aguirre era reconocido como un líder sindical en la región. Había sido amenazado de muerte en el pasado pero no recientemente. Fue asesinado en frente de su esposa y sus vecinos, en un área altamente militarizada con fuerte presencia de bandas criminales (BACRIM) y grupos de seguridad privada, y, coincidencialmente, poco después de que el gobierno anunciara la implementación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Este asesinato es parte de una persecución sistemática de líderes sindicales en una región donde los sindicatos de los cortadores de caña son percibidos como una amenaza a la hegemonía de los barones de la caña.

Hay otra genealogía posible de este asesinato. La región del Valle del Cauca se caracteriza por un desarrollo industrial basado en la concentración de la propiedad de la tierra, lo que ocurrió especialmente después de la Guerra de los Mil Días. Las elites locales usaron la violencia durante el siglo XX para concentrar la propiedad de la tierra y consolidar la hegemonía de la industria del azúcar. En esta región se enfrentan dos ideas de democracia: [1] los mecanismos electorales, y [2] la participación e inclusión de otros sectores sociales, como los trabajadores, que no encuentran respaldo en los mecanismos electorales. La violencia continua, y con ella el asesinato de Aguirre, tiene un impacto en la manera como se construye la democracia y la calidad del proceso democrático.

Conclusión: el asesinato de Aguirre pone en evidencia la necesidad de cambiar el paradigma político para profundizar el proceso democrático.

1.5 Preguntas del Público

Estos son los comentarios hechos por los panelistas en respuesta a las preguntas del público asistente:

Rivera

Hay que blindar la ley para hacer efectivo su cumplimiento e impedir que sea debilitada o derogada. Existe una voluntad institucional [de parte del gobierno nacional] para hacerla cumplir pero es necesario que las víctimas se conviertan en sujetos políticos para que mantengan presión sobre las agencias del estado y contrarresten los esfuerzos de quienes se proponen usar su poder económico y político para hacerla fracasar. Hay sectores de las fuerzas armadas que respaldan la ley, así como los hay que por sentido de culpa no la apoyan.

Ibáñez

Para que la ley tenga adecuado cumplimiento se necesita una voluntad política del gobierno, los partidos y la sociedad. Igualmente se necesita fortalecer la eficacia del estado que tradicionalmente ha sido muy débil para prestar servicios en las regiones alejadas de los centros urbanos. Aunque el objetivo de la ley no es sacar a la gente de la pobreza, el gobierno y la sociedad tienen que dar pasos adicionales para lograrlo.

Uprimmy

El Frente Nacional fue un proceso diferente del de restitución de tierras y reparación de víctimas. Sin embargo, hay lecciones que se pueden aplicar. El Frente Nacional fue un acuerdo de cúpula, legitimizado por un plebiscito. La ley que discutimos ahora, en cambio, fue discutida ampliamente en el país y fue aprobada tras largos debates en el Congreso; además, puede tener efectos adicionales tal como minar las bases de poder de los paramilitares y otros sectores económicos. Si falla esta ley, se agudizarán los problemas de la democracia en Colombia.

Civico

Los paramilitares están dentro y fuera del estado colombiano, como la mafia siciliana. Las acciones violentas en Colombia se enmarcan dentro de dos realidades sociales: un problema de impunidad que es sistémico y un problema ético derivado de que la sociedad tolera y acepta a los que se benefician de la violencia (ejemplo de esto es, por ejemplo, el hecho de que el hijo de un financiador y benefactor de los paramilitares sea elegido por voto popular como alcalde de una de las ciudades más importantes del país). Para combatir la impunidad hay que romper el silencio. Por eso debería ser intolerable el silencio del gobierno y del presidente Santos cuando Daniel Aguirre, o cualquier otro sindicalista, es asesinado, cuando al mismo tiempo tiene voz para estigmatizar las propuestas de la Marcha Patriótica y señalar como antipatrióticas las propuestas alternativas y críticas de sectores independientes o de oposición. 

Luis Mejía – 19 de mayo de 2012

Publicado en blogluismejia.blogspot.com